
El Vaticano vivió este domingo una jornada tan conmovedora como inesperada. Estaba previsto que Carlo Acutis, el joven conocido como "el influencer de Dios", fuera canonizado tras la confirmación de varios milagros atribuidos a su intercesión, en un acto autorizado personalmente por el papa Francisco.
Sin embargo, la muerte del Pontífice obligó a aplazar la ceremonia para una nueva fecha aún no anunciada. Esta suspensión generó desconcierto entre los miles de jóvenes italianos que habían organizado su viaje con anticipación para presenciar un momento que prometía ser histórico: ver a un adolescente ser elevado a los altares.
Desde la madrugada, el Vaticano se convirtió en un océano de jóvenes, niños y adolescentes que arribaron tanto para participar del Jubileo como para celebrar la canonización que ya no pudo llevarse a cabo.
La misa de este domingo comenzó a las 10:30 horas, en un marco multitudinario que recordó la masiva despedida al Papa Francisco el día anterior. Grupos provenientes del norte de Italia, Sicilia, Cerdeña y de numerosas comunidades parroquiales llegaron en peregrinación, demostrando la profunda fe que atraviesa al país.
La enorme cantidad de fieles hizo imposible que todos pudieran acercarse a la Plaza de San Pedro. Muchos se vieron obligados a seguir la celebración a través de pantallas gigantes, ubicadas a varias cuadras de distancia, y no pocos terminaron sentados a orillas del río Tíber o en calles cercanas, sin poder divisar la ceremonia.
A pesar de la tristeza que impregnó el ambiente, especialmente por ser el primer domingo de la cristiandad sin la presencia del papa Francisco, el fervor juvenil se mantuvo vivo.