El dólar.
Desde que el Banco Central (BCRA) dejó de intervenir activamente en el mercado cambiario oficial, tras la implementación del nuevo esquema, las reservas internacionales se redujeron en más de U$S1.100 millones en apenas una semana. Pese a esto, en el gobierno de Javier Milei aseguraron que en el contexto actual "la acumulación de reservas no importa", un argumento que genera preocupación entre los analistas económicos.
El régimen cambiario vigente establece que el BCRA no actuará mientras el dólar mayorista se mantenga dentro de la banda de flotación entre $1.000 y $1.400. Luego de haber repuntado, gracias al ingreso de fondos provenientes de organismos internacionales, las reservas comenzaron a disminuir nuevamente. Esta caída se explica por pagos de deuda realizados por el Tesoro y por variaciones en el valor del oro y otras monedas que forman parte del portafolio del Central.
En paralelo, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) contempla metas exigentes: sumar U$S5.000 millones a las reservas antes de julio y alcanzar un incremento total de más de u$s9.000 millones a fin de año. Sin embargo, diversos especialistas dudan que estos objetivos puedan cumplirse si el Gobierno persiste en su estrategia de usar los recursos disponibles para evitar que el tipo de cambio se dispare.
Un reciente informe de la consultora C-P destacó que la prioridad del Ejecutivo es sostener un dólar a la baja. Esta política, según los analistas, limita la posibilidad del BCRA de recomprar divisas y afecta directamente la acumulación de reservas. Hoy, los pagos del sector público se financian mayormente con los últimos desembolsos del FMI y otros organismos internacionales.
“Utilizar los dólares del FMI para cancelar deuda reduce la demanda de divisas en el mercado oficial y, en la práctica, termina subsidiando el tipo de cambio aplicado a importaciones, viajes al exterior y formación de activos externos”, explicó la consultora. En C-P advierten que esta estrategia beneficia en el corto plazo, pero genera desequilibrios a mediano.
Pablo Moldovan, director de la consultora, indicó que el Gobierno nacional está apostando a una apreciación cambiaria que, inicialmente, ayuda a bajar la inflación y mejora el poder adquisitivo de los salarios en pesos. Sin embargo, advirtió que este alivio es temporal: “Con el tiempo, la apreciación del tipo de cambio tiende a erosionar la competitividad, afectar la producción y generar expectativas devaluatorias que terminan revirtiendo los beneficios iniciales”.
En contraposición, Melisa Sala, economista jefe de LCG, sostiene que no hay un subsidio directo al dólar para importaciones o turismo, dado que, mientras el BCRA no intervenga, esas operaciones se compensan dentro del mercado entre privados. “La formación de activos externos o el pago de tarjetas en dólares no son financiados por el Banco Central, sino por quienes venden divisas en el mercado”, afirmó.
No obstante, los compromisos externos del país son cuantiosos. En los próximos nueve meses vencen alrededor de U$S16.000 millones en deuda, entre obligaciones con organismos internacionales, títulos públicos y bonos Bopreal. De acuerdo con C-P, los recursos disponibles solo alcanzarían para cumplir con los pagos hasta enero de 2026, y eso bajo el supuesto de que el FMI continúe liberando fondos sin exigir el cumplimiento estricto de metas.
En este marco, el Gobierno enfrenta el desafío de recuperar el acceso al financiamiento en los mercados privados para reemplazar la deuda con el FMI. Pero para ello, advierten desde la Gerencia de Estudios Económicos del Banco Provincia, será indispensable reducir el riesgo país y fortalecer el nivel de reservas. Según sus cálculos, sería necesario alcanzar un stock de reservas equivalente al 10% del PBI, lo que implica sumar unos U$S20.000 millones, de los cuales U$S12.000 millones deberían obtenerse a través de compras en el mercado de cambios, consignó el diario "Ámbito".







