19 Septiembre 2013
El cuerpo avisa si está estresado: escuchalo
El 40% de los argentinos siente que le falta energía; el 30% está estresado y el 20% sufre depresión, según una encuesta realizada por la consultora TNS Gallup. El organismo puede responder a los cambios de manera positiva o negativa, pero cuando se desborda aparecen serios problemas de salud que deben solucionarse cuanto antes, advierten tres médicos especialistas
TENSIONES. El estrés es un enemigo silencioso y traicionero, y cuando se cronifica resulta difícil escapar a sus garras, que afectan a diferentes partes del organismo. CAREEREALISM.COM
Vivís acelerado y te pasás el día mirando el reloj. Tenés mucho trabajo y varias gestiones para hacer. Las horas te pasan volando. El día te resultó corto porque te quedaron algunos trámites pendientes, le fallaste a tu hijo porque no llegaste a tiempo para almorzar con él antes de llevarlo al colegio... Para colmo, te sentís mal porque hace semanas ¿o meses? que tampoco tenés tiempo para visitar a tu madre, a la mujer que te dio la vida. ¡Y ni te acordaste del día de su cumpleaños! ...
Este ritmo alocado -cruento y hasta inhumano- es parte de la vida moderna que fagocita y agobia hasta límites insospechados. A la noche caés desmayado en la cama, pero al día siguiente no tenés fuerza para levantarte. Lo hacés por obligación. Tu cuerpo te "dice" que sigue cansando ¿Sabés por qué te pasa esto? Porque estás estresado.
"El hombre está expuesto a una multiplicidad de estímulos y exigencias cuyas consecuencias son problemas de salud vinculados al estrés", señala el doctor Alejandro Puente, médico especialista en Psiquiatría y Terapia Familiar del Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas (Cemic).
El médico citó la encuesta que realizó TNS Gallup en 2010 en la Argentina para mostrar cómo afecta el estrés en las sociedades de nuestro país. Según el muestreo, cuatro de cada 10 personas sienten que les falta energía, tres de cada 10 están estresados y dos de cada 10 dicen estar deprimidos. Estos números aumentan entre las mujeres: mientras el 27% de los hombres menciona haber padecido estrés, el 36% de las mujeres declara lo mismo. Ellas también van a la cabeza en cuanto a la falta de energía con el 45% contra el 36% de los varones.
"El estrés es la reacción inespecífica del ser humano ante diversas tensiones. Es la respuesta del organismo a los cambios, ya sean estos positivos o negativos", define el doctor Puente.
Aparecen patologías
Cuando aparecen los síntomas es porque el nivel de tensión ha superado lo que el individuo es capaz de soportar, y son de diversa índole (ver "Señales que te ponen en aviso")
En muchos casos, tanto los infartos en gente joven, como los accidentes o los episodios hipertensivos se dan en un contexto de situaciones de estrés crónico. A su vez, cualquier patología orgánica o psicológica se incrementa en esta situación. Desde esta perspectiva se puede considerar el estrés como uno de los principales factores de riesgo para la salud, detalló el especialista.
Impacta en la libido
Sobre este tema, el doctor Néstor Daffinoti, sexólogo, y asesor del Boston Medical Group en Argentina, comentó que en las grandes ciudades todos parecen vivir apurados, prácticamente sin tiempo para nada. "Entonces aparece el estrés que repercute en todas las actividades del hombre. La sexualidad no está exenta y son muchos los inconvenientes que surgen en la cama cuando -consciente o inconscientemente- los problemas de otros ámbitos empiezan afectar el rendimiento y también el deseo sexual", refirió.
Otro impacto negativo en la salud de las personas estresadas es el señalado por la doctora Rosa Labanca, médica nutricionista y directora del Centro de Docencia, Asistencia e Investigación de la Sociedad Argentina de Obesidad y Trastornos Alimentarios (SAOTA).
"Los índices de estrés se correlacionan con las tasas de obesidad y el síndrome metabólico. Mientras el estrés agudo quita el apetito, el estrés crónico es diferente: se altera el eje hipotalámico, pituitario y adrenal liberando grandes cantidades de cortisol, la hormona del estrés. Esto cambia el comportamiento alimentario: aumenta la frecuencia de las comidas, las calorías ingeridas a diario, la ingesta de hidratos de carbono y grasas, y se prefieren los alimentos más palatables (los más 'ricos' al paladar'), que son adictivos", explicó la médica nutricionista.
