
Es cuestión de segundos para que el reloj marque las 19. Es una tarde sorprendentemente calurosa en Tucumán, pese a que ya paso más de un mes del inicio del otoño. En la Usina, se escuchan los botines rechinar y la pelota rebotar, mientras un grupo de chicos juega un partido de entrenamiento de futsal. Al costado de las canchas, un grupo muy reducido de chicas se prepara para un entrenamiento de patín. Entre ellas, una niña de ocho años, con una sonrisa demasiado encandilante como para no ser contagiosa: Victoria Acevedo.
"Vicky" lleva puesta una malla celeste y blanca, un retazo que evidencia lo que sucedió apenas días atrás: su primera competencia con la Selección Argentina. Una experiencia casi ideal: en la semifinal de las Artistic International Series, disputadas en el Microestadio de Patín del Parque Olímpico, en Buenos Aires, logró la medalla de plata en la modalidad libre, en la categoría Tots.
Con una vestimenta elegante —el diseño emulaba a un esmoquin— y un mix de canciones de Mary Poppins como cortina musical, la pequeña Victoria deslumbró al público que colmó el estadio con una gracia hipnotizante. Con un puntaje de 23.56, obtuvo el segundo lugar entre las 16 niñas —de Argentina, Brasil, Paraguay y Chile— que participaron.
"Al principio no le gustaba", reveló su entrenadora —y tía— Melina Castro, sobre la música de la icónica película protagonizada por Julie Andrews. "Después empezó a sentir la música y se la vio muy bien en pista. Da con su personalidad, que es muy alegre", agregó.
"La empecé a bailar y sentí que era para mí. La disfrutaba y me sentía bien", confirmó "Vicky". Como en cada respuesta que dio durante la entrevista, lo hizo con una sonrisa de oreja a oreja y una timidez que fue desapareciendo con el correr de los minutos.
Una experiencia inolvidable
Para "Vicky", las Artistic International Series fueron su primer evento internacional. Como tal, implicaron una vivencia completamente novedosa, magnificada por competir en un estadio cuyas dimensiones exceden largamente a los escenarios donde se realizan las competencias en Tucumán y por el hecho de formar parte de un seleccionado nacional.
"Concentró en un hotel con toda la selección. Nosotras (las familiares) estábamos en Buenos Aires, pero no parábamos con ella. Tenía que cumplir con todos los estándares de la Selección", detalló Castro.
¿Fue difícil no estar con su familia? "No", respondió Victoria, con una seguridad algo picarona, casi desafiante. Contraria fue la respuesta cuando se le consultó si se divirtió: un "sí" muy entusiasta salió de su boca. Además de su compañera de cuarto, una chica de Buenos Aires, Acevedo conoció a otras patinadoras. "Hablé con Lola Montenegro, con Ian Canteros, con Maia Duarte Aguirre y con Clarita Pereyra. Nos hicimos amigos", repasó "Vicky".
Ni siquiera madrugar frenó su entusiasmo ni opacó su experiencia. "Un día me levanté a las cinco de la mañana —tenía prácticas a las siete—. El día que competí me levanté a las seis", reveló Acevedo. Pero, aseguró, nunca le costó salir de la cama.
Y en la competencia en sí, tampoco se vio intimidada ni por la enorme cantidad de público ni por las dimensiones de la pista —30x50, mucho mayor que el terreno de 20x40 sobre el que entrena habitualmente—. "Cuando estaba entrando me aplaudieron porque estaba entrando una argentina", recordó "Vicky" sobre su performance. "Me encantó", resumió.
Un entrenamiento de alto rendimiento
"Festejé con mucha alegría con mis amigas. Mi mamá —Fátima— y mi hermana —Bianca— estaban recontentas", contó la niña sobre su logro en Buenos Aires. "Vicky" relató que, al volver a Tucumán, celebró con ellas, con Melina y con su abuela Mariel.
Y no fue para menos. Además de todo el apoyo en la vida cotidiana y el sacrificio que hacen para que Victoria pueda llevar adelante su entrenamiento, su familia fue la razón por la que empezó a patinar.
"Bianca también hace patín. Vicky era muy chiquita, y cuando aprendió a caminar ya estaba en el club, y trepaba arriba de todo lo que había. Un día le calzamos los patines, y no le quedó otra que aprender a caminar con los patines y a patinar", relató Melina, que también tuvo su etapa como patinadora internacional. En esa época, fue entrenada, justamente, por su madre Mariel. "Ellas patinaban y yo quería hacer lo que ellas hacían, les quería copiar", acotó Victoria.
Aunque empezó como un hobby, ya desde muy chica "Vicky" mostró grandes cualidades. "Desde 2020 o 2021 empezó a encontrarle el gustito a aprender diferentes cosas. Muchas de ellas le salen natural, es puro talento", contó Melina.
Por eso, al ver la evolución, la exigencia empezó a subir para Acevedo. Hoy en día, la niña entrena cuatro veces a la semana —a veces cinco—, va al gimnasio y toma clases de flexibilidad. Todo, obviamente, planteado acorde a su edad y tamaño. Y sin olvidar que sigue siendo una niña.
"Son entrenamientos de alto rendimiento. Todo el tiempo tratamos de que siga siendo una niña y siga jugando. Pero cuando vimos que respondía con seriedad, con fuerza de voluntad para caerse y levantarse todo el tiempo, supimos que teníamos que darle lo que necesitaba para que siga creciendo", explicó Castro.
Y fue producto de ese trabajo y esa evolución que su familia apostó a que, para este año, se incorporara a una categoría internacional, con frutos inmediatos. "Con un profe que es instructor habíamos charlado que pase a una categoría internacional, porque venía patinando muy lindo y la veíamos con proyección. Cuando vimos todos los eventos que había, dijimos de probar. Y ahora comprobamos que es una patinadora internacional con todas las letras", reflexionó su entrenadora.
Un gran panorama
"Vicky", que cursa tercer grado en el colegio Santa Catalina, realiza un gran esfuerzo para complementar el patín con su vida cotidiana. ¿La cansa su rutina? "Un poco", reconoce Acevedo. Pero mucho mayor es la felicidad que siente al ponerse los patines y deslizarse sobre la pista con una facilidad envidiable.
Y por ahora, todo se complementa de maravillas. Victoria no solo es una gran patinadora, sino también una gran alumna. "En Ciencias Naturales y en Ciencias Sociales saqué 10, y en Matemáticas 9", cuenta, orgullosa.
Mientras tanto, los entrenamientos siguen en aumento. "Vicky" ya se está preparando para sus próximas competencias: en junio disputará el Campeonato Panamericano, también en Buenos Aires. Tendrá además el Nacional y un Sudamericano. Pero también se entrena con vistas al próximo año, en el que cambiará a la categoría Mini. "Es muchísimo el salto en cuanto a dificultad, pero ya estamos trabajando", reveló Melina.
Con cada movimiento, con cada salto, con cada giro que da dentro de la pista, Victoria Acevedo plasma a la perfección la combinación de arte y deporte que representa el patín. Como si fuera una pintora dando suaves pinceladas, "Vicky" hace suya la pista y enamora al público. Su presente es brillante y su futuro, un mundo de posibilidades. Y lo más importante es que, como debería suceder con cada niño que practica una disciplina, disfruta al máximo de lo que hace. Eso, a fin de cuentas, es lo más importante; lo sabe ella y lo sabe su familia, que la acompaña sin presiones en su —muy— incipiente camino en el mundo del deporte.