Hablar, llorar y jugar ayudan a superar el horror

Hablar, llorar y jugar ayudan a superar el horror

Las secuelas del terror que se vivió esta semana en Tucumán se ven por todos lados: rostros serios, irritabilidad, sensibilidad a flor de piel, ojeras, cansancio, insomnio, pesadillas, rabia y mucha tristeza. Pero es necesario reponerse y salir para adelante. La cuestión es ¿cómo lo logramos? Especialistas de Psicólogos Sin Fronteras dan claves que pueden ayudar a volver a la cotidianidad.

BARRER EL ESPANTO. Tras el horror de los saqueos, dos mujeres limpian los rastros de las barricadas; la necesidad de volver a la cotidianeidad apremia. LA GACETA / FOTO DE Analia Jaramillo BARRER EL ESPANTO. Tras el horror de los saqueos, dos mujeres limpian los rastros de las barricadas; la necesidad de volver a la cotidianeidad apremia. LA GACETA / FOTO DE Analia Jaramillo
14 Diciembre 2013

Si hay algo democrático por estos días en Tucumán, algo que todos comparten, son las ojeras. Aparecen en rostros de adultos, de ancianos, no distinguen entre hombres y mujeres, y hasta se las puede ver en los chicos. Son el signo de noches ganadas por el insomnio, de pesadillas, de tensión máxima, de un continuo esperar la llegada de lo peor. Los saqueos y la sensación de desprotección con la que arrancó la semana alteraron todas las vidas. Pero atención: es necesario poner la cabeza en el freezer, enfriar los espíritus y buscar la manera de retornar a la cotidianidad. Con la proximidad de las Fiestas se acercan los días más estresantes de diciembre y quizás del año. No queda otra que encararlos. Y hay que hacerlo de la mejor manera posible.

Si bien es probable que lo peor haya quedado atrás, las secuelas de los dos días de terror se ven por todos lados: rostros muy serios en las oficinas, silencio en los hogares, irritabilidad al volante, sensibilidad a flor de piel en las calles otra vez (y felizmente) atestadas de transeúntes. En lo personal, las consecuencias también se sienten: cansancio, sueño permanente, insomnio, pesadillas, rabia, tristeza, opresión en el pecho, olvidos, falta de esperanza...

“Y esas secuelas pueden seguir. Porque lo que pasó tiene un efecto traumático. Pero la clave es expresarlo. Cuando una situación genera un impacto tan fuerte, no es saludable callarlo”, aconsejó Paola Brito, presidenta en Tucumán de Psicólogos Sin Fronteras.

Esta institución que se encuentra en distintas partes del mundo brinda asistencia a poblaciones que están en riesgo psicosocial y trabaja en zonas críticas. En Tucumán llevan adelante proyectos en los barrios El Palomar y Soldado Tucumano, en Banda del Río Salí; en El Colmenar, y en el barrio Juan XXIII, también conocido como “La Bombilla”, entre otros lugares.

“Estos días se escuchó permanentemente la frase: ‘ahí vienen’. ¿Pero quiénes eran los que venían? Al no estar identificado, cualquiera podía ser el malo. Y eso generó un quiebre de todo contrato social, de todo lazo. Se rompieron valores y códigos. Pero no hay que vengar lo que pasó. Es necesario encontrarle un sentido y no culpabilizar: ‘son los pobres, son los policías’. Todos los actores tienen algo de responsabilidad”, agregó Marcela Sánchez, secretaria de la institución.

Las dos profesionales ensayaron una serie de consejos para que los tucumanos logren superar lo que ocurrió y ordenar sus vidas. Y coincidieron en que los primordial es expresar lo que uno lleva adentro. “Es simple: si querés llorar y no podés mirá una película o lee un libro que te haga llorar. Descargá de manera sana lo que llevás adentro”, coincidieron. Otra opción primordial: jugar con los hijos. “Andá a una plaza y sentate en una hamaca. Ese movimiento remite al seno materno y alivia”, aseguró Brito.

¿Y los chicos?
Quienes merecen una atención especial son los chicos. Por más que los adultos hayan tratado de mantenerlos aislados, es inevitable que hayan percibido el temor, el nerviosismo, la amenaza; saben que ocurrieron cosas malas y necesitan entenderlas para procesarlas y superarlas. “Hay que decirles la verdad, pero adecuada a su nivel de entendimiento”, recomendó Sánchez.

Atención, Brito y Sánchez son contundentes: si pasan los días y el estado de nerviosismo y de angustia, y los mareos, los olvidos y el insomnio, entre otros síntomas, no desaparecen hay que consultar a especialistas.

CONSEJOS PARA VOLVER A LA COTIDIANIDAD

Lo más importante: expresarse
Las psicólogas Marcela Sánchez y Paola Brito insisten en que hay que hablar y mucho de lo sucedido. Esa es la manera de aceptarlo, de encontrarle un sentido y de empezar a superarlo. También hay que hablar del tema con los chicos.

Si la angustia aprieta buscá distracciones
Es posible que en el trabajo o en las actividades cotidianas te asalten recuerdos o momentos de angustia. Una buena manera de exorcisarlos es cambiar de actividad o buscar una distracción.

Hacer deporte o una actividad que relaje
Si la angustia y el estrés no ceden, es recomendable realizar alguna actividad física o alguna disciplina como el yoga, que relaja.

Un buen remedio: jugar con los chicos
La angustia no es exclusividad de los adultos. Los chicos también la viven y una buena manera de ayudarlos y de ayudarte es jugar y compartir tu tiempo con ellos.

A no dejarse ganar por la paranoia
Si tenés miedo de sufrir un robo en las calles atestadas de fin de año, no salgas con mucho dinero encima ni te llenes de bolsas. Hay que ser previsor, pero no vivir estresado.


Publicidad
Temas Tucumán
Tamaño texto
Comentarios
Comentarios