
Para algunos, la pandemia fue un freno. Un alto en la marcha de muchísimas cosas que, en cualquier otro mes de marzo (que no haya sido de 2020), hubiesen seguido su ritmo de forma habitual. Desde la vida misma, detenida por el virus en millones de casos, hasta proyectos de vida que -con la cuarentena- no podían continuar o ni siquiera empezar. En el caso de las redes sociales y de la tecnología, los entendidos aseguran que el efecto fue el contrario: la pandemia aceleró procesos en distintas plataformas que se encontraban en marcha, pero que el contexto posibilitó que se den más rápido.
Si pudiéramos hacer una lista de productos, redes sociales o tendencias que se instauraron gracias a la pandemia, deberían salir casi de forma automática. Las compras en línea, por ejemplo. Varios de los ítems de esta lista ya existían, pero no estaban tan desarrollados como terminaron estándolo desde ese momento hasta la actualidad.
Según datos de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE), el e-commerce avanzó en nuestro país durante las primeras seis semanas del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio el equivalente a dos años y en 2021 creció en un 68%, de acuerdo a un informe publicado por Cesar Dergarabedian, para la Universidad de San Andrés.
La forma de pagar también se volvió una forma de tecnología avanzada durante la pandemia. No solo lo motivó el escaso contacto que podía darse entre las personas sino que durante mucho tiempo se dijo que el dinero físico podía llevar en sí mismo el virus. Así es que se profundizaron todo tipo de pagos, con las transferencias bancarias como insignia de una modalidad que estaba presente, pero que ni por asomo se había desarrollado como terminaría haciéndolo.
El trabajo remoto es todo un apartado dentro de las nuevas tecnologías que surgieron (o explotaron) junto con la pandemia. Las empresas, en su gran mayoría, mandaron a sus empleados a trabajar a su casa y, para eso, debieron tener una serie de comodidades tecnológicas para llevarlo a cabo. Métodos que sí se utilizaban, pero para casos muy aislados, se transformaron en la regla.
“El trabajo remoto está habilitado por tecnologías que incluyen redes privadas virtuales (VPN), protocolos de voz sobre Internet (VoIP), reuniones virtuales, tecnología en la nube, herramientas de colaboración laboral”, explican en la revista iProfesional. Las reuniones significaron el ingreso en nuestra vida cotidiana de plataformas de las que no nos despegaríamos hasta el día de hoy y no solo para trabajar: Zoom y Meet.
¿Y la educación a distancia? A mediados de 2020, cerca de 200 países habían cerrado sus escuelas y universidades, lo que afectó, según la Universidad de San Andrés, a 1.570 millones de estudiantes. Muchas instituciones educativas comenzaron a ofrecer cursos en línea para garantizar que las medidas de cuarentena no interrumpieran la educación. “Las redes y la tecnología para la educación a distancia ayudaron a que pudiéramos ser universales. A no limitarnos a la región donde estamos. a romper barreras de regionalización y llegar a cualquier parte del mundo con programas educativos”, explica Silvina Sleiman, licenciada y especialista en Marketing Estratégico y Negocios Digitales.
En tanto, la telesalud fue un método efectivo para el desborde colectivo que generó la enfermedad del covid en sí misma. Sin embargo, como muchos de estos ítems, terminó instalado en distintos tipos de consultas médicas.