Si la consagración al sacerdocio es de por sí una entrega que se supone sacrificada, asumir como papa de la Iglesia Católica parece ser una entrega aún mayor. Aunque resultar electo en un Cónclave puede ser una condecoración que genere orgullo, asumir el liderazgo de una religión mundial tiene también un alto costo.
En el último siglo, el único papa que renunció a su cargo y pudo retomar algunos aspectos de su vida privada fue Joseph Ratzinger, Benedicto XVI. El anterior fue Gregorio XII, quien estuvo al frente del Estado Vaticano entre 1406 y 1415. Por esto, se espera que una vez que asumen, los papas permanezcan en el cargo hasta los últimos días de su vida.
La emoción de una madre de Pizzaballa tras conocer al nuevo papa
Las lágrimas de Maria Maddalena Tadini, madre de Pierbattista Pizzaballa, uno de los cardenales más nombrados entre los potenciales papas y de los más fuertes en el bloque italiano, demostraron la alegría de que su hijo no resultara electo. La mujer no pudo contener la emoción al escuchar el nombre de Robert Francis Prevost como sucesor de Francisco.
Rodeada de una multitud, tanto familiares y allegados como periodistas, Tadini recibió el “habemus papam”. El diario romano Repubblica difundió el video del momento en que la mujer conoció la noticia. “Es Prevost, el estadounidense”, dice una periodista. “Menos mal”, dice María, mirando al cielo, con lágrimas en los ojos y una sonrisa apenas perceptible.
“¿Cómo se siente, María?”, consultan de inmediato a la mujer. “Estoy contenta”, responde y todos a su alrededor se alegran. Está contenta porque sabe que su hijo, por ahora, no deberá entregarse completamente al Vaticano. “Pienso que sí”, responde cuando le consultan si Pizzaballa volverá a su casa. “Menos mal que no es él”, repite aliviada y con las manos juntas en forma de súplica y cerca de la boca. Casi como si estuviera agradeciendo secretamente.
A Pierbattista Pizzaballa todavía le queda, por lo menos, una comida con su madre, quien le prometió preparar polenta a su regreso. “Cuando llegue a casa se la voy a preparar. Todo lo que él quiera. Basta con que vuelva a casa”, dice Tadini feliz de demostrar su alivio.