
CONTROLES INSUFICIENTES. Las mujeres corren riesgos de sufrir un infarto igual que los varones y por ello se deben hacer chequeos anuales.

Esperar a que algo duela o no funcione para ir al médico es un hábito tan arraigado como riesgoso. En un país donde las salas de espera suelen llenarse por urgencias, los chequeos médicos preventivos siguen siendo una deuda pendiente. Pero ¿cuándo deberíamos hacernos un control general? ¿Y qué estudios conviene incluir según la edad?
“La medicina no debería ser reactiva, sino preventiva. Detectar a tiempo puede salvar vidas, especialmente en enfermedades silenciosas como la hipertensión, la diabetes o ciertos tipos de cáncer”, explica la doctora Juliana Menéndez, médica clínica del Hospital Italiano.
¿Cada cuánto conviene hacerse un chequeo general?
La mayoría de las sociedades médicas recomiendan un control clínico anual para personas adultas sanas, aunque la frecuencia puede variar según los antecedentes personales y familiares.
Desde los 20 años, conviene controlar al menos una vez al año:
Presión arterial
Peso y perímetro abdominal
Análisis de sangre (glucemia, colesterol, función hepática y renal)
Orina completa
A partir de los 40, se suman:
Electrocardiograma
Evaluación oftalmológica
Control de tiroides
Colonoscopía (desde los 50, o antes si hay antecedentes)
En mujeres, también se recomienda:
Ginecológico anual (PAP y colposcopía)
Mamografía desde los 40 (o antes si hay factores de riesgo)
En varones, se sugiere:
Control urológico anual desde los 50 (o antes según antecedentes)
Antígeno prostático específico (PSA)
Lo que no duele también enferma
Algunas enfermedades como la hipertensión o la diabetes tipo 2 pueden avanzar durante años sin dar síntomas. “Muchos llegan a la consulta cuando ya tienen una complicación: pérdida de visión, infartos, daño renal”, señala Menéndez. Lo mismo sucede con el cáncer de colon, que detectado en estadios tempranos tiene una tasa de curación del 90%, pero en fases avanzadas, se reduce drásticamente.
La salud pública y las obras sociales: ¿qué cubren?
En Argentina, el Programa Médico Obligatorio (PMO) incluye estudios preventivos básicos tanto en obras sociales como en el sistema público. Sin embargo, el acceso no siempre es simple: turnos demorados, falta de profesionales o poca difusión de campañas suelen ser barreras.
“Muchas personas ni siquiera saben que pueden pedir un chequeo completo sin síntomas previos”, afirma Menéndez. En algunos municipios, se organizan campañas de salud en centros comunitarios, con controles gratuitos y sin necesidad de derivación.
La prevención también es un derecho
Cuidar la salud no debería depender solo del azar o de un dolor que te obligue a buscar respuestas. El cuerpo habla, pero muchas veces lo hace en silencio. Por eso, tomarse un tiempo al año para revisarse no es exageración, es autocuidado. Y si bien nadie quiere recibir un diagnóstico inesperado, recibirlo a tiempo puede marcar la diferencia.
Hacerse un chequeo es, en definitiva, una forma de decirse: me importo.