Igual que la cocaína
Labanca recordó que está científicamente demostrado que productos como galletitas, chocolates, y otros ricos en carbohidratos y grasas, causan el mismo efecto que la cocaína, las anfetaminas, la nicotina, el alcohol o la actividad sexual: aumentan la dopamina, una sustancia asociada al placer. "Por eso la persona con dopamina baja (debido al estrés crónico) se gratifica al comer esos alimentos porque le suben la dopamina transitoriamente. Por eso necesita ingerir más y más ese tipo de alimento y termina engordando", explicó.
Estos cambios en la alimentación, según explicó la nutricionista, facilitan la aparición del síndrome metabólico: la grasa se acumula de la cintura para arriba, en la 'panza' (lo que llamamos 'obesidad androide'), que aumenta el riesgo cardiovascular.
Este ritmo alocado -cruento y hasta inhumano- es parte de la vida moderna que fagocita y agobia hasta límites insospechados. A la noche caés desmayado en la cama, pero al día siguiente no tenés fuerza para levantarte. Lo hacés por obligación. Tu cuerpo te "dice" que sigue cansando ¿Sabés por qué te pasa esto? Porque estás estresado.
"El hombre está expuesto a una multiplicidad de estímulos y exigencias cuyas consecuencias son problemas de salud vinculados al estrés", señala el doctor Alejandro Puente, médico especialista en Psiquiatría y Terapia Familiar del Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas (Cemic).
El médico citó la encuesta que realizó TNS Gallup en 2010 en la Argentina para mostrar cómo afecta el estrés en las sociedades de nuestro país. Según el muestreo, cuatro de cada 10 personas sienten que les falta energía, tres de cada 10 están estresados y dos de cada 10 dicen estar deprimidos. Estos números aumentan entre las mujeres: mientras el 27% de los hombres menciona haber padecido estrés, el 36% de las mujeres declara lo mismo. Ellas también van a la cabeza en cuanto a la falta de energía con el 45% contra el 36% de los varones.
"El estrés es la reacción inespecífica del ser humano ante diversas tensiones. Es la respuesta del organismo a los cambios, ya sean estos positivos o negativos", define el doctor Puente.
Aparecen patologías
Cuando aparecen los síntomas es porque el nivel de tensión ha superado lo que el individuo es capaz de soportar, y son de diversa índole (ver "Señales que te ponen en aviso")
En muchos casos, tanto los infartos en gente joven, como los accidentes o los episodios hipertensivos se dan en un contexto de situaciones de estrés crónico. A su vez, cualquier patología orgánica o psicológica se incrementa en esta situación. Desde esta perspectiva se puede considerar el estrés como uno de los principales factores de riesgo para la salud, detalló el especialista.
Impacta en la libido
Sobre este tema, el doctor Néstor Daffinoti, sexólogo, y asesor del Boston Medical Group en Argentina, comentó que en las grandes ciudades todos parecen vivir apurados, prácticamente sin tiempo para nada. "Entonces aparece el estrés que repercute en todas las actividades del hombre. La sexualidad no está exenta y son muchos los inconvenientes que surgen en la cama cuando -consciente o inconscientemente- los problemas de otros ámbitos empiezan afectar el rendimiento y también el deseo sexual", refirió.
Otro impacto negativo en la salud de las personas estresadas es el señalado por la doctora Rosa Labanca, médica nutricionista y directora del Centro de Docencia, Asistencia e Investigación de la Sociedad Argentina de Obesidad y Trastornos Alimentarios (SAOTA).
"Los índices de estrés se correlacionan con las tasas de obesidad y el síndrome metabólico. Mientras el estrés agudo quita el apetito, el estrés crónico es diferente: se altera el eje hipotalámico, pituitario y adrenal liberando grandes cantidades de cortisol, la hormona del estrés. Esto cambia el comportamiento alimentario: aumenta la frecuencia de las comidas, las calorías ingeridas a diario, la ingesta de hidratos de carbono y grasas, y se prefieren los alimentos más palatables (los más 'ricos' al paladar'), que son adictivos", explicó la médica nutricionista.
Igual que la cocaína
Labanca recordó que está científicamente demostrado que productos como galletitas, chocolates, y otros ricos en carbohidratos y grasas, causan el mismo efecto que la cocaína, las anfetaminas, la nicotina, el alcohol o la actividad sexual: aumentan la dopamina, una sustancia asociada al placer. "Por eso la persona con dopamina baja (debido al estrés crónico) se gratifica al comer esos alimentos porque le suben la dopamina transitoriamente. Por eso necesita ingerir más y más ese tipo de alimento y termina engordando", explicó.
Estos cambios en la alimentación, según explicó la nutricionista, facilitan la aparición del síndrome metabólico: la grasa se acumula de la cintura para arriba, en la 'panza' (lo que llamamos 'obesidad androide'), que aumenta el riesgo cardiovascular.
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