El Día Mundial del Arte llama a la diversidad y la paz

El Día Mundial del Arte llama a la diversidad y la paz

La Unesco impulsa la fecha desde 2019, para recordar el nacimiento de Leonardo Da Vinci. La importancia de la creatividad y el aporte de los artistas en la construcción de diálogo.

FIGURA TRASCENDENTE. Leonardo Da Vinci sigue estando vigente.

La figura de Leonardo Da Vinci ha sido elegida por la Unesco como emblema global y en el homenaje a su nacimiento en 1452 hoy se conmemora el Día Mundial del Arte, instituida desde 2019, durante la 40° Conferencia General de la entidad. La fecha es una invitación a repensar las expresiones culturales en su amplia concepción y, asimismo, en su vinculación con las ciencias.

El objetivo declarado en forma institucional respondía al interés de promover el desarrollo, la difusión y la promoción del arte; nutrir la creatividad, la innovación y la diversidad cultural y fomentar el intercambio de conocimientos y el diálogo para la construcción de un mundo libre y pacífico.

En los hechos, antes de la Unesco la fecha evocativa ya era celebrada por la Asociación Internacional de Arte para reforzar los vínculos entre las creaciones culturales y la sociedad en un entorno favorable a la diversidad de las expresiones y como forma de destacar la contribución de los artistas al desarrollo sostenible.

El comienzo de las actividades coincidió con la pandemia de covid, por lo que las consignas iniciales que dio el organismo internacional como referencias se vinculaban a ese contexto: en 2020 se habló de “Resiliart” (mezcla entre resiliencia y arte); los dos años siguientes la frase fue “Uniendo a las personas, inspirando, disparando y compartiendo”; en 2023, “El arte es bueno para la salud”; y el año pasado se emancipó de esa idea con “Un jardín de expresión: cultivando comunidad a través del arte”.

El año pasado, en el portal oficial del Gobierno nacional se resaltó: “el impacto del arte en nuestras vidas no se limita a galerías y museos. Está presente en nuestras calles, en nuestros hogares y en nuestras comunidades. Desde la obra maestra más aclamada hasta la creación más desconocida, cada expresión contribuye a enriquecer nuestra cultura y la comprensión del mundo que nos rodea”.

Para que ello se concrete, desde la Relatoría Especial en la esfera de los derechos culturales de la ONU se reivindica el derecho a la libertad de expresión artística en tanto “aspecto fundamental de los derechos culturales, que comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, en forma artística, el derecho a gozar de las artes y de la creatividad de los otros, y comprende también obligaciones por los Estados de respetar la indispensable libertad para la actividad creativa”.

Por la tolerancia

Da Vinci fue elegido por la Unesco “como símbolo de paz, libertad de expresión, tolerancia, fraternidad y multiculturalismo”. Es indiscutible la popularidad del artista florentino, que mantiene a su obra cumbre, la Mona Lisa, como el cuadro más visto en cualquier ranking mundial, con más de ocho millones de personas que pasan por año por el Museo del Louvre para apreciarla, destaca Gustavo Calleja. Asimismo, es el autor de la pintura más cara: por “Salvator Mundi” (Salvador del mundo”) se pagó U$S 450 millones en 2017.

El abogado y magister en cultura asevera que “Da Vinci es atemporal y vigente no solo por el valor simbólico y económico actual de sus obras, sino en el entendimiento de su legado, que representa una constante en la aspiración humana, como lo es el renacer, la curiosidad y la innovación más allá de adversidad del entorno en busca de la trascendencia”.

“Fue su constante superar las dificultades de una tecnología y una técnica inexistentes en su época y ocupar su genio para crear los recursos necesarios para su obra, lo que lo llevó a incursionar en pintura, escultura, arquitectura, ingeniería, anatomía, óptica, botánica, cartografía, astronomía y mecánica, pero sobre todo aprendió de la observación del mundo natural”, agrega.

Investigadores del King's College de Londres consideraron que el artista pudo haber tenido un Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. “El renacer cultural de la humanidad, después del oscurantismo medieval fue el ámbito donde su intelecto pudo desarrollarse”, subraya Calleja.

Desde el Ente Cultural de la Provincia, su director de Artes Visuales Juan Bracamonte remarca que “en tiempos de ruido, aceleración y fugacidad, el arte nos ofrece pausa activa, construcción de sentido y el ser comunidad”. “Nos invita a mirar más allá de lo evidente, a imaginar futuros distintos, a dialogar con lo desconocido y poder leer entre líneas las alternativas que requiere el mundo contemporáneo y sus posibilidades de transformación”, añade.

