¡No la descartes! Así podés utilizar la cáscara de banana como fertilizante natural

Con alto contenido de potasio, fósforo y calcio, este residuo doméstico puede transformarse en un abono ecológico y efectivo para tus plantas. Técnicas simples para preparar fertilizante casero en Tucumán.

¡No la descartes! Así podés utilizar la cáscara de banana como fertilizante natural FOTO/COCINA ZERO WASTE
11 Mayo 2025

Durante años, los fertilizantes químicos dominaron la escena agrícola por su efectividad inmediata. Pero en la actualidad, cada vez más personas -sobre todo en entornos urbanos y domésticos- eligen alternativas naturales para cuidar sus plantas y cultivos sin dañar el ambiente. En ese camino, la cáscara de banana emerge como un recurso valioso, simple de utilizar y disponible en casi cualquier hogar.

En lugar de tirarla a la basura, este residuo orgánico se puede convertir en un potente fertilizante casero, ideal para huertas urbanas, macetas y jardines.

Un residuo con propiedades nutritivas únicas

La cáscara de banana es rica en minerales esenciales como potasio, fósforo, calcio y magnesio. Además, contiene vitaminas, fibra, polifenoles y compuestos antioxidantes que no solo nutren a las plantas, sino que también fortalecen su estructura celular, mejoran su floración, desarrollo de frutos y resistencia frente a plagas.

A estas propiedades se suman beneficios antimicrobianos y antiinflamatorios que favorecen un entorno de cultivo más sano, estimulando la actividad microbiana y mejorando la estructura del suelo.

Cuatro formas de convertirla en fertilizante

Quienes cultivan en casa pueden elegir entre varias formas sencillas de reutilizar la cáscara de banana como fertilizante:

1. Té de cáscara de banana:

Hervir entre dos y cinco cáscaras en un litro o litro y medio de agua durante 10 a 15 minutos. Una vez frío, se cuela y se aplica directamente en la tierra cada 15 días. En época de floración, se puede diluir una parte del té en cinco partes de agua para el riego.

2. Enterrado directo:

Cortar la cáscara en trozos pequeños y enterrarla a unos cinco centímetros de profundidad, alrededor de las plantas. Esta técnica libera los nutrientes lentamente.

3. Fermentado:

Colocar cáscaras en un frasco con agua, cubrir con un paño y dejar reposar por una semana. Luego, se licúa la mezcla, se diluye con agua y se aplica en la base de las plantas.

4. Compostaje:

Agregar las cáscaras al compost doméstico ayuda a enriquecer el abono con potasio, fósforo y calcio. Es importante esperar que se descompongan para evitar malos olores.

Estas técnicas son especialmente útiles en cultivos como tomates, pimientos, frutales, orquídeas y rosas, todos muy comunes en jardines tucumanos.

¿Qué aporta cada nutriente?

Potasio: mejora el transporte de nutrientes dentro de la planta y promueve una floración saludable.

Fósforo: clave para el desarrollo de raíces y la formación de semillas.

Calcio: refuerza las paredes celulares y aumenta la resistencia a enfermedades.

Magnesio: esencial en la fotosíntesis, favorece el verdor del follaje.

Dado que la cáscara tiene bajo contenido de nitrógeno, se recomienda combinarla con otros residuos ricos en ese elemento, como restos de café o estiércol.

¿Y si la comemos?

Aunque su uso más extendido es en jardinería, la cáscara de banana también puede ser consumida por humanos. Bien lavada y cocida, aporta fibra, antioxidantes y minerales como potasio y magnesio. Algunas recetas la incluyen en batidos, currys, postres veganos y mermeladas.

Eso sí: se recomienda optar por bananas orgánicas, sin pesticidas, y siempre cocinarlas para mejorar su textura y sabor.

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