Seguridad vial: tres voces que piden un cambio de fondo en Tucumán en el Foro Tucumán Responsable

Qué hay detrás del drama del tránsito en Tucumán, cuáles son falencias estructurales y por qué hay una deuda con la prevención.

MIRADAS DISTINTAS. El tercer panel abrió un debate desde distintas perspectivas sociales. LA GACETA/ Foto de Analía Jaramillo. MIRADAS DISTINTAS. El tercer panel abrió un debate desde distintas perspectivas sociales. LA GACETA/ Foto de Analía Jaramillo.

Las  estrategias para una cultura vial responsable también formaron parte del Foro Tucumán Responsable, en lo que fue una conversación profunda de actores sociales que pusieron en eje el compromiso, la autocrítica y la necesidad de repensar lo que ocurre en las calles de nuestra provincia. Así, tres voces expusieron no solo diagnósticos, sino también desafíos que interpelan al Estado, a las instituciones y a la ciudadanía.

“Hay que sincerarse y dejar de correr detrás del problema”

El secretario de Transporte de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, Benjamín Nieva, abrió su intervención con una reflexión personal: “Perdí a un mejor amigo en un siniestro vial. Esto no es ajeno para mí”. Su discurso combinó la experiencia técnica con una mirada crítica sobre el enfoque actual de las políticas públicas.

Benjamín Nieva, secretario de transporte de la municipalidad de San Miguel de Tucumán. LA GACETA/ Foto de Analía Jaramillo. Benjamín Nieva, secretario de transporte de la municipalidad de San Miguel de Tucumán. LA GACETA/ Foto de Analía Jaramillo.

“Podríamos quedarnos enumerando estadísticas: más de 10.000 vehículos secuestrados por mes, cientos de alcoholemias positivas. Pero no alcanza. No estamos haciendo lo suficiente”, dijo, y subrayó que el sistema sigue invirtiendo más recursos en atender las consecuencias que en prevenirlas.

“Asignemos presupuesto real a prevención. A los equipos operativos, a los agentes de tránsito, a la educación vial. No puede ser que siempre estemos apagando incendios”, detalló

Nieva propuso dejar atrás el paradigma punitivo: “No se resuelve con más castigos. La educación, el contexto social y la infraestructura también importan”. Puso como ejemplo el modelo sueco, basado en la idea de que el ser humano comete errores por naturaleza, y en consecuencia, es el entorno el que debe adaptarse para evitar tragedias.

“Tenemos que trabajar en serio, con una mirada humana e integral. La seguridad vial debe ser una política de Estado”, consideró.

“La moto es síntoma de una desigualdad más profunda”

Matías Mahtuk, representante de Yuhmak en nueve provincias, enfocó su exposición en un fenómeno que atraviesa a toda la región: el uso masivo de motocicletas. “La moto no es el problema, es el síntoma. Hoy es el vehículo del 90% de los actores del tránsito porque la gente no accede a un auto ni puede esperar el colectivo. Por eso se sube a una moto de baja cilindrada y se mueve como puede”, refirió.

Matías Mahtuk, representante de Yuhmak. LA GACETA/  Foto de Analía Jaramillo. Matías Mahtuk, representante de Yuhmak. LA GACETA/ Foto de Analía Jaramillo.

Advirtió sobre los incentivos económicos que refuerzan este modelo y sobre la falta de controles efectivos: “El que va sin casco, sin papeles, sabe que no lo van a parar. Hay una pérdida total de autoridad. Nadie tiene competencia clara”. Además, remarcó que el sistema actual (atravesado por aplicaciones de reparto y mapas digitales) premia la velocidad por sobre la seguridad.

Desde su experiencia, insistió en los tres pilares para un cambio real: educación, concientización y control. “Trabajamos con escuelas, con más de 600 chicos. Nos sumamos a programas de extensión. Queremos ser parte de la solución”, afirmó.

Y agregó: “En otras ciudades del mundo, las motos conviven con el tránsito sin los niveles de siniestralidad que tenemos acá. Es posible. Pero hay que rediseñar la movilidad y desincentivar el uso irracional del auto”.

“Hemos naturalizado la tragedia”

El periodista y secretario de redacción de LA GACETA José Názaro ofreció una mirada crítica sobre el rol de los medios y el impacto social de los siniestros viales. “Hoy ver un accidente es parte del paisaje. Nos detenemos, nos persignamos… y seguimos. Así se ha naturalizado la tragedia”, lamentó.

Con datos concretos, ilustró la magnitud del problema: “El 80% de los accidentes en San Miguel de Tucumán involucran motos. Si quisiéramos informar todos los siniestros, no alcanzaría el diario”.

José Názaro, Secretario de Redacción de LA GACETA. Foto de Analía Jaramillo. José Názaro, Secretario de Redacción de LA GACETA. Foto de Analía Jaramillo.

Para Názaro, la prensa tiene un rol clave en mantener el tema en agenda: “Así como se hizo con otros temas transversales, con el tránsito también hay que generar reflexión. No se trata de tomar partido, sino de no mirar para otro lado”, remarcó.

No obstante, el periodista reconoció con preocupación un fenómeno de apatía social: “Los informes se comparten, se comentan, pero al rato la gente vuelve a infringir normas. La información sola no alcanza si no hay un cambio cultural”, consideró.

Finalmente, Názaro apuntó a la falta de coordinación entre los municipios del Gran San Miguel de Tucumán y llamó a hacer un cambio: “El ciudadano se mueve de una ciudad a otra sin saber en qué jurisdicción está. Pero el Estado sigue fragmentado. Necesitamos un ente que coordine políticas de movilidad en toda el área metropolitana. Si no, cada uno hará lo que pueda… y el caos seguirá”.

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