La entrega de nuevas listas de precios por parte de algunos fabricantes y grandes distribuidores de alimentos puso en alerta a los empresarios de todo el país. El presidente de la Cámara de Supermercados y Autoservicios de Tucumán, Guillermo Saccomani, afirmó a LA GACETA que los asociados a esa entidad no convalidarán “las subas injustificadas de precios”, menos aun cuando el sector acumula 15 meses de disminución del consumo.
“Algunos aducen que el nuevo esquema cambiario les obliga a modificar los precios, pero entendemos que ese no es un argumento claro si tomamos en cuenta que la cotización oficial se acercó al valor original que se pagaba hasta hace poco y, en general, se movía con esquemas alternativos de cambio”, indicó el supermercadista. En otras palabras, la cámara sostiene que los ajustes de precios se convalidaron con el valor del “blue” y que la flotación entre bandas no implica necesariamente que se retoquen los valores antes de trasladarlos al consumidor final.
El incremento en el precio de los alimentos ha sido una piedra en el zapato para el plan que persigue el presidente Javier Milei con el proceso de desinflación. Durante marzo, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) estuvo por encima de las proyecciones oficiales, pero también de las mediciones de las consultoras privadas, al cerrar con una variación del 3,7%, con el rubro Alimentos y Bebidas no alcohólicas moviéndose a razón del 5,6%. Un comportamiento similar de la inflación podría observarse este mes, por efecto del nuevo esquema cambiario, algo que inquieta a los empresarios y mucho más a los consumidores.
Saccomani agregó que hay otro sector que resultará tan perjudicado como los anteriores si es que prosperan las nuevas listas de precios que envían las industrias: las pequeñas y medianas empresas (PyME). “Ocurrió antes y pasa ahora, en un escenario en el que las PyME salen mal paradas y hasta tienen que cerrar porque las ventas no son las esperadas”, indica.
El referente supermercadista tucumano advierte, además, que llama la atención que el planteo de incrementos de precios venga de una franja de industrias abastecedoras, pero no de la generalidad, de compañías que son consideradas de primeras marcas y que, hasta el momento, no comunicaron nada al respecto, como tampoco reajustaron el valor de sus productos. “Creo que se anticiparon por lo que creían que sería una fuerte devaluación y así accionaron. Consideramos, no obstante, esperar para saber cómo reaccionará el mercado en función del tiempo que transcurran las medidas y los efectos que produzcan en la economía”, recomienda. “Adelantarse a lo que podría llegar a suceder nos ha llevado, por ejemplo, a perder ventas porque el consumidor deja de adquirir determinados productos o no los compra directamente cuando ve que están cada vez más caros. Esto termina dañando la estructura de los supermercados , con un nivel de facturación menor a lo proyectado”, puntualiza.








