Un nuevo paseo obligado por Roma: visitar la tumba de Francisco

Un nuevo paseo obligado por Roma: visitar la tumba de Francisco

Los fieles se volcaron masivamente a Santa María la Mayor, donde descansan desde el sábado los restos del Papa argentino

La rosa blanca sobre la lápida del papa Francisco en Santa María la Mayor. ANSA / VATICANNEWS.VA

La devoción mariana profesada por Jorge Bergoglio desde su juventud lo llevó a tomar una decisión más que llamativa: ser enterrado fuera del Vaticano, en una basílica dedicada al culto a la Virgen. Allí, en Santa María la Mayor, una de las iglesias emblemáticas de Roma, los fieles ya tienen habilitado el acceso. Rezar frente al sepulcro de Francisco es, desde la primera hora del domingo, un nuevo paseo obligado por la capital italiana.

Las filas se formaron fila desde muy temprano y avanzaron con rapidez durante toda la jornada. Es que, en realidad, no hay mucho para ver. Fiel a su estilo, el Papa dispuso que su última morada sea tan austera como transcurrió su Pontificado, lejos del barroquismo de los palacios vaticanos, de los mausoleos imponentes y de las estatuas. Se trata de una simple lápida con la inscripción “Franciscus”, el nombre en latín del santo elegido por Bergoglio aquel marzo de 2013 como impronta para su papado. El trazado de la cruz del buen pastor, que siempre lució en el pecho, completa la ascética ornamentación.

Además, el sepulcro se halla lejos de la fastuosidad del resto del templo. Lo instalaron donde estaba el armario en el que guardaban los candelabros, encajado entre los confesionarios. Por estas horas está marcado el recorrido en el interior de la iglesia para llegar hasta ahí, pero en el futuro, tal como advierten los voluntarios, habrá que preguntar para encontrarlo.

Llegar hasta Santa María la Mayor implicó un buen plan para el domingo a pleno sol vivido en Roma. Es una linda caminata de alrededor de 30 minutos si se la emprende desde el casco histórico, con el atractivo de atravesar el Campidoglio, el Foro y el Coliseo. En taxi o en Uber, dependiendo del tráfico, es un viaje que cuesta alrededor de 10 euros. Desde El Vaticano ya es otra cosa, porque se trata de la basílica más alejada de la Plaza de San Pedro. Conviene apelar al transporte público, aunque quien está dispuesto a caminar durante una hora puede aprovecharlo.

Desde León XIII, enterrado en San Juan de Letrán en 1924 (había fallecido en 1903), ningún Papa había decretado que su tumba estaría fuera del Vaticano. Justamente, San Juan de Letrán y Santa María la Mayor son dos de las “basílicas mayores” de Roma, condición que comparten con San Lorenzo Extramuros y San Pedro y San Pablo Extramuros. En una ciudad que cuenta con más de 900 iglesias, prácticamente todas con un valor histórico que invita a visitarlas, la decisión de Francisco fue por demás significativa. Además no está solo, ya que hay otros cuatro Papas sepultados en el mismo templo: Clemente VIII, Paulo V, Sixto V y Pío V.

El hecho de estar fuera del casco histórico y del radio del Vaticano, en una zona más barrial, le brinda a Santa María la Mayor un toque diferente. Al frente, en una placita, un monumento homenajea a Paulo V (ejerció el papado entre 1605 y 1621), quien había sido vicario de esa iglesia y fue el Pontífice que terminó la construcción de la basílica de San Pedro. Además, beatificó a Ignacio de Loyola, fundador de la Orden Jesuita. Pero no fue ese el motivo que llevó a Bergoglio a elegir Santa María la Mayor para su sepulcro, sino el poderoso lazo que lo unía con la Virgen “Salus Populi Romani”, a quien se encomendaba antes de cada viaje y le agradecía al retornar.

De aquí en más, la visita al sepulcro de Francisco seguramente potenciará el interés por una iglesia de por sí colmada de atractivos, como las capillas de Paulina y Sixtina (no la del Vaticano, que tiene los frescos de Miguel Ángel), y la famosa Cripta de la Navidad, que alberga reliquias asignadas al pesebre en el que nació Jesucristo. Además, en Santa María la Mayor culmina la tradicional procesión anual de Corpus Christi, que se inicia en San Juan de Letrán y suele ser encabezada por el Papa. A todo esto sin dudas debe haberlo pensado Francisco cuando eligió su definitiva morada.

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