TESTIGO. Sofía DiCianni habló de su vínculo con Alfredo Socci y Natalia Liberman y por qué frecuentaba la casa
Durante el 2023, a medida que avanzaba la investigación y se conocían nuevos detalles vinculados al homicidio de Gabriela Picciuto, la lupa se puso sobre su ex marido, José Luis Fumero, y surgieron dudas respecto al vínculo entre ambos y a los intereses que había detrás de la división y venta de la vivienda de la calle Chacabuco 59. En la sexta audiencia del juicio donde se acusó a Leonardo Salomón (ex pareja de la víctima) de haber asesinado a Picciuto y luego esconder su cuerpo en la estructura de una cisterna, Luciana Marín de la Fuente, la procuradora que intervino en la mediación y venta del inmueble, realizó una sorpresiva declaración.
La profesional explicó que conoció a Fumero a fines de diciembre de 2022 en una cafetería. Allí el hombre le contó que estaba atravesando un trámite de sucesión con su hermano y una división de bienes con Picciuto, pero le dijo que ambos trámites estaban avanzando lentamente. Ella se ofreció a ayudarlo, el hombre accedió y luego de la feria judicial se pusieron en contacto. “Yo fui ingenua y creí que estos casos iban a ser sencillos”, adelantó. “Le pedí el número de teléfono de la señora pero me dijo que no lo tenía y que ni loco se acercaba porque le tenía miedo. Dijo que ya había sido denunciado varias veces y que ella tenía un comportamiento errático y violento”, contó.
Marín -según su testimonio- decidió presentarse personalmente en el domicilio para charlar con Picciuto pero fue en tres oportunidades y la atendió Alfredo Socci explicándole que no estaba. “Cuando volví la segunda o tercera vez a buscarla, Socci estaba claramente bajo los efectos de estupefacientes. Tenía las pupilas dilatadas, tambaleante. No fue amable, yo tampoco, porque me tenía que defender. Llamé a Fumero, le pedí que buscara el papel de copropietario y le recomendé hacer el desalojo”, dijo.
Fumero llevó a un cerrajero a la casa, cambió la cerradura, le dio una copia a Socci y le habría pedido que apenas vuelva Gabriela se la diera. “Como la señora no aparecía algo había que hacer. Volví a la propiedad para hacer un desalojo voluntario. Me atendió Socci, quien estaba con una señorita, con claros efectos de haber consumido estupefacientes pesados. Lógicamente estaban a la defensiva. Socci me dijo: ‘rajá de acá, te voy a matar’; pero es una reacción común que tienen los inquilinos cuando se los invita a desalojar el inmueble en el que están viviendo, sobre todo si tienen problemas de consumo y si no tienen a dónde ir”, fundamentó.
La mujer contó que la primera vez que pudo ingresar a la propiedad fue para realizar un relevamiento fotográfico cuando Gabriela ya estaba desaparecida. “Hasta ese momento nadie sabía que estaba muerta, ni siquiera los inquilinos. Si ellos hubiesen estado al tanto de semejante homicidio hubieran desaparecido de la misma manera que lo hizo Salomón”, manifestó, y sorprendió a todos los presentes en la sala ya que fue en contra del imputado pese a ser una testigo citada por el defensor oficial, Hernán Molina.
A su turno, el fiscal Carlos Sale aprovechó para indagar en esta declaración. “Hay indicios que son indubitables. No es casualidad que Picciuto haya desaparecido y que Salomón haya desaparecido inmediatamente sin decir a dónde se iba; acá no hay dudas, señor juez, no es casualidad que esta persona haya terminado muerta”, dijo.
Marín también dijo que desconocía cómo fue el trato que realizaron Fumero y Walter Marchese para el pago de la vivienda y contó que, cuando Fumero fue detenido y procesado como sospechoso del crimen, éste le solicitó a ella y a su hermano, Isaías Marín de la Fuente, que asumieran su defensa en el caso. “Con mi hermano ya no queríamos saber nada, estábamos horrorizados. Mataron a una mujer y la encontraron allí. ¡Yo fui a buscarla para hacer una mediación y la encontraron muerta dos meses después! ¡Si yo no iba a golpear la puerta, esa mujer no aparecía más!”, exclamó la procuradora.
Dramas y denuncias
Ayer también se sentaron frente a los jueces María Valeria Mibelli, Isabel de Los Ángeles Méndez y Guido Leandro Cattáneo, las testigos -y anteriormente imputadas y sobreseídas en la causa- Sofía DiCianni (una joven que era habitúe de la casa), y Natalia Liberman (inquilina y pareja de Socci).
DiCianni contó que conoció a Socci cuando ella tenía 16 años. Dijo que había estado un tiempo sin ver a Alfredo hasta que la llamó para avisarle que junto a Natalia se habían mudado a una habitación en la Chacabuco 59 por lo que fue a visitarlos. A preguntas del defensor por si había otra persona más en la pensión, ella dijo haber visto a un chico en la habitación de al lado pero que no lo conocía. “Fui un par de veces, consumíamos crack y a veces también peleábamos. Un día discutimos por plata y me tiraron de la escalera”, recordó.
Contó que la primera vez que vio a Fumero fue cuando llegó con un cerrajero para intentar abrir la puerta de la casa. Una vez que tuvieron acceso, junto con Luciana Marín de la Fuente comenzaron a sacar cosas del interior de la vivienda de Gabriela.
Liberman, quien llegó al Fuero Penal en un móvil policial a raíz de una ceguera que sufrió, no aportó muchos datos desconocidos. Sólo dijo que el 2 de mayo de 2023 Alfredo y ella tuvieron una pelea por lo que se hospedó durante unos días en la casa de Sofía (es por ello que sus pertenencias fueron encontradas en la casa de la joven en un allanamiento). También dijo que junto a Socci le pusieron una orden de restricción a DiCianni porque los amenazó con un destornillador, y que se mudaron de la pensión entre el 11 y el 12 de mayo.
Mañana continuarán declarando los testigos de la defensa.










