Un frente económico poselectoral con final abierto

Un frente económico poselectoral con final abierto

La emocionalidad no sólo domina el escenario electoral, sino también las operaciones financieras. El mercado cree que debe haber un acuerdo político para sacar al país de la crisis.

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Durante la semana, el analista económico Salvador Di Stefano planteó la conducta argentina de reacción frente a una crisis. En un reportaje radical, el experto expresó que el ahorrista trata de cubrirse de dólares cuando la tormenta se desató y, ante la duda, los compra. “Es como adquirir una entrada a un boliche a las 5 cuando queda una hora nada más para bailar”, comparó. La emocionalidad es protagonista y eso vale tanto para el difícil momento macroeconómico que atraviesa la Argentina como también para la compulsa electoral que se abrirá este domingo.

Las elecciones de este domingo tal vez se constituya en la más inciertas desde la vuelta de la democracia. Y, con razón, los inversores priorizan la cautela. Las primarias pusieron en evidencia un escenario de tercios, donde la primera fuerza apenas le sacó una diferencia de 2,5 puntos porcentuales a la tercera. En general, el escenario socioeconómico es similar a aquello que se denomina “efecto Pigmalión” o profecía autocumplida, es decir, aquello que se observa cuando a través de anticipaciones de acontecimientos temidos, se acaba colaborando de una manera indirecta en que eso llegue a cumplirse. Las filas en los supermercados o en las estaciones de servicio contribuyen a ese clima, de la misma manera que la falta de precios por la incertidumbre de los comerciantes acerca de la lista de valores que le llegarán desde los proveedores. Cómo sostiene la psicóloga Graciela Chamut, la sociedad teme el karma, es decir, aquella energía que determina que toda causa tiene un efecto. “Generalmente a los argentinos suelen rotularnos como tristes y quejosos, por decir que este puede ser el peor año que el anterior, en el que también me quejaba. Y esa queja es un ladrón de energía constante que no nos permite vislumbrar un horizonte de esperanza, más allá de las dificultades cotidianas”, plantea Chamut. Trasladada esa faceta a las cuestiones políticas, la experta observa que hay otro elemento que agudiza el escenario: “la culpa siempre es del otro y, en ese aspecto, los dirigentes no suelen hacerse cargo de la responsabilidad asignada en este momento, mucho menos de los errores”. Así se llega a las elecciones presidenciales, en medio de vicisitudes.

En los comicios de este domingo comenzará a develarse cuáles serán las próximas incógnitas que nos inquietarán, sostiene por su parte el sociólogo Hugo Haime. Según el consultor, “los argentinos no estamos para acertijos. Si bien las estadísticas se rigen por la ley de probabilidades, los seres humanos lo hacen por las emociones y el raciocinio”. “Más allá de las encuestas y su certeza, la Argentina necesita un Presidente serio que cumpla sus promesas”, puntualiza. Además, sostiene quien triunfe en los comicios tendrá que tener los amortiguadores sociales y políticos suficientes para capear la tempestad económica y ganar tiempo mientras se corrigen los desequilibrios macroeconómicos del país. Ante un eventual escenario de segunda vuelta, Haime sostiene que en ese balotaje, según las experiencias en Latinoamérica, juega no sólo el amor, el gusto o la adhesión por un candidato, sino también el temor por el otro. “Se vota por el menos malo”, acota.

Los empresarios e inversores han estado pendiente en estos días de los paper de las consultoras económicas. Algunas de estas firmas indicaron que es difícil ponerle números a lo que puede pasar en el mercado el lunes siguiente a la elección. En realidad, avizoran un escenario de ciencia ficción. Otras, en tanto, consideran que el frente económico poselectoral está completamente abierto.

Los comicios presidenciales llegan precedidos de un clima adverso con alta inflación, caída de la actividad y un dólar elevado. Las variables fundamentales de la economía dan cuenta del deterioro: el tipo de cambio oficial está por alcanzar el mayor nivel de apreciación en lo que va de la gestión actual (acercándose a niveles comparables a los de diciembre de 2015), las reservas netas no solo se encuentran en terreno negativo, sino también en el nivel más bajo desde la salida de la Convertibilidad, la inflación alcanzó niveles no vistos en más de 30 años, por mencionar algunos factores, detalla GMA Capital.

¿Cómo llega la economía a las elecciones?

Naturalmente el derrotero macroeconómico, con la actividad prácticamente estancada hace 10 años, tiene implicancias directas en la microeconomía de los votantes o “la economía del metro cuadrado”, acota en su reporte semanal. Con la brecha cambiaria en torno a 170% y el dólar financiero más alto en más de 30 años, el salario real medido en dólares alcanzó su nivel más bajo desde 2002, alcanzando apenas U$S 465 al dólar “contado con liqui”. “Ante este cuadro dantesco, no parece sorprendente que la imagen del Gobierno según el Índice elaborado por la Universidad Torcuato Di Tella haya alcanzado en septiembre un piso no observado desde 2002.

El dólar “Contado con liquidación”, utilizado por las empresas para girar divisas al exterior, superó ayer la barrera de los $ 1.000, en medio de la incertidumbre sobre el resultado de las elecciones. El Gobierno intentará que el mercado siga en calma el día después de los comicios, aunque los operadores creen que es probable que haya una nueva devaluación. “Se aguarda la reacción de los operadores a los comicios a partir del 23-O, más allá de que se descuenta que la inclinación hacia la dolarización podría seguir vigente mientras no lleguen definiciones políticas y económicas que permitan reducir la incertidumbre y la elevada inflación que continúa empujando de fondo”, sostiene el economista Gustavo Ber.

Un frente económico poselectoral con final abierto

Tanto analistas como empresarios consideran que, para que la Argentina no profundice la crisis, debe darse un acuerdo político. En 2002 se dio después de desatada la debacle. Eco Go plantea que hoy la pregunta es ¿quiénes son los eventuales interlocutores de un acuerdo político en medio del caos económico?

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