Gritos, robos, discusiones, desorden y puertas rotas. Así definieron los inquilinos la convivencia en el inmueble construido en la calle Chacabuco 59. Durante la tercera jornada del debate oral contra Leonardo Salomón, los nuevos testigos reconstruyeron cómo fueron los meses previos a que Ana Gabriela Picciuto desapareciera y fuera encontrada sin vida el 12 de mayo del 2023 escondida en el interior de una cisterna instalada en la propiedad.
El testimonio central de la audiencia fue el que brindó Alfredo Socci. El hombre fue uno de los primeros imputados en la causa. Con los meses el fiscal Carlos Sale lo sobreseyó al no haber elementos para sostener su acusación y ayer prestó una extensa declaración como testigo, en la cual explicó la dinámica del día a día en el inmueble, los problemas que había y cómo era el comportamiento de la víctima.
Contó que junto con Natalia Liberman (también fue imputada y luego sobreseída) pactaron el alquiler de una habitación en la Chacabuco 59 a través de Facebook y que el 23 de febrero de 2023 se mudaron para allí. El primer día que llegaron para instalarse conocieron a Salomón, quien -según le habría dicho Gabriela- realizaba arreglos en el lugar además de vivir allí. “Creo que él nos dijo que se habían conocido hace tres semanas en un bus de larga distancia, que pegaron buena onda y él se bajó con ella. La otra teoría, la de ella, era que hace tres meses se conocieron en Buenos Aires y él estaba viviendo con ella”, dijo.
Socci describió la pensión y contó que no estaba en buenas condiciones, que había puertas colocadas al revés y sin cerradura y que había varias cosas por arreglar. También dijo que Gabriela le pidió que pintara las paredes de la casa, él aceptó y de esta forma pagaba el alquiler de la habitación.
A lo largo de su declaración reconstruyó cómo fueron los días previos a la desaparición de Picciuto. Relató que el 6 de marzo Gabriela perdió su celular y acusó al herrero de habérselo robado. Al día siguiente, el 7 de marzo, el ambiente estaba alterado por un robo en la peluquería que funcionaba en el sector delantero del inmueble. La policía fue a ver qué había pasado, la inquilina del local discutió con Gabriela y decidió abandonar el lugar.
“Al otro día a la noche Gabriela me pidió que le abra la puerta que separaba la pensión de la galería de entrada porque quería dejarle una nota para un inquilino que iba a llegar. Vi que estaba bajo los efectos de alguna sustancia porque se le resbalaba el habla y casi se cae de la escalera”, dijo.
Tras dejar la nota en la habitación, la mujer regresó a su casa y Socci escuchó que comenzó a discutir con alguien. “Se escuchaba música de fondo, de repente se cortó y se la escuchó a Gabriela; ella era a la única persona que se la escuchaba todo el tiempo porque hablaba muy fuerte. A ella se la escuchaba muy clarito diciéndole a alguien: ‘te vas a la m….. de acá, no te soporto más. Vos ponés música solamente cuando yo no estoy. Te vas, te doy hasta el lunes’”, recordó el testigo.
Silencio increíble
Socci dijo que durante esa discusión se escuchaba que había alguien que le contestaba pero como hablaba bajito no pudo identificar quién era aunque creyó que “se trataba de Leonardo”. “Esa es la última vez que lo escuchamos. Al otro día hubo un silencio increíble, como nunca. Pensábamos que finalmente se había dormido porque se había empastillado tanto la noche anterior”, declaró.
Al día siguiente Salomón le envió un mensaje avisando que Gabriela se iría a Jujuy con un amigo y que volvería el lunes. “Me dijo que él se iría antes porque no se la quería cruzar. Yo le pedí que antes que ella se fuera le dijera que me deje los pinceles así terminaba de pintar, pero Leonardo me respondió que ya se había ido”. Los días pasaron, Salomón ya había abandonado la casa y Picciuto no volvió a ser vista. “Su perrito lloraba todo el día, le mandé un mensaje a Leonardo diciéndole que no paraba de ladrar, si podía comunicarse con Gabriela pero nunca le llegó”, dijo.
El 2 de mayo llegaron el ex esposo de Picciuto, José Luis Fumero, junto con los abogados Luciana e Isaías Marín para inspeccionar la propiedad. “Le pregunté a Fumero por qué Gabriela no había regresado y me contestó que su madre la había internado por abuso de sustancias en Monteros”, contó el testigo.
Unos días más tarde dijo que Walter Marchese (comprador de la vivienda) les pidió a él y a Liberman que se retiraran de la propiedad. “Antes nos dijeron que no nos hiciéramos problema porque nos íbamos a poder quedar mientras hacían las refacciones. Marchese me explicó que él había comprado la parte de atrás y el local de adelante y Luciana Marín compró la parte de arriba. Me dijo que entre él, Fumero y Marín nos darían $60.000 para que nos vayamos y estemos todos en paz. Esa plata nunca llegó. Nosotros hicimos la mudanza y luego volví a buscar a Marchese para que nos diera la plata prometida”, aclaró. Días después se enteró del hallazgo del cuerpo de Gabriela.
Socci no fue el único que manifestó haber vivido disturbios durante su estadía. Gabriela Lorena Saavedra le alquiló durante casi tres años un local a Picciuto para abrir si peluquería. Según declaró ante los jueces María Valeria Mibelli, Isabel de Los Ángeles Méndez y Guido Leandro Cattáneo, se instaló en octubre del 2020 y todo funcionaba bien hasta que la situación se complicó en el último año. “Había días que estaba bien y otros que no se la podía ni mirar y se ponía violenta. En el último tiempo entraba al local, robaba cosas, le gritaba a las clientas; ya no se podía trabajar así”, expresó.
La gota que rebalsó el vaso fue el asalto que sufrió el 7 de marzo de 2023 cuando le sustrajeron un televisor e insumos. “Sospechaba de todos los que vivían allí. Socci me llevó arriba y me mostró la habitación para mostrarme que no habían sacado nada. Me contacté con Salomón y me dijo que él no podía ayudarme porque estaba encerrado en la casa de Gabriela. Me acuerdo que me decía: ‘esta mujer está loca de la cabeza, si sabía que estaba tan loca no me metía’”, sostuvo Saavedra. La peluquera, rendida por la situación, decidió dejar el robo atrás y mudarse de local a principios de marzo.









