Se ponen el barbijo para estar en sus casas

Se ponen el barbijo para estar en sus casas

Los vecinos del loteo El Bernel se sienten maltratados. Cada tarde, se enciende un vaciadero a cielo abierto situado a metros de sus casas. La Municipalidad arroja allí residuos verdes. Pero también hay también basura domiciliaria. "Cuando esa porquería se prende, nos asfixiamos".

TU BASURA ME ENVENENA, VECINO. Los habitantes de El Bernel, en el ingreso al vaciadero a cielo abierto, situado frente a sus casas. LA GACETA / FOTOS DE DIEGO ARÁOZ. TU BASURA ME ENVENENA, VECINO. Los habitantes de El Bernel, en el ingreso al vaciadero a cielo abierto, situado frente a sus casas. LA GACETA / FOTOS DE DIEGO ARÁOZ.
Atardece, y no es poco. Para quienes viven en el loteo El Bernel, significa que ha llegado el momento de esconderse. Cierren las puertas y ventanas, niños. Entren; no pueden jugar afuera. En minutos, ese basural va a arder. Y cuando eso suceda, el humo negro se nos meterá dentro. Dentro de las casas, de los dormitorios, de las narices y de los ojos. Vamos a respirar humo. A ver humo. A oler a humo. La basura de una ciudad entera, se va a quemar delante de nosotros. Vengan, niños.

- Mi hija más chica tiene 10 meses. Cuando prenden fuego, me encierro con ella en el cuarto. Y aún así, nos asfixiamos -dice Julia Colombres Garmendia. Estamos en el vaciadero de residuos verdes que la Municipalidad de Yerba Buena posee frente al barrio El Bernel. Además de Julia, unas 50 personas han venido a manifestarse aquí, con pancartas que dicen "¡No al basural!". Son las 7 de la tarde, la hora en que se frotan las primeras cerillas. En los últimos dos meses, ha habido al menos 10 incendios. Los vecinos sienten maltrato, humillación y hartazgo.

- Este basural ha sido creado e institucionalizado por la Municipalidad. Se alimenta a diario con sus camiones, que llevan desechos verdes. Pero ahí se arrojan también residuos domiciliarios, patológicos y animales muertos. Después, esa porquería se enciende. Y emana un humo irrespirable -cuenta Leonardo Natiello. 

- La gente abusa del lugar. Se les rompe algo, y lo traen. De repente, uno viene manejando hacia su casa y se encuentra con una heladera en medio del camino -añade Luis Iriondo. Visto en una foto de Google Maps, un sitio en el que se vacía basura es un punto en la inmensidad. ¡Y eso que hasta en esas imágenes tridimensionales se aprecia el humo! Visto desde cerca, es una inmundicia. Cuando el vaciadero aparece a metros de la casa de uno -como en el caso de estas personas-, se vuelve una tortura. Y es que aquí viene a parar todo lo que otros quieren sacarse de la vista. Como las sobras de una comida, un pañal usado, un colchón de gomaespuma, un neumático o esa caja de leche que hociquea el perro de Leonardo.

De cañas a casas
Cinco años atrás, el estercolero pasaba inadvertido. Quizás porque en esas imágenes de Google apenas si se ven desperdicios. Y porque estos confines eran eso: confines. Hoy, el vaciadero ha aumentado sus dimensiones y la zona se ha poblado. Los habitantes de otras urbes ni se imaginan cuántas casas se han hecho donde antes había cañaverales. A los yerbabuenenses, en cambio, les resulta cotidiano transitar por aquí.
El basurero está localizado en San José, a unas 20 cuadras hacia adentro y hacia el norte de la avenida Perón. Para llegar, hay que trepar por una callejuela llamada Fanzolato, que primero tiene asfalto y después se vuelve piedra pura. A ambos lados de esa trocha, los barrios cerrados se suceden el uno al otro. A través de los cercos de Altos de Las Cañas o de Los Tipales se notan las siluetas de las casas. 
Al final de la subida, se encuentra El Bernel. Una propiedad de 150 metros cuadrados edificados, en un terreno que mide 10 metros de ancho y 30 metros de largo, cuesta $ 1 millón, aproximadamente. Sus habitantes son matrimonios recientes, con chicos pequeños. El vaciadero limita, además, con los countries Jockey y Alto Verde I.

- Una vez que se desata el humo, no hay forma de pararlo. No se puede respirar. Los niños siempre están enfermos, con conjuntivitis y con tos. Esto es tóxico -sentencia el médico clínico Atif Tegaha. Cuando se les pregunta quién enciende el fuego, Ana Laura Vázquez responde que sospecha de la Municipalidad ("no creo que sea casual que durante las elecciones estuvo controlado") y Martín Ferullo cuenta que dentro del basurero se instaló un asentamiento (muestra las fotos de las casillas de madera y lonas).

