El fútbol tiene muchas formas de ganar. A veces se celebra en los estadios y otras, como el martes por la tarde, en un bar inclusivo donde las sonrisas pesan más que los goles.
Son las 16.05 y los jugadores de Reserva de Atlético Tucumán van llegando de a poco. Desde adentro del local, Sol, David y Eli espían a través de las ventanas vidriadas y, cada vez que llega alguien, salen disparados a recibir amablemente a cada uno. Lo hacen con una sonrisa de oreja a oreja, como sorprendidos. “En diciembre, con uno de los chicos estábamos haciendo un balance y me dijo: ‘en lo que más crecí fue en que puedo hablarte y mirar a la cara’”, cuenta Oscar Nieva, uno de los encargados en el turno tarde respecto al crecimiento que tuvieron los chicos desde la inauguración del lugar en julio de 2024.
“Para nosotros puede parecer algo simple. Ellos, cuando llegaron, miraban el piso. Gracias a Dios, todo esto está cambiando, los padres ya no los tienen escondidos, actualmente tenemos 32 empleados discapacitados, pero cuando habíamos hecho las entrevistas llegaron más de 500 solicitudes”, agrega.
En una jornada alejada del césped, en el Espacio Juntarnos, ubicado en avenida Presidente Perón al 2400, jugadores, cuerpo técnico y empleados del local compartieron una merienda llena de risas, con metegol incluido, bromas cruzadas y, sobre todo, conciencia social.
El Espacio Juntarnos es mucho más que un bar: es un proyecto de inclusión que emplea a personas con discapacidad y ofrece una experiencia única, donde la calidez humana se siente en cada rincón. Para el técnico de la Reserva, Hugo Colace, la visita es una oportunidad de aprendizaje para sus dirigidos. “Vine con Ricardo (su ayudante de campo) un día libre a tomar un café y me encantó. Mi esposa me había contado sobre el lugar, sacó unas fotos y me lo recomendó. Ahí se me ocurrió que los chicos tenían que venir también”, contó Colace, impulsor de la actividad.
Durante casi una hora y media, los jugadores del “Decano” compartieron charlas, partidas de metegol y bromas futboleras -con menciones inevitables a San Martín- con los empleados del local. Pero más allá del juego, el verdadero valor del encuentro fue la conexión humana. “Está bueno que ambos, tanto los chicos como nosotros, podamos ver la igualdad, disfrutar juntos, socializar. Ellos luchan día a día con cosas que muchas veces nosotros ni vemos”, reflexionó Colace.
El espíritu de esta actividad fue, además, una lección de vida impulsada por uno de los coach de las inferiores del “Decano”, Antonio Ruiz Riera. “Esto te hace ver que el fútbol es solo un juego. A veces, desde el alto rendimiento, pensás que perder un partido es el fin del mundo. Pero estas cosas te hacen poner los pies sobre la tierra, valorar más el lugar en el que estás y tomar dimensión de lo que significa”, explicó.
Ruiz Riera también destacó el impacto que tiene dar visibilidad a este tipo de espacios: “Lo organizó “Pitu” (Enrique Figueroa) y me pareció una gran idea. Mientras más personas los conozcan, más conciencia se genera. Me sorprendió mucho lo que dijo el encargado: que cuando abrieron la convocatoria se presentaron 500 personas para solo 30 puestos. Imaginate si no hace falta que haya más lugares como este”, agregó.
Entre risas y afecto, los jugadores también sintieron que era una jornada especial. Luciano Vallejo, capitán del equipo, lo resumió en pocas palabras: “Fue una experiencia hermosa. Desde el primer momento nos recibieron con una sonrisa, nos sentamos a charlar, son muy amables”, destacó el futbolista que llegó en enero a nuestra provincia, proveniente de Boca.
Pero la emoción no fue solo de los visitantes. Nieva, encargado del Espacio Juntarnos, no ocultó la felicidad de recibir al club. “Para nosotros fue fantástico. Ver la emoción de los chicos que trabajan acá, sacándose fotos con los jugadores, compartiendo la tarde... fue muy emotivo”, explicó. Y añadió: “Esto no solo nos alegra, también nos ayuda a visibilizar lo que hacemos. No hay muchos lugares como este, donde personas con discapacidad tienen una oportunidad real de trabajar”, dijo.
Nieva remarcó que la idea original del espacio es ser un centro de formación laboral para personas con discapacidad. “Queremos ser una vidriera para que, cuando uno de los chicos consigue trabajo fuera, otro pueda entrar. Esa es la idea: ser un pasamanos para que más personas puedan tener su oportunidad”, detalló.
Además de los productos de calidad que ofrece el lugar, Nieva hizo hincapié en el valor humano del Espacio Juntarnos: “La atención que recibís acá, con tanto amor y dedicación, no la vas a encontrar en ningún otro lado. Los invito a todos a venir, a conocer el lugar y a dejarse llevar por la calidez de nuestra gente”, finalizó.
En un momento donde la competencia y los resultados muchas veces dominan el mundo del deporte, esta visita del plantel de Reserva de Atlético Tucumán es un ejemplo de que también se puede formar en valores, en empatía y en humanidad. “A veces te quejás porque hay tráfico, o hace calor... y después venís acá y ves a chicos que le ponen el pecho a todo con una sonrisa. Ese es el mensaje que me gustaría que se hayan llevado los jugadores”, concluyó Ruiz Riera.
El fútbol no se detuvo aquella tarde. Una vez que terminó la merienda, el “Decano” se fue al estadio a entrenarse, de cara al partido de esta tarde contra Independiente. Pero ese día se animó a cambiar de cancha, de reglas y de protagonistas. El Espacio Juntarnos fue, por un rato, el estadio donde se jugó el partido más importante: el de la inclusión, el respeto y el cariño.