Por Carlos Páez de la Torre H
27 Noviembre 2015
JULIO ARGENTINO ROCA. Medalla acuñada por la Academia Nacional de la Historia en el centenario de su muerte.
la gaceta / archivo
En 1898, el general Julio Argentino Roca fue proclamado candidato a presidir nuevamente la República. El 21 de julio, escribía sobre el asunto a su primo Ezequiel Paz. “Aprovecho –decía- el primer minuto libre que tengo desde que me proclamaron candidato, para agradecerte tus juicios, que estimo mucho, sobre mi persona”.
No quería hacer promesas. “Eso de prometer maravillas y hacer como los machietistas, de un conejo sacar dos y de una botella, una pipa de vino, es torpe y de mal gusto. Me acuerdo que (Dardo) Rocha, cuando fue candidato, les prometió a La Rioja, Catamarca y demás provincias andinas, llevarles una buena parte del agua que arrastra el Paraná…”
Tenía incertidumbre sobre “esta nueva jornada de seis años, que tantos escozores causa. Yo estoy bastante desilusionado ante las dificultades que preveo. De suyo, entre nosotros está sembrado de dificultades e inconvenientes el ejercicio del poder; agrega a esto el mal estado económico que no se curará en un año, sin el apuro de las finanzas. Este año me dicen que vamos a tener un déficit de 70 millones y los apetitos políticos de amigos y enemigos fermentan en todos los rincones del país”.
En suma, “no es halagüeña la perspectiva y no me siento ya con la fe y energía que tenía en el 80; y como si esto no fuera bastante para acobardar a cualquiera, mira la furia con que los diarios se abalanzan contra mí, no siendo el menos cruel y amenazante ‘La Prensa’, cuyos dientes me duelen más que ninguno, por razones que tu debes suponer”. Se refería al hecho de que la familia Paz, propietaria del diario, era la de su madre, Agustina Paz de Roca.
Terminaba: “Aun tengo mucho tiempo por delante para cambiar de rumbo. ¡Allá veremos!”.
No quería hacer promesas. “Eso de prometer maravillas y hacer como los machietistas, de un conejo sacar dos y de una botella, una pipa de vino, es torpe y de mal gusto. Me acuerdo que (Dardo) Rocha, cuando fue candidato, les prometió a La Rioja, Catamarca y demás provincias andinas, llevarles una buena parte del agua que arrastra el Paraná…”
Tenía incertidumbre sobre “esta nueva jornada de seis años, que tantos escozores causa. Yo estoy bastante desilusionado ante las dificultades que preveo. De suyo, entre nosotros está sembrado de dificultades e inconvenientes el ejercicio del poder; agrega a esto el mal estado económico que no se curará en un año, sin el apuro de las finanzas. Este año me dicen que vamos a tener un déficit de 70 millones y los apetitos políticos de amigos y enemigos fermentan en todos los rincones del país”.
En suma, “no es halagüeña la perspectiva y no me siento ya con la fe y energía que tenía en el 80; y como si esto no fuera bastante para acobardar a cualquiera, mira la furia con que los diarios se abalanzan contra mí, no siendo el menos cruel y amenazante ‘La Prensa’, cuyos dientes me duelen más que ninguno, por razones que tu debes suponer”. Se refería al hecho de que la familia Paz, propietaria del diario, era la de su madre, Agustina Paz de Roca.
Terminaba: “Aun tengo mucho tiempo por delante para cambiar de rumbo. ¡Allá veremos!”.
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