En Yerba Buena, la sesión acabó en escándalo

En Yerba Buena, la sesión acabó en escándalo

Se especulaba con que la oposición a Campero iba a avanzar con la remoción de un edil de Cambiemos; tuvo que actuar la Policía

SECUENCIA DEL CAOS. Un video de la sesión reveló que hasta se amenazaron con sillas en el recinto. La Policía intervino; luego, se levantó el debate. CAPTURAS DE VIDEO SECUENCIA DEL CAOS. Un video de la sesión reveló que hasta se amenazaron con sillas en el recinto. La Policía intervino; luego, se levantó el debate. CAPTURAS DE VIDEO
29 Julio 2017

El Concejo Deliberante de Yerba Buena sigue siendo el protagonista de sesiones (o intentos de sesiones) que acaban en situaciones de bochorno. Ayer, la reunión que había sido convocada por el presidente del cuerpo, el radical Benjamín Zelaya -opositor al intendente de esa ciudad, Mariano Campero- debió ser levantada. ¿La razón? El cónclave se salió de control, de acuerdo a lo que consta en el acta policial.

Y en rigor, lo que figura en ese documento es lo que ocurrió. Quienes contribuyeron a ese descontrol habrían sido, principalmente, los vecinos que se hicieron presentes para exigir que se incorpore a Rodolfo Aranda, el candidato afín al jefe municipal quien, desde el año pasado, reclama que le permitan asumir en el décimo escaño.

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El propio Aranda, incluso, estuvo en el recinto, y le reiteró a Zelaya que la banca le corresponde. A viva voz, algunos partidarios suyos y del concejal Javier Jantus (Cambiemos) se unieron al pedido.

Ante eso, el debate fue levantado. La presencia de público, no obstante, se debió más que a Aranda, a Jantus. Se especulaba que el grupo de los detractores al oficialismo local iba a tratar una cuestión de privilegio en contra de este último. Sucede que Jantus había publicado en su perfil en la red Facebook una fotografía de su par Lucas Cerúsico, en una pose en la que pareciera estar dormido durante el debate anterior.

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Por ello, Cerúsico había pedido que se analice la remoción de Jantus. “Ha afectado la dignidad de mi persona y del propio Concejo. Además, lo que hizo generó actitudes inapropiadas hacia mi familia. Mi hija, que es menor de edad, sufrió hostigamiento y bullying”, consignó Cerúsico. “La realidad del Concejo es increíble. ¿Querrán llevarse puesto el cuerpo entero?”, retrucó Jantus.

Aunque ese no fue el único tumulto. En medio de los voceríos y empujones, el jefe de Gabinete, Manuel Courel, acabó en una comisaría, dictando una denuncia policial luego de que le estamparan una trompada en la cara. De acuerdo a sus dichos, el golpe se lo propinó el padre del edil peronista Walter “Kabuby” Aráoz.

Minutos antes de que lo agredieran -dice Courel-, los ediles Zelaya, Aráoz y Maximiliano García lo acusaron de ser el responsable de lo que había sucedido. “Nosotros no llamamos a nadie. Los vecinos se congregaron de modo espontáneo”, desmiente él.

En su denuncia, el jefe de Gabinete hizo constar que un miembro del Sindicato de Empleados y Obreros Municipales (SEOM), en la sala de debates, le gritó: “el lunes vamos a quemar la Municipalidad”.

Discusión por la oficina

Podría decirse que esa mañana había sido un vaticinio de lo que iba a ocurrir, pues Zelaya y algunos funcionarios del gabinete discutieron en la Municipalidad.

Sucede que, por unas horas, el titular del cuerpo vecinal quedó a cargo de la Intendencia de modo interino, y pidió entrar al despacho de Campero. La solicitud fue rechazada por Courel, quien le dijo que eso no correspondía. “En este momento te quedás sin trabajo”, afirmó Courel que le contestó Zelaya, y que pidió que se hiciera un decreto despidiéndolo. El edil negó esa versión.

Cuando por fin Zelaya pasó a la oficina, apareció Campero. El jefe municipal les dijo que lo que estaban haciendo era una falta de respeto. Zelaya le preguntó si no se encontraba de licencia, a lo que el intendente le ordenó a él y a Carlos “La Vieja” Reynoso -el secretario general de SEOM- que se retiraran. Horas después, en la sesión extraordinaria, el escándalo se reavivó.

“Con aciertos o errores, queremos trabajar. Pero esta gente, que responde al legislador Ariel García, pretende por la fuerza lo que no consiguió en las urnas. Esto fue un golpe institucional. Entraron a patadas a la Municipalidad”, dice Courel. También Campero abona esas declaraciones, y añade que este tipo de prácticas deberían estar erradicadas de la política. “Me da vergüenza lo que sucedió. Es lamentable. Lo de Zelaya es una falta de códigos. Salió electo concejal en segundo término, gracias a Jantus. Y después lo traicionó a él y a todos”, añade. Finalmente, el intendente dice que no subestima a los ediles contrarios, pues -según sus dichos- los conflictos no son situaciones menores.

"Es mentira que se iba a destituir a Jantus", aseguró Zelaya

El presidente del Concejo Deliberante de Yerba Buena, Benjamín Zelaya (UCR), señaló al sector de su colega, Javier Jantus (Cambiemos), por el escándalo de ayer en la “Ciudad Jardín”. “Era un ambiente que parecía propiciado por ‘barras bravas’ de fútbol. Se agredió a la secretaria del Concejo; hay empleados que también sufrieron lesiones e insultos. Y se llegó a todo esto por un mensaje totalmente falso que dio Jantus. Es mentira que se lo iba a destituir”, dijo Zelaya a LA GACETA.

El radical, que es opositor a la gestión del intendente Mariano Campero, explicó que el martes, en reunión de Labor Parlamentaria, los jefes de bloques definieron un temario para el jueves. En la ocasión, apuntó Zelaya, se iban a tratar varios asuntos, como citaciones a funcionarios del equipo de Campero. Y sostuvo que el planteo contra Jantus referido a la polémica foto de su colega, Lucas Cerúsico, no estaba incluido en el orden del día. “De todas formas, los concejales que responden al intendente no asistieron. No hubo quórum”, indicó el titular del cuerpo, que en ese momento ya estaba a cargo del Ejecutivo Municipal por la licencia de un día que había tomado Campero.

La polémica prosiguió ayer a la mañana, cuando Zelaya intentó pasar al despacho de la Intendencia. “Cada vez que quedo como interino, esa puerta está cerrada con llave”, afirmó el radical. Y aseguró que, si bien hubo una discusión con el jefe de gabinete, Manuel Courel, en ningún momento firmó un decreto para removerlo. “Si ese documento existe, que diga el número de expediente, o que lo muestre”, reclamó Zelaya. Agregó que luego del regreso de Campero se convocó a la sesión extraordinaria de ayer para tratar los temas “de relevancia” que habían quedado pendientes. “Se rechazó por resolución el convenio con Alperovich Gruop, por ejemplo. También un decreto del intendente que pretendía prorrogar un tributo, arrogándose potestades del Concejo”, afirmó. Y sostuvo que hubo que levantar la sesión, ante los ojos de la Policía, por el desborde que se había producido en el recinto. “Era gente que Jantus había convocado por redes sociales. Pero en las sesiones extraordinarias sólo se puede tratar el temario establecido. Y ese asunto está en comisión de Peticiones. Es lamentable y peligroso que ocurran estas cosas”, dijo el titular del cuerpo.

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