LA FAMILIA EN LA MIRA. El Papa reunió a los obispos para que debatieran sobre el tema y elevaran propuestas.
La preocupación por el planeta fue una guía constante en el discurso y en los actos del papa Francisco. Su pontificado estuvo marcado por un llamado a la acción contra la crisis climática para cuidar la “casa común”. En 2015 dejó su primera gran huella con la publicación de la encíclica “Laudato si” (Alabado sea).
Con un enfoque muy crítico, abordó la degradación ambiental y la necesidad de un desarrollo sostenible. Su postura no se limitó a documentos oficiales, sino que se tradujo en discursos, encuentros y llamados a líderes mundiales para que tomaran medidas concretas en favor del cuidado de la tierra.
Algunos de los puntos más importantes que figuran en esta encíclica son:
• El Papa advirtió sobre el deterioro ambiental, la pérdida de biodiversidad, la contaminación, el cambio climático y la cultura del descarte.
• Criticó el consumismo excesivo, el modelo económico (a los empresarios y financieros) basado solo en el crecimiento y la explotación sin límites de los recursos naturales.
• No es una encíclica verde, sino una encíclica social, aclaró. Dijo que es necesario tener una visión integral donde el ser humano, la naturaleza y las relaciones sociales están profundamente conectadas.
• Remarcó que la degradación ambiental y la injusticia social van de la mano: los más pobres son los que más sufren las consecuencias del deterioro ambiental, aunque son los que menos lo causan. También dijo que hay una verdadera deuda ecológica entre el Norte y el Sur.
• Denunció la visión del ser humano como dueño absoluto de la naturaleza. Y propuso que los hombres nos reconozcamos como parte de la creación, no como propietarios del planeta.
• Llamó a una transformación profunda del estilo de vida. “Nunca hemos maltratado y lastimado nuestra casa común como en los últimos dos siglos”, advirtió. Pidió cambiar hábitos de consumo, formas de producción y valores, y limitar al máximo el uso de recursos no renovables, reutilizar y reciclar.
Frases que impactaron
Hubo frases del papa Francisco que fueron titulares en los diarios más importantes del mundo y que tuvieron un gran impacto en la sociedad. “El planeta parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería”, exclamó. También denunció que las empresas “se desesperan por el rédito económico y los políticos por conservar o acrecentar el poder, y no por preservar el medio ambiente y cuidar a los débiles”.
“Los jóvenes exigen un cambio. Se preguntan cómo alguien puede afirmar que está construyendo un futuro mejor sin pensar en la crisis ambiental y los sufrimientos de los excluidos”, señaló en la encíclica, reconociendo el activismo juvenil y vinculando a la justicia social con la justicia climática. “Tenemos que escuchar tanto el grito de la tierra como el grito de los pobres”, apuntó.
Florencia Caminos, arquitecta y magister en Gestión Ambiental, destacó que el Papa es ampliamente reconocido como un líder en la cuestión ambiental. De hecho, la encíclica “Laudato si” fue bien recibida por científicos, ambientalistas y líderes de varias regiones. El lanzamiento este documento se concretó pocos meses antes de la cumbre sobre el Cambio Climático COP 21, desarrollada en París, y tuvo una importante influencia en este y en otros debates globales sobre el cambio climático, señaló.
“Laudato si’ es esencialmente un llamado a la acción. Recuerdo que fue ampliamente celebrado que una figura tan influyente como el Papa propusiera este mensaje a través de una encíclica, donde se destacaba la importancia de cuidar nuestra casa común y de abordar la degradación ambiental, un problema afecta de manera desproporcionada a las personas más vulnerables y exige una respuesta integral”, resaltó Romina Rueda, licenciada en Gestión Ambiental.
“En la encíclica, el Papa habla mucho del cuidado del ambiente. Hizo un llamado a vivir en la simplicidad y una crítica al consumismo. Habló de la justicia ambiental, los derechos que tenemos a la salud y al ambiente sano. Además, es destacable su llamado al diálogo, porque él mencionaba que el planeta es la casa común, no hay una distinción de religión ni de creencias. Asimismo, en la misma línea, pidió combatir la pobreza y hacer florecer la dignidad humana, cosas que van de la mano con la lucha para frenar el cambio climático”, aportó la arquitecta Caminos, que es subdirectora de Ambiente en la Municipalidad de San Miguel de Tucumán.
