"El misterio de la felicidad": Francella busca a su amigo para ser feliz

"El misterio de la felicidad": Francella busca a su amigo para ser feliz

El director Daniel Burman se sumerge en la historia de la relación entre dos hombres, rota por una imprevista desaparición. El regreso de Inés Estévez

16 Enero 2014
La amistad tiene lazos secretos, ocultos e indescriptibles. Nadie puede forzarla, más allá de la inocente pregunta infantil “¿querés ser mi amigo?”, que se hace pocos segundos después de conocer a otro niño, en una época cuando todo es presente. Esa unión que nace de forma imprevista, se consolida en el tiempo y cuya ruptura conmueve hasta la médula, es el eje de “El misterio de la felicidad”.

Esta película del eficiente director argentino Daniel Burman (“El abrazo partido”, “El nido vacío” y “Derecho de familia”, entre otros) tiene a Guillermo Francella como protagonista central y, con él, recaudación asegurada en el país al ser uno de los actores con mayor predicamento en la gente.

La historia comienza girando alrededor de la relación entre Santiago (Francella) y Eugenio (Fabián Arenillas), surgida décadas antes y que deja al descubierto el intrincado mundo de la amistad profunda y sincera entre dos hombres, sin connotación sexual alguna, y que se proyecta hasta en los negocios (son socios de un negocio de venta de electrodomésticos).

La rutina de compatir prácticamente todo los lleva a desarrollar una complementación entre ambos que se rompe en forma imprevista con la desaparición de Eugenio, inexplicable y sin pistas previas ni huellas posteriores de dónde puede estar. A partir de ese momento, en medio del desconcierto, del dolor y de un profundo sentimiento de traición, comienza el camino de una doble búsqueda: tanto la física para dar con el ausente como la racional, para conocer aquellas explicaciones no dadas y así poder entender una decisión tan drástica como el alejamiento concretado.

Una vuelta esperada
Ese trayecto de rupturas e incertidumbre es transitado por Santiago en compañía de la mujer de Eugenio, que implica un premio extra de la película: el personaje de Laura conlleva el reencuentro de Inés Estévez con la actuación, luego de ocho años alejada y con la ilusión de que sea una decisión permanente y no circunstancial (por lo pronto, se la menciona en la obra “Estilo de vida”, una comedia del inglés Noel Coward).

A medida en que se internan en buscar una reparación emocional que les permita recuperar la felicidad perdida, los protagonistas descubren que encontrar a Eugenio puede ser peor que haberlo perdido. En el fondo, “El misterio...” es una película de amor, con una historia que se abre en capas sucesivas.

En la producción binacional realizada entre la Argentina y el Brasil tuvo mucho que ver Axel Kuschevatzky, que se consolida como un sólido trabajador del cine (ya lo demostró en “El secreto de sus ojos”), que no apuesta a ciegas sin saber el resultado. Claro que tiene el respaldo de Telefé, el mayor coproductor de cine de la Argentina y uno de los principales de América Latina.

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