22 Abril 2025
Quién y cómo se organiza el funeral del Papa
El fallecimiento del Papa marca el inicio inmediato de un complejo protocolo litúrgico y ceremonial que se conoce como Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, el conjunto de normas que rige la despedida de un Sumo Pontífice. Lejos de la improvisación, todo está previsto al detalle por siglos de historia y práctica eclesiástica. Y hay un nombre clave en el centro de esta organización: el camarlengo.
¿Quién es el responsable del funeral?
Actualmente, el encargado de este rol es el cardenal Kevin Joseph Farrell, quien asume el liderazgo administrativo del Vaticano desde el momento de la muerte del Papa y hasta la elección de su sucesor. Su primera tarea es constatar oficialmente el fallecimiento del Pontífice, sellar sus aposentos y custodiar el Anillo del Pescador, que será posteriormente destruido como símbolo del fin de su pontificado.
El camarlengo trabaja en estrecha colaboración con la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice, que es la responsable directa de coordinar cada uno de los actos fúnebres. Esto incluye el velatorio, la Liturgia de la Palabra, el traslado del féretro, las misas de los novemdiales (nueve días de luto) y la misa funeral.
El cuerpo del Papa fallecido es colocado en un féretro de madera simple y vestido con los ornamentos litúrgicos: sotana blanca, casulla roja, mitra y el palio. Durante varios días, permanece expuesto en la Basílica de San Pedro para que los fieles puedan despedirse en un último gesto de veneración. Mientras tanto, cada día se celebra una misa de sufragio con la participación de cardenales, obispos y delegaciones del mundo entero.
El funeral solemne se realiza en la explanada de la Basílica de San Pedro. La misa es presidida por el decano del Colegio Cardenalicio —en este caso, el cardenal Giovanni Battista Re— y cuenta con la presencia de jefes de Estado, líderes religiosos y miles de peregrinos.
Una vez finalizada la ceremonia, el cuerpo es trasladado a las grutas vaticanas para su sepultura, donde reposan la mayoría de los Papas. En el caso de Francisco, será trasladado a la Basílica de Santa María la Mayor, tal como lo pidió en su testamento.
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