Los números no mienten: Atlético Tucumán tiene que mejorar la puntería para salir del pozo

Los números no mienten: Atlético Tucumán tiene que mejorar la puntería para salir del pozo

En lo que va del torneo, el equipo generó situaciones para convertir, pero la poca eficacia le impidió sumar más puntos.

Foto: Ariel Carreras Foto: Ariel Carreras

Desde hace algunos años, la Liga Profesional propone el formato de copa para un semestre del fútbol argentino y hasta el momento, esta edición es la más traumática para jugadores, hinchas y dirigentes de Atlético Tucumán. Es que en los 10 partidos que se llevan jugados, el “decano” sólo pudo cosechar cinco puntos, producto de cinco empates y cinco derrotas; un número alarmante que movió los cimientos del club. No es para menos, se trata del peor arranque desde que volvió a Primera.

Si solamente tomamos en cuenta cuando se jugaron formatos de Copa, en 2022 hubo un comienzo similar, con seis puntos en 10 fechas gracias a una victoria, tres empates y seis derrotas. En esa edición, Atlético había terminado con 11 puntos superando en la tabla sólo a Talleres (11), Platense y Patronato (10).

En las otras copas, los inicios fueron más auspiciosos aunque sólo en una ocasión logró clasificar entre los cuatro primeros. Fue en 2020, cuando cosechó 19 puntos en 10 partidos (ganó los primeros seis), pero luego tuvo una segunda fase para el olvido y terminó último en el grupo de ganadores. Aquel año, Boca y Banfield jugaron la final.

En 2021, en los primeros 10 juegos la cosecha fue de 12 puntos  (tres victorias, tres empates y cuatro derrotas; en tanto que en 2023 sumó 14 (tres victorias, cinco empates y dos derrotas) y en amabas ocasiones no le bastó para acceder a la segunda etapa.

¿Cómo se explica este presente negativo?

Las estadísticas están lejos de ser números fríos como se suele creer. De hecho, con la llegada de la tecnología son cada vez más los factores analizados tras un partido de fútbol.

Sin ir más lejos, los populares GPS arrojan infinidad de datos que son muy tenidos en cuenta por los cuerpos técnicos, y hasta hace poco más de una década eran totalmente desconocidos.

Así, de esa manera, como se empezaron a contabilizar los kilómetros recorridos por un jugador, o las zonas en los que más se mueven, los estadistas han comenzado a contabilizar cada situación devenida del juego.

En la zona A, Atlético marcha último con cinco puntos, dos goles a favor y 14 en contra. Sin embargo, según las estadísticas, por lo que genera el equipo, debería estar más holgado en la tabla de posiciones.

Por empezar, según las situaciones de gol que generó a lo largo del torneo, los goles esperados (lo que se supone que un equipo debe marcar según la cantidad y calidad de sus ataques) serían 10,9. Es decir, nueve goles más que los que sumó hasta el momento. Obviamente, esta situación lograría, por decantación, que el equipo escale algunos puestos en la tabla.

De hecho, los puntos esperados –siempre teniendo en cuenta su rendimiento en cada juego- serían 12,5 lo que lo llevaría al noveno puesto.

En donde el rendimiento del equipo si se refleja en esa tabla virtual, es en la cantidad de goles recibidos. Según las matemáticas, por las situaciones de gol que le generaron al “decano” tendrían que haberle convertido 14,5 goles (tiene 14). Este ítem virtual, es el único que se asemeja a la realidad y, obviamente, hace que el equipo ocupe el último lugar en la tabla.

Comparando con otro equipo, River por ejemplo, suma 18 unidades (18,5 los puntos esperados), 18 goles a favor (18,3), seis goles en contra (10,3 los goles en contra esperados). Junto con Talleres, de similar performance, son los únicos equipos que tienen tabla virtual y real similares, según su producción.

¿A qué se debe que la situación de Atlético entre las tablas sean tan dispares? Aquí hay dos puntos para destacar: la efectividad bajísima en la delantera y las falencias –cada vez más evidentes- en la zona defensiva.

En los dos partidos que dirigió Facundo Sava, Atlético recibió siete goles y anotó dos, misma cantidad que en los otros ocho del torneo.

Eso claramente se debe al cambio de idea de juego del nuevo DT, que prometió ser “valiente y salir a ganar en todos lados”, una forma totalmente distinta a la de la dupla que tenía un equipo al que el 0-0 parecía no molestarle y que se preocupaba mucho más en el sector defensivo, que en el ofensivo (hasta algunas veces jugó con línea de cinco o seis defensores).

De hecho, el único equipo que le marcó tres goles en el torneo había sido Instituto, en la segunda fecha. El resto de los partidos dirigidos por la dupla estuvieron mucho más parejos en cuanto al resultado.

La fragilidad defensiva que mostró Atlético desde que comenzó el ciclo de Sava es alarmante. Prácticamente le convirtieron goles en cada ataque que propuso el rival y eso, además de no permitirle escalar en la tabla de posiciones, condiciona al equipo, que se muestra muy vulnerable.

Es verdad que además de la salida de los entrenadores, el “decano” recibió varios golpes en lo que va del 2024, como por ejemplo en el armado del plantel por una cuestión presupuestaria y regional, las lesiones (contra Banfield y Talleres jugó con tres defensores titulares lesionados: Romero, Breitenbruch y Ferrari) y la ausencia del factor “suerte”.

De esta manera, psicológicamente el equipo arranca en desventaja o desmotivado, como pasó ante Talleres que en 180 segundos le convirtieron dos goles, aunque sólo uno fue convalidado.

¿El gol puede ser la solución a todos los problemas? Probablemente no, pero sería un comienzo. Cuando Justo Giani se sacó la “mufa” en Córdoba, hizo el gesto famoso de “limpiarse”. En este punto están depositadas todas las esperanzas, justo en la antesala de un duelo que es tomado como una final anticipada, ante el equipo que más goles concedió en el torneo: 19.

Volver a gritar un gol en casa y ganar por primera vez en el torneo es el principal objetivo. Claro, otra decepción puede ser un golpe letal.

Comentarios