Golpearon a dos asaltantes y se enfrentaron con la Policía

Golpearon a dos asaltantes y se enfrentaron con la Policía

Vecinos de varios barrios de la zona oeste les propinaron una paliza a los acusados. Cuando llegaron los uniformados, la gente se negó a entregar a uno de los asaltantes. Hubo golpes y balas de goma. Video.

INMOVILIZADO. Los vecinos fotografiaron a uno de los delincuentes cuando lo tuvieron reducido en el piso. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA INMOVILIZADO. Los vecinos fotografiaron a uno de los delincuentes cuando lo tuvieron reducido en el piso. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA
01 Septiembre 2016
Era tal el hartazgo que había entre los vecinos que, en cuanto supieron que existía la posibilidad de tener a un ladrón entre sus manos, salieron todos de sus casas. Hombres y mujeres de los barrios Farmacéutico, Los Tarcos, O´Connor y Oeste II interrumpieron sus actividades para salir corriendo por las calles en dirección a los dos sospechosos que yacían reducidos en el piso. Recién dejaron de golpearlos cuando llegaron los policías y fueron ellos los reprimidos.

El tremendo revuelo que se armó el martes en la zona oeste de la capital comenzó alrededor de las 18. A esa hora, una mujer circulaba en moto por la zona de calles Colombia y Lucio V. Mansilla. Por detrás la seguían dos jóvenes en otra moto, quienes interceptaron a la víctima en la esquina y la amenazaron con cuchillos para que entregara el rodado. “Un señor que venía en su auto, y que había visto todo, les chocó la moto (a los ladrones) y los delincuentes se metieron al canal que está enfrente. Después salieron por un costado, se treparon por la tapia de una casa de la Colombia al 4.300 y comenzaron a correr por los techos de todas las casas”, relató Emilse (su apellido, como el del resto de los entrevistados se mantiene en reserva por razones de seguridad), una vecina.

Violencia

“Los vecinos empezamos a salir y los arrinconamos; uno quedó a media cuadra y el otro siguió hasta la vuelta, ahí se bajó y se metió debajo de un auto”, siguió contando la mujer. “Les hicimos de todo, sí les pegamos mucho. Teníamos mucha bronca porque estamos hartos de esto, el otro día a un chiquito de ocho años le partieron la cabeza para robarle las zapatillas. Ellos serán seres humanos pero ya no damos más. Les dimos patadas, piñas, piedras, palos, todo”, reconoció.

La bronca creció todavía más cuando llegó la Policía. “Primero vinieron en una camioneta y dos motos. A uno de los delincuentes lo subieron esposado a la caja de la camioneta, pero no iba nadie atrás. En cuanto avanzaron un poco, el delincuente saltó de la camioneta y se escapó. Parece un chiste”, aseguró Emilse. En ese momento, los vecinos amenazaron a los uniformados: “les dijimos que si no atrapaban al ladrón les íbamos a incendiar la comisaría”, contó también Alberto, otro vecino que presenció la escena.

Finalmente los vecinos agarraron al ladrón y volvieron a cargarlo en la camioneta -según ellos mismos contaron- para que sea alojado en la comisaría 12ª. Mientras tanto, comenzaban a llegar refuerzos al barrio. Personal de Infantería, del 911 y del Grupo CERO se presentaron en calle Esteban Echeverría al 1.700, donde estaba reducido el otro ladrón, en manos de los vecinos. Estaba en el jardín de una casa, con las rejas cerradas. Pero la gente no quería entregarlo. “Veíamos cierta complicidad de parte de los policías, por eso les dijimos que si se lo querían llevar que venga el comisario”, dijo Emilse.

Balas de goma

Eso bastó para que se desatara una batalla campal. “No sabe lo que era el barrio, había más policías que cuando fue el desfile del 9 de julio. No es que nosotros hayamos intentado defender a los delincuentes o agredir a los policías, ellos mismos comenzaron con las balas de goma y los gases lacrimógenos. Encima el delincuente se nos mataba de risa en la cara porque él quedó adentro con los policías y nosotros afuera”, agregó la mujer, con bronca.

Silvia, una vecina que vive en la cuadra donde estaba reducido el delincuente, quiso evitar que la Policía llegara a él. “Me tiraron la camioneta encima porque no los dejaba pasar”, contó, indignada. Y agregó: “el barrio estaba lleno de policías, cuando nos cansamos de llamarlos cada vez que pasa algo y nunca vienen”.

En medio de los desmanes, el marido de Emilse recibió balines de goma en un brazo y, según dijo la mujer, fueron varios los vecinos en la misma situación. Fabiana, una mujer que padece cáncer de pulmón, aseguró que un policía le pegó con la culata de una itaca en las costillas. “Vengo del médico, me mandó a hacer unas placas porque tengo todo inflamado, anoche no dormí del dolor”, dijo ayer a la mañana.

Cuando por fin los policías pudieron llevarse al delincuente, este estaba tan golpeado y ensangrentado que debieron trasladarlo directamente al hospital Padilla. Más tarde se supo que tanto él como su cómplice tienen 19 años.

Las corridas y los gritos en el barrio duraron hasta cerca de las 20, cuando varios de los vecinos decidieron acercarse a la comisaría para asentar sus denuncias y otros se resguardaron en sus casas, atemorizados. Ayer el miedo persistía; los vecinos tenían terror de aparecer en los medios y luego sufrir represalias de parte de los delincuentes. “Porque seguro los van a soltar mañana”, coincidieron todos.

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