Carguen los carteles
La historia de El Bernel no es nueva. Desde 2013 en adelante, en las ediciones de este diario se han publicado quejas de quiénes viven en los alrededores. En una ocasión, los vecinos se reunieron con el intendente Daniel Toledo, quien se comprometió a frenar el ingreso de basura domiciliaria y a prohibir la quema. Durante un tiempo, pudo cumplir su promesa.
Pero fue sólo durante un tiempo.
¿Se puede mantener limpio un basural? Suena raro, ¿no? Por eso, desde hace tres viernes consecutivos, Isolina Barbaglia, Melissa Losnikov, Luis Babot, María Pía Marinaro Fuentes, Rodrigo Achá Sanjinés, José Aráoz, Facundo Martínez, Agustín Jorrat, Alfonso Grandval, Carla Conti, Luis Pulido y un montón de vecinos más parten con sus carteles a la Perón, una de las principales arterias del municipio. A la vista de los automovilistas, exigen que no los envenenen. 

- Hay días en los que no se puede respirar. Andamos con barbijos -explican Gabriela Villalonga y Alfredo López. En Yerba Buena, lo verde es recogido en camiones municipales. Lo levantan de los frentes de las calles y lo trasladan al basural. Según un funcionario del Gabinete del intendente Daniel Toledo, en verano ingresan más de 30 camiones por día. "Es el único predio que funciona como depósito de verde, desde hace 20 años. Pero es cierto que arrojan todo tipo de basura", reconoce.

- ¿Saben quién enciende fuego?
- No, no hemos podido identificar a nadie.

- ¿Por qué no controlan el ingreso?
- Tenemos un control ambulatorio, pero no es suficiente. Ahí entran camiones hasta de otras ciudades. Ahora estamos acomodando todo para irnos, para dejarle las cosas ordenadas al próximo intendente -dice.

Probablemente, esas respuestas no contenten al jefe de los Bomberos Voluntarios de Yerba Buena, Pedro Hernán Rodríguez Salazar. Su dotación ha tenido que salir corriendo rumbo al Bernel en varias ocasiones. "La última vez, enfrentamos un incendio de magnitud. Fue casi imposible contenerlo. Se han roto algunos de nuestros equipos de trabajo. No es justo que se arruinen los trajes, que son para salvar vidas", dice. 
Mariano Campero es el concejal que en unos días asumirá la intendencia. Una de sus promesas de campaña ha sido el cierre de este basural. Así que ahora -que de supuesto le toca cumplir con su palabra- cuenta que ha estado reunido con un hombre llamado Emilio Graña, que es quién administra la sucesión de la familia Matas, a quien pertenecen las hectáreas en cuestión. "Vamos a convocar a los vecinos, con el objetivo de analizar distintas soluciones. Mi prioridad es el medio ambiente, por eso debo erradicar ese lugar", reitera.

Plazo vencido
Hace ocho meses, el intendente Toledo recibió un exhorto de la Defensoría del Pueblo, en el que se lo conminaba a que erradique el basural y adopte medidas "urgentes" para darle una solución definitiva a la limpieza y mantenimiento del lugar. "La Ley 7.883 prohíbe en toda la provincia el depósito de residuos en lugares que no se encuentran habilitados", decía el defensor Hugo Cabral, en su resolución.
Además, el ombudsman le recordó a Toledo que la gestión integral de los residuos es competencia de los municipios en sus respectivas jurisdicciones. Es decir, le advirtió que -a su juicio- estaba violando una ley y que él era el responsable. "Usted tiene la obligación legal de responder en el plazo de un mes las recomendaciones realizadas por la Defensoría", le escribió a continuación, pues ese exhorto se emitió en febrero de este año, después de haberle pedido informes a la Municipalidad en dos ocasiones, sin que hubiera respuesta -de acuerdo a lo consignado en el texto de la Defensoría-.
En función de lo expuesto, Cabral aclaró los vaciaderos clandestinos contaminan el suelo, las aguas superficiales y las napas subterráneas y afectan la salud de las personas, que quedan expuestas a las características físicas y químicas de los residuos y a los vectores sanitarios.

¿Una planta de compostaje?
Alejandro Brown -director ejecutivo de ProYungas, ecólogo y experto en biodiversidad y desarrollo sustentable- opina que, en el caso de los vaciaderos verdes, lo ideal es todo se vaya a una trituradora, para que lo que allí se deposita sea reutilizado. También Ignacio Giest -de Proyungas- dice que es necesario efectuar una inversión. "La quema no es un recurso apto para el medio ambiente. Hay que invertir dinero. Cercar el predio y efectuar un tratamiento de lo verde. Tal vez una planta de compostaje sea la alternativa", añade. 

Atardece. Mientras en algunas casas las personas abren las ventanas para que pase la frescura de la noche, aquí las cierran. En El Bernel nadie respira con alivio.

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