Por Ariane Armas
10 Agosto 2024
DIFICULTADES. Según especialistas no hay la suficiente preparación para el momento de tener que amamantar.
“Cuatro días después del nacimiento de mi bebé recién me amigué con la lactancia”, contó Melina Díaz. “Mi hijo succionaba y no salía nada. Entonces él lloraba y yo me ponía nerviosa. Mis pechos dolían, estaban inflamados, todo era un caos”, rememoró con un mal sabor de boca.
En ese momento el consejo de una enfermera le ayudó a encontrar la serenidad: “me recomendó intercalar el pecho con mamadera hasta que todo se normalice y me aclaró que su succión era la única forma de estimular la producción de leche”.
En el caso de Adriana Cabrera la historia fue otra, porque el dolor fue más psicológico que físico. “En la habitación del sanatorio, no supe cómo colocar a mi bebé para amamantarlo. Pedí ayuda a las enfermeras y me dijeron: ‘¿todavía no aprendiste?’. Con las hormonas revueltas y todas las emociones que cargaba encima esa frase me hizo sentir tonta e incapaz para ese pequeño que había llegado al mundo menos de dos horas atrás”, comentó.
Son dos situaciones distintas que se unen en la impotencia y replican muchas otras historias amargas de madres que tuvieron sinsabores a la hora de la lactancia. No obstante esto puede evitarse según la opinión de dos especialistas que dialogaron con LA GACETA.
Anticipación
“Las madres enfrentan muchos desafíos al hablar de la lactancia”, afirmó al respecto la licenciada en enfermería y referente del Hospital Avellaneda, Ofelia Condori.
“Por un lado hay una escasa preparación para este momento desde el embarazo y por otra parte existe una oferta implícita en el mercado, hacia el uso de sucedáneos de la leche materna”, explicó y ejemplificó: “se ofrecen fórmulas infantiles, el uso de tetinas, chupetes y pezoneras, que alteran la estructura de la boca del bebé, producen malformación dentales o dejan al niño propenso a alteraciones en el habla como la tartamudez”.
Mientras que la neonatologa de la Unidad de Lactancia de la Maternidad, Claudia Quinteros, coincidió en el desconocimiento de cómo una de las principales dificultades.
“Muchas mamás que quizás no han tenido oportunidad de recibir algún taller de lactancia previo al nacimiento, no conocen cómo que el calostro se genera los primeros días en poco volumen, o que es una leche que tiene un alto contenido de proteínas y que es muy densa y no es fácilmente visible”, reveló.
Y aconsejó: “Por eso es importante informarse con anticipación para que puedan conocer cómo es la fisiología, que hay que tener paciencia, que el niño necesita la adaptación a la vida extrauterina al lado del cuerpo de la mamá”.
Sin dolor
Al hacer foco en las molestias de las que hablan muchas mamás, Condori volvió a tomar la voz y destacó: “Con una buena técnica de prendida al pecho, la lactancia no debería de doler”.
¿De qué se trata esta técnica? “Consiste en dejar que el niño introduzca todo el pezón y la areola dentro de su boca”, detalló la especialista.
“También se pueden apoyar en posiciones y el uso de almohadas medialunas, banquitos en los pies de la madre para dar comodidad al binomio al momento de lactar u otros pequeños detalles que harán que se sientan cómodos, sin dolor y sin riesgos de grietas o sangrados de pezones”, sumó.
“En tanto, con respecto a la producción de la leche humana, la lactancia funciona por estimulación y demanda: a mayor puesta al pecho, mayor producción”, argumentó la enfermera y agregó que está mundialmente comprobado que el uso de extractores de leche u ordeñe manual, también aumenta la producción en las glándulas.
Quinteros, en este sentido, indicó que cuando se ofrece chupete y mamadera de manera precoz a los bebés también se pueden generar inconvenientes a la técnica de amamantamiento de la mamá.
“Se genera en el bebé una confusión entre cómo succionar la mamadera o un chupete y cómo debe succionar la teta”, aseveró la pediatra.
“Lo que nosotros les recomendamos es si duele el amamantamiento se consulte a especialistas de lactancia, quiénes nos abocamos al estudio y asistencia de problemas que puedan surgir al dar de mamar”, puntualizó.
“Pueden encontrarnos en hospitales, pueden consultar también a enfermeras puericultoras porque en nuestra provincia tenemos una red importante de puericultoras que trabajan en solucionar estos problemas, o incluso se puede pedir consejo a una madre que haya tenido una experiencia favorable en lactancia porque la idea es hablar con alguien que nos genere confianza, nos ayude y nos brinde una atención tranquila y empática”, sentenció.
Otras claves
Para que la experiencia de amamantar sea tan placentero para la mamá como para el bebé, también hay otros pequeños tips que pueden ayudar, como ser la comida que ingiere la madre.
“Después del parto la mamá debe hacer una alimentación saludable con la ingesta de verduras y frutas que aportan vitamina A, y se vuelven muy necesaria para la producción de leche”, observó la experta.
La hidratación permanente con caldos, sopas, compotas, leche y jugos de frutas no industrializados, también son aliadas según la experta.
“No se recomienda el consumo de bebidas alcohólicas ni fumar”, alertó. “Ante la identificación de alguna dificultad se pide por favor no automedicar al niño ni alimentar con fórmulas artificiales sin indicación médica, a la vez que solicitamos a la sociedad que reflexionen y consideren que la lactancia materna es apostar por generaciones sanas, inteligentes y con un gran sentido de apego familiar y conciencia social”, culminó.
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