El ídolo que se reconcilió con el hombre

El ídolo que se reconcilió con el hombre

Diego Armando Maradona, que hoy cumple 45 años, es la mayor industria viviente de marketing deportivo y televisivo.

30 Octubre 2005
El 18 de abril de 2004 estuvo al borde de la muerte. Hasta que un milagro lo alejó de una peste llamada adicción o drogadependencia. Después, los problemas lo llevaron a pesar 121 kilos. Pero en marzo de 2005 un "by pass gástrico" lo hizo adelgazar 50 kilos. Actualmente luce su metro sesenta y cuatro como el "Pelusa" de los años 70. Por supuesto siempre vivió a su manera; no obstante ello, hoy es feliz. Un hombre nuevo. El ídolo nunca fue olvidado; al contrario, siempre fue valorado, reconocido y hasta endiosado. Aunque recién hace cuatro años concretó su retiro formal del fútbol, en el planeta del juego más bello del mundo él es como Mozart, para la música, o Einstein, para la ciencia, o Cervantes, para la literatura. Puro genio, carisma inédito, y, por qué no, controversia también... Pero, más allá de todo análisis, Diego Armando Maradona, que hoy cumple 45 años, es en realidad la mayor industria viviente de marketing deportivo y televisivo.

Maduro y reflexivo
El prestidigitador de fantasías como la "mano de Dios" o "el sueño del pibe" -los dos goles que le marcó a Inglaterra en México 86- está reconciliándose con el ser humano. El muchacho rebelde, transgresor y engreído ahora se muestra como un hombre maduro, reflexivo, agradecido y autocrítico. Entendió que los genios perduran por sus creaciones y los hombres, por sus acciones. Por eso tiene los pies sobre la tierra.
"Pelusa" llegó al mundo en 1960, en el Hospital Evita de Lanús -un barrio del sur bonaerense, humilde hasta el raquitismo-, en el seno de una familia con siete hermanos. Tomó el primer balón de fútbol que le regalaron como una herramienta de trabajo. Apareció en Cebollitas, se hizo profesional antes de cumplir 16 años en Argentinos Juniors. Desde entonces, su habilidad movió y conmovió a muchos intermediarios y asesores. Creció en Boca Juniors. Maduró en Barcelona, a los 80. Conquistó al mundo en Nápoles, donde revitalizó el profundo sur italiano. Se puso la corona en México 86 y le "cortaron las piernas" en Estados Unidos ?94, con un doping positivo.

Hizo de todo
Vivió un amor de telenovela junto a su primera novia, Claudia Villafañe, la madre de sus dos incondicionales amores: Dalma Nerea (18) y Gianinna Dinorah (16). En 1989 celebraron la gran boda en el Luna Park. Marcó tendencias con sus diferentes estilos de cortes y colores de cabello. Fue acosado por los diseñadores más renombrados del mundo. Se puso un diamante como aro. Lució tapados y sacones de pieles blancas y negras. Se tatuó el rostro del "Che" Guevara y los nombres de sus hijas en los brazos. Pregona un amor incondicional por su madre, doña Tota. Grabó un tema acompañando al dúo Pimpinela. Fascinó con su jueguito a los catedráticos de la Universidad de Oxford en 1995 y conquistó a un personaje tan singular como Fidel Castro, que le ofreció Cuba como su hogar.
Consiguió todos los títulos: dos mundiales de selecciones (Japón 79, con el Juvenil, y México 86, con los mayores), dos ligas (scudettos) y una copa de la UEFA con Nápoli, entre otros. Pero en la ciudad italiana, entre depresión y depresión, sucumbió a la cocaína. En 1991 fue condenado a dos años de sanción y reincidió en nuestro país, donde fue detenido por tenencia y consumo de drogas. Sus problemas con la adicción fueron terribles y en dos oportunidades estuvo al borde de la muerte.

Sombras y luces
En vísperas del Mundial de USA 94, recibió a los periodistas con disparos en una finca de Moreno, Buenos Aires. La FIFA lo reconoció con un premio al mejor jugador de la historia, calificación que disputó con Pelé, con quien compartió su debut como estrella del programa televisivo "La Noche del 10". Ese día y como siempre, llevó un reloj en cada muñeca y dos anillos. Sólo que en su cuello ahora luce un crucifijo con piedras preciosas. Es la cruz que lo lleva más cerca de Dios.

Provocativo: "Vivimos en un mundo drogado, donde nadie hace nada por nadie, y donde todos nos encontramos a los pies de los Estados Unidos".

Agradecido: "Dios está a mi lado en todo lo que hago, me brindó una nueva oportunidad. Es en lo único que creo y le agradezco la lección que me da día a día".

Solidario: "Se ve que Pelé está muy sensibilizado por los problemas que está pasando su hijo. Yo voy a estar a su lado para apoyarlo. No voy a hacer leña del árbol caído".

Maduro: "Hoy tengo a mi lado todo para ser feliz. La mujer que amo, mis hijas, mis viejos y mi familia. No necesito nada más".

Reflexivo: "Con la droga vos seguís yendo para atrás sin lograr dar un paso adelante, siempre dependés, dependés... Hoy es totalmente distinto: dependo de mi trabajo, porque tengo que pagar deudas que me dejó Cóppola, pero no me avergüenzo".

Categórico: "Antes, andaba de mal humor y mandaba a la p...que los parió a todos. Quizás no era sociable. Hoy vuelvo a tener ganas, vuelvo a estar en la casa de mi vieja, tengo una gran relación con Dalma y Gianinna. Es lo que más me importa".

Experimentado: "Soy joven, pero tengo una vida de viejo. Viví mucho bien; regular, mal, peor, genial, horrible, pero viví mucho".

Devoto: "Dios existe y le debo todo. Le hablo, le rezo. Estuve muerto un par de minutos en Punta del Este y después en Buenos Aires. Le agradezco mucho por no haberme hecho tomar más droga. Porque yo muchas veces se lo pedí por mis hijas. Y no era que El no podía, era yo quien no podía".

Singular: "Que ningún médico ni ninguna clínica se anoten porotos conmigo. A mí me salvó el amor".

Inteligente: "Mi mamá dice que yo fui el mejor jugador del mundo y la mamá de Pelé dice que fue él".

Confeso: "Perdí cambiar muchos pañales de Dalma. Perdí muchos cumpleaños de las nenas en los que estaba tan drogado que no los podía disfrutar. Perdí noches con Claudia que ya no voy a recuperar. Perdí todos esos momentos por la cocaína".

Revelador: "En Nápoles no tenía salida. Los capos me querían porque yo hacía feliz al pueblo que ellos exprimían. La droga casi me la ofrecían en bandeja".

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