Según la profesional, a la gran mayoría de los ambientalistas, sean creyentes o no, les duele despedir a un Papa que tuvo un impacto transformador por cómo enseñó a cuidar el planeta. “Y lo hizo con lenguaje tan simple y emotivo como hermoso, que trascenderá para todas las generaciones futuras. Es una encíclica que para mí no tiene tiempo, que siempre va a ser una guía útil para el que quiera aprender. Me conmovió su vida y también su muerte. Es un honor y es muy llamativo que haya sucedido todo esto después de las Pascuas, de haber celebrado él con la comunidad, y casualmente horas antes del Día de la Tierra, que se conmemora mañana (por hoy), una fecha muy simbólica para todos los ambientalistas”, reflexionó.
La familia
Otro de los temas importantes que el Sumo Pontífice abordó en sus documentos se relaciona a la familia. En Amoris laetitia (La alegría del amor), ofrece una visión más comprensiva y misericordiosa de las relaciones familiares. Reconoce los desafíos que enfrentan las familias modernas y destaca la importancia del amor, la paciencia y el perdón en la vida familiar.
Francisco invitó a la Iglesia a acompañar a todas las familias, incluso aquellas que enfrentan situaciones irregulares, mostrando compasión y evitando juicios rígidos.
En líneas generales, el Papa estableció un punto de inflexión en el discurso de la Iglesia católica. Su manera franca de expresarse, la voluntad de abordar asuntos sociales delicados y una pastoral enfocada en la compasión lo posicionaron como una figura profundamente influyente, capaz de generar admiración y también críticas. A lo largo de su pontificado, Francisco trató asuntos como el divorcio, la homosexualidad, la economía global y el papel de las mujeres en la Iglesia. Hubo quienes vieron sus reflexiones como un avance en la comprensión de la familia y una apertura a la realidad de diferentes contextos. Otros, sin embargo, criticaron su postura sobre ciertos temas, como el acceso a la comunión para divorciados vueltos a casar.
En total escribió cuatro encíclicas. Antes de “Laudato si”, redactó Lumen Fidei (“La luz de la fe”, 2013), que profundiza el valor de la fe cristiana como luz que guía la existencia humana. En 2020, publicó Fratelli Tutti (“Hermanos todos”), dedicada a la fraternidad y la amistad social. La última, Dilexit Nos (2024), se centra en el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo. En un contexto de guerras y desequilibrios sociales, el Papa nos invita a redescubrir la compasión y la misericordia como caminos hacia la reconciliación y la paz.
Propuesta: el pecado ecológico buscaba reconocer el daño ambiental como una falta grave
Dentro de las peticiones constantes del Papa para actuar frente a la crisis ecológica, propuso incluir el “ecocidio” como pecado en el Catecismo de la Iglesia Católica, una medida que buscaba reconocer el daño ambiental como una falta grave ante Dios y la humanidad. Por eso dejó un mensaje claro: “el futuro del planeta depende de la responsabilidad colectiva de la humanidad y la situación climática es también una crisis social y moral”.
Definió al “ecocidio” como “la contaminación masiva del aire, de los recursos de la tierra y el agua, la destrucción a gran escala de la flora y la fauna, y cualquier acción capaz de producir un desastre ecológico o destruir un ecosistema”. También lo vinculó con la noción de “crímenes contra la paz”, instando a líderes mundiales a reconocerlo como un delito de gravedad internacional.
Negociaciones: así se implicaba en la lucha por el ambiente
El papado de Francisco se caracterizó por una implicación sin precedentes en negociaciones climáticas. En muchos de sus discursos citó la frase: “Dios perdona siempre, los hombres a veces, la Tierra no perdona nunca”.
En 2015, al reunirse con Fidel Castro en La Habana, la ecología fue uno de los temas principales y lo mismo ocurrió ese año al visitar al entonces presidente de EEUU Barack Obama, a quien le expresó: “el climático es un problema que no se puede dejar a la próxima generación”. En un encuentro con alcaldes de todo el mundo insistió: “hay que tomar conciencia sobre un problema de destrucción que nosotros mismos estamos llevando a cabo”. En 2019 convocó a líderes indígenas en el Senado para la Amazonía. Allí nació Querida Amazonía, que refuerza el compromiso de la Iglesia en la región. En 2021 mandó una delegación a la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático.











