Sedición policial: “Si esa noche se metía presos a los revoltosos se acababa el problema”

Sedición policial: “Si esa noche se metía presos a los revoltosos se acababa el problema”

El actual Jefe de Policía, Joaquín Girveau, manifestó que no estuvo de acuerdo con las decisiones operativas que se tomaron en 2013 e identificó a los cabecillas de la revuelta.

ARCHIVO ARCHIVO LA GACETA / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO
23 Noviembre 2023

La audiencia de ayer por el juicio de la sedición policial que derivó en los saqueos que sacudieron al Gran San Miguel de Tucumán en diciembre de 2013, tuvo como protagonista a Joaquín Girveau, el actual Jefe de Policía de la Provincia, que en aquel  momento era jefe de la División Patrulleros. En su testimonio dio su punto de vista sobre la forma en la que se tendría que haber afrontado la manifestación, reconoció a los cabecillas y a algunos sediciosos y ahondó sobre el secuestro de móviles que sufrieron sus subordinados durante el 8, el 9 y el 10 de diciembre.

La frase que más repitió durante las tres horas y media que duró su testimonio fue: “se tendría que haber dado por finalizada esta manifestación antes de las 4 de la madrugada”. Según el comisario, la revuelta tendría que haberse sofocado el domingo a la noche, cuando el primer grupo de oficiales estaba comenzando a concentrarse. “Si esa noche antes de las 4 se armaba un equipo operativo con gente de Infantería, de la Brigada, se metía presos a los revoltosos y se acababa el problema. Cuando eran 50 o 60 ya era un delito, había que intervenir, rodearlos, identificarlos y meter preso a quien fuera necesario. Pero no se hizo eso, entonces llegaron los saqueos”, manifestó Girveau.

El Jefe de Policía explicó que la tarde del 8 de diciembre de 2013 se enteró de que personal policial estaba organizando un reclamo salarial en la Subjefatura gracias a un operador de turno. Al tomar conocimiento se dirigió hacia la Subjefatura y (Carlos) Acosta, el jefe de la Motorizada, le informó que los manifestantes no dejaban que los móviles salieran a trabajar.

“Se escuchaban gritos de que nos matarían a todos y nos enfocaban con reflectores. No hice caso a eso y volví al comando a intentar continuar con mis funciones. Después hablé al jefe del D3 (Carlos Paz) para avisar que también estaban tomando las patrullas. Nos dijo que esperáramos instrucciones. En ese esperar ya se habían llevado cuatro móviles más”, dijo.

Según explicó Girveau, esa noche los sediciosos secuestraron seis patrulleros y obligaron a los conductores a llevarlos hacia la Subjefatura. “Seguramente debe haber habido amenazas, deben haberles mostrado las armas. Yo les ordené que trajeran las escopetas, los chalecos y las armas a la base, porque los patrulleros no se podían mover, era imposible”, dijo.

El tardío accionar no fue el único punto en el que el comisario discrepó respecto de la forma en la que se afrontó la situación. Para Girveau, no se tendría que haber permitido que los móviles fueran a la Subjefatura.

“La decisión correcta era armarse operativamente e ir decididos a resolver el problema. No creo que haya sido correcto llevar los patrulleros a la Subjefatura porque así los móviles no pudieron cumplir su tarea de prevención; además los que habían quedado libres no funcionaban porque el sistema de comunicación estaba intervenido”, expresó.

Otra diferencia que destacó fue la decisión que tomaron los jefes de esperar e intentar negociar. “Hubo una reunión en la Escuela de Policías con los jefes. Nos organizamos ahí. Creí que iba a armarse un operativo cerrojo para cercar la situación. Lo que se dispuso es que salgan jefes a determinados lugares pero como secuestraban los móviles terminaban caminando. Personalmente lo hubiera manejado de una manera completamente distinta”, opinó.

Reconocimiento

Durante su declaración mencionó sin dudar quienes habían sido los líderes de la revuelta. “(Diego) Herrera, (Ángel) Chaile y (Miguel Ángel) Toledo. No hay que dar muchas vueltas. Eran tres personas que hicieron esto, no sé para qué, pero ellos tres fueron los que encabezaron esto y el resto se plegó; al día de hoy no entiendo por qué”, dijo.

Las partes aprovecharon para preguntarle si identificaba a algunos de los imputados y tras un reconocimiento con imágenes y la lectura de nombres, Girveau identificó a Sergio Hogas, Diego Galván, Augusto Naranjo, Franco Jerez, José Antonio Molina, Ismael Antonio Gómez, Víctor Di Colantonio, Marcelo Alderete y a Franco Acuña.

“Hogas ese día (domingo) no se presentó a trabajar porque dijo que su hijo estaba enfermo. Le pedimos que presentara un certificado y no lo hizo. Yo no lo vi en el reclamo pero los compañeros comentaron que estaba él junto a otros miembros de la División Patrulleros”, expuso.

Manifesar, ¿un delito?

“¿Usted considera que es delito una protesta salarial?”, le consultó la defensora Aurora Díaz Argañaraz. El Jefe de Policía reconoció que en 2013 la condición salarial no era buena y dijo que realizar un reclamo por el sueldo en sí no es un delito. “Pero la forma de tomar patrulleros y en la que hicieron el reclamo sí es delito. Quedó un servicio esencial bloqueado. El lunes ya fue tarde para todo; la sociedad ya decía que la Policía estaba parada y así comenzaron los saqueos. La situación se había desbordado”, expresó. Y reiteró: “todo reclamo salarial es justo; el tema es cómo se hizo. Nosotros pagamos las consecuencias, recibimos insultos de la gente; nos ha costado recuperarnos, la gente nos perdió el respeto con razón o sin razón”, finalizó.

Con su testimonio, se dio por finalizado el interrogatorio a los miembros de la plana mayor de la Policía. Ahora comenzarán a declarar otros empleados de la fuerza policial. (Producción Periodística: Micaela Pinna Otero).


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