En ese contexto, el arte plantea el desafío tanto de construir imaginarios alternativos a la realidad que se vive a diario, con la expectativa de que algún día se concreten en un mundo mejor. Pero también se asume como el registro del presente más bello que pueda registrarse o como reflejo de las atrocidades que se viven a diario para que queden testimonios a perpetuidad de los tiempos que se viven en un determinado momento.

PUNTOS DE VISTA

“Los proyectos culturales pueden cambiar contextos y realidades”

Juan Grande

(Gestor cultural, abogado y Director de Extensión, Posgrado y Cultura de la USP-T)

En particular me interesan los lenguajes artísticos que traman capas de reflexión en la sociedad. Considero que los proyectos culturales que utilizan como herramientas las expresiones artísticas como motores transformadores, pueden cambiar contextos y realidades y concretar sueños; eso es justamente una acción política.

El legado de Leonardo da Vinci es una fuente inagotable de inspiración para nuestra era. Hoy en día, debemos interpretar su obra como un recordatorio de que la creatividad y la innovación pueden fluir sin barreras entre arte y ciencia, disciplinas que él fusionó con maestría.

La curiosidad insaciable de ese artista, su observación detallista y su capacidad para imaginar soluciones visionarias, nos invitan a abordar los complejos desafíos actuales con mente abierta y espíritu experimental.

Sus enseñanzas nos urgen a combinar conocimientos, fomentar la interdisciplinariedad y cultivar la creatividad para diseñar un futuro innovador y sostenible.

“El arte es una herramienta poderosa para promover la paz”

Juan Bracamonte

(Director de Artes Visuales del Ente Cultural de Tucumán)

Esta fecha conmemorativa reafirma el compromiso de políticas culturales que conciben al arte como una herramienta poderosa para promover la paz, la diversidad cultural, el pensamiento crítico y la participación ciudadana.

Desde los museos y espacios culturales de Tucumán reivindicamos una concepción del arte abierta, inclusiva, viva. Creemos en el arte como lenguaje universal, como espacio de memoria y motor de cambio. A su vez, apostamos a construir políticas culturales situadas, donde todas las expresiones -desde las más académicas y tradicionales, hasta las más experimentales y limítrofes- puedan convivir, dialogar, interpelarse mutuamente y crecer.

Toda manifestación artística es también política. No porque deba responder a un programa ideológico, sino porque el arte siempre toma posición: ante el mundo, ante su tiempo y ante su territorio. Cada pieza u obra, cada gesto creativo, es una afirmación de identidad, sensibilidad, libertad y construcción de memoria. Un acto de resistencia y esperanza para todos.

“Lo condicionan dinámicas sociales y políticas”

Gustavo Calleja

(Abogado, magister en Cultura Pública de la Universidad Nacional de las Artes)

El arte debe ser entendido y analizado en relación con su entorno, considerando las dinámicas sociales, económicas y políticas que lo rodean. Hay una simbiosis entre las condiciones del creador en cuanto a talento y sus posibilidades de desarrollarlo. El arte entonces refleja a la cultura y materializa la ideología del artista, en tanto actividad transformadora, ideología, puntos de vista y conocimiento. La aspiración a la trascendencia es lo que lo lleva a ser un testimonio de realidades de un determinado momento histórico y preservar la herencia cultural.

Toda manifestación artística es también política. Lo estético es común al arte como a la política, y es allí donde se dan los cambios de representación, dice Jacques Rancière. Se configura como una forma de autorrealización y obviamente se vincula con el compromiso. Algunas obras han sido representativas e incluso han adelantado importantes cambios locales o universales. Cuando su plataforma de validación ha permitido un alcance global, ha sido motor de cambios en el mundo.

Dentro de contextos de crisis suele exigirse al artista que exprese políticas partidarias, lo que pone el tema en debate. Pero producir una obra no es lo mismo que producir su efecto, advierte Ana María Pérez Rubio. El efecto pasa por las condiciones de exposición y/o distribución, que hoy están cruzadas por las industrias culturales y las posibilidades tecnológicas e impactan en otras motivaciones del creador como la sostenibilidad, la excelencia y la formación. Todo eso, sin olvidar la propia subjetividad de la audiencia que completa la comprensión de la obra con su propio sistema de creencias.

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