Por Jorge Figueroa
22 Octubre 2019
PROPORCIONES. “El hombre de Vitruvio” es uno de los dibujos favoritos.
Una muestra única, con un poco más de 160 obras, y a la que ya han reservado su visita 150.000 personas de todo el mundo, conmemorará a Leonardo Da Vinci, el creador de “la ciencia de la pintura”.
El jueves se inaugurará en París la exposición con la que se conmemora el 500 aniversario de la muerte de quien es considerado el hombre del Renacimiento.
El Museo del Louvre exhibirá esculturas, manuscritos, dibujos, y sobre todo óleos (casi la totalidad de los que pintó). Muchas de estas obras serán mostradas por primera y única vez al público, adelantaron los comisarios de la exposición, Vincent Delieuvin y Louis Frank, quienes le dieron un carácter científico a una propuesta en la que vida y obra del artista se confunden.
La exposición es la culminación de más de 10 años de trabajo, que incluyeron nuevos exámenes científicos de las pinturas con su firma existentes en el Louvre, y el tratamiento de conservación de tres de ellas, lo que permite una mejor comprensión de la práctica artística y técnica pictórica de Da Vinci.
Disputa
La retrospectiva contó con la colaboración de diversas instituciones propietarias de numerosas obras. Una de ellas fue objeto de una larga disputa entre Francia e Italia, que se saldó con el anuncio de que el “Hombre de Vitruvio” estará finalmente en el Louvre (se mantiene actualmente en una bóveda climatizada en la Gallerie dell’Accademia en Venecia y se exhibe al público sólo ocasionalmente), algo que estuvo en duda hasta último minuto.
“El objetivo de la exposición es mostrar que Da Vinci nunca abandonó la pintura y que, al contrario, con todas las múltiples ocupaciones que tuvo en su vida, nunca la dejó de lado”, expresó Delieuvin.
Con una veintena de sus escritos científicos en exhibición, para no olvidar la importancia de la ciencia en su carrera, el principal museo francés y uno de los más prestigiosos del mundo insistirá en recordar que, incluso en sus estudios sobre vegetación o astronomía, el interés final de Da Vinci era siempre una mejor restitución de los conocimientos pictóricos.
La especificidad de la muestra abarca además la perspectiva pedagógica con la que presenta por primera vez el público podrá apreciar las reflectologías infrarrojas, es decir, el examen mediante radiación infrarroja de sus pinturas, lo que permite completar la retrospectiva en su totalidad.
Los curadores contaron que la luz infrarrojo atraviesa la materia y revela los primeros dibujos que Leonardo puso en el papel, como boceto del trabajo que se aprecia terminado a simple vista. Toda la historia del cuadro está revelada de esta manera, incluso las modificaciones que le fue introduciendo a la obra durante su ejecución, y al ver estas imágenes vemos el conjunto de la creación del famoso pintor italiano.
La exposición conjunta de sus dibujos preparatorios, la pintura y la reflectología, permite ver la evolución realizada y adentrarse en lo más parecido hasta la fecha del trabajo en el taller de Da Vinci. Un método que confirma también, según asevera el Louvre, la objetividad de sus trabajos basados en estudios científicos.
Ausentes
Aún está por verse si “Salvator Mundi”, una pintura atribuida a Da Vinci y vendida por la casa de subastas Christie’s en 2017 por U$S 450 millones, estará presente en el museo. Muchos expertos en arte creen que está en algún palacio asiático, y que no será parte de la muestra. Pese a ello, ejecutivos del Louvre han solicitado su inclusión y todavía esperan que llegue a tiempo para la exposición, lo que aporta un interés adicional la previa a la inauguración, informa la agencia Reuters.
“SALVADOR MUNDI”. Se desconoce si formará parte de la muestra.
Aún sin ella, el Louvre considera haber reunido prácticamente la totalidad de lo que se podía juntar, teniendo en cuenta que “La adoración de los magos” o el fresco de “La última cena” no pueden ser desplazados por su fragilidad.
Da Vinci dejó su nativa Italia cuando su mecenas murió y pasó sus últimos días en Francia como invitado de esa Corte, hasta que murió en mayo de 1519 en el castillo del Valle del Loira, que se había convertido en su hogar.
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