Cuando el llanto se hace inevitable, pareciera que la única compañía puede ser un bote de helado. Podemos verlo en las películas, cuando los protagonistas atraviesan una ruptura amorosa, o en nuestra experiencia, cuando un hecho lamentable causa en nosotros una necesidad casi inmediata de comer algo dulce después del llanto. Aunque parezca un mero capricho, la razón es puramente biológica, según un estudio científico.
La tristeza nos afecta tanto psicológicamente como físicamente. En nuestro cuerpo pueden manifestarse los signos de aquella emoción. El letargo, la falta de energía y el llanto son señalan que delatan aquella sensación lamentosa y eso se debe a que distintos procesos se están llevando a cabo en nuestro cuerpo. Entre ellos, el cerebro comienza a consumir más glucosa y oxígeno, lo que provoca la sensación de agotamiento.
¿Qué sucede en nuestro cuerpo cuando estamos tristes?
Cuando estamos tristes, nuestra frecuencia respiratoria aumenta debido a que nuestro cuerpo necesita más oxígeno. Así es que 10 minutos de llanto pueden cansar mucho nuestro cerebro. A la misma vez los neurotransmisores encargados de mejorar nuestro ánimo disminuyen y así caen nuestros niveles de dopamina, serotonina y adrenalina. Esta última es la razón por la que deseamos más dulces.
En el momento en que sentimos la tristeza deseamos las comidas más dulces porque aumentan los niveles de los neurotransmisores que funcionan como antídotos a la tristeza y al estrés. Al consumir azúcar, un aminoácido llamado triptófano penetra en la barrera hematoencefálica y estimula la liberación de serotonina.
¿Por qué deseamos dulce cuando estamos tristes?
Un estudio de la Universidad de Lovaina, en Bélgica, demostró que esta mejora del estado de ánimo no es puramente subjetiva. Para evitar un supuesto efecto placebo relacionado con la presentación de los alimentos, se hizo ingerir azúcar a unos voluntarios mediante una sonda gástrica después de haberles inducido sentimientos de tristeza con música clásica acompañada de rostros melancólicos. Aun así, su estado de ánimo mejoró tras la dosis.
El cuerpo produce serotonina a partir del triptófano. Cuando se ingiere azúcar, la serotonina aumenta porque el triptófano consigue penetrar en la barrera hematoencefálica gracias a la insulina. Esto explica por qué el azúcar hace sentir a las personas más felices de manera temporal.
Otras causas del deseo de comer dulce
Estrés y ansiedad: Ante situaciones de estrés, el cerebro aumenta los niveles de cortisol. Esta hormona, conocida como la hormona del estrés, tiene como objetivo aumentar el nivel de azúcar en sangre, lo que explica la necesidad del consumo de dulces.
Alimentación por placer: Los alimentos que contienen hidratos de carbono simples, como el azúcar, propician la liberación de dopamina, la llamada hormona de la felicidad. Esto explica la ingesta de dulce en situaciones de ansiedad para mejorar temporalmente el estado de ánimo.
Dietas muy estrictas: Las personas que se someten a dietas estrictas a menudo abandonan los hidratos de carbono. Esto puede llevar a una mayor necesidad de carbohidratos simples, como el azúcar, por su agradable sabor y rápida satisfacción.