La política exterior y el interés doméstico

La política exterior y el interés doméstico

Las minorías son cruciales en las elecciones. Por Silvia Ayuso - Agencia DPA

01 Noviembre 2012
WASHINGTON.- Justificar el fin de las guerras de Irak o de Afganistán como una manera, ante todo, de recortar gastos para redirigir fondos a la maltrecha economía estadounidense; hacer de la defensa de Israel una promesa inquebrantable, pase lo que pase; o prometer mano dura con Cuba, aunque medio siglo de embargo no haya provocado ningún cambio en la isla. En muchos aspectos, la política exterior de Estados Unidos, el país que gusta de calificarse como la primera potencia del mundo y con una voz decisiva en buena parte de los eventos del planeta, no responde a intereses globales sino puramente domésticos.
Es algo que personifica bien la congresista republicana por Florida, Ileana Ros-Lehtinen, quien, consciente de que buena parte de su electorado es de origen judío o cubano, no duda en cargar contra la "dictadura castrista" o contra Irán, el enemigo número uno de Israel, siempre que puede.
Esta actitud se ve exacerbada en momentos como las elecciones presidenciales del martes. No es casualidad, por ejemplo, que en julio, en la única gira internacional previa a los comicios, el candidato republicano, Mitt Romney, hiciera una escala amplia en Israel, donde reafirmó el derecho a la autodefensa del Estado judío frente a la amenaza de un arma nuclear en Irán y defendió Jerusalén como la capital de Israel, lo que levantó la ira de los palestinos.
Tampoco lo es que el presidente demócrata, Barack Obama, ordenara a su equipo demócrata un mes más tarde corregir la plataforma política de su partido en la convención en Carolina del Norte, porque se había omitido la tradicional línea que también declara a Jerusalén como la "capital de Israel".
Israel y la amenaza que supone el programa nuclear de Irán copó buena parte del tercer y último debate presidencial entre los candidatos, del que estuvieron totalmente ausentes regiones como Europa o América Latina.
Los judíos no constituyen más que el 3% de la población norteamericana, pero su influencia es mayor ya que una cuarta parte de ellos son votantes indecisos que deberán emitir su voto en estados bisagra como Florida u Ohio, que podrían decidir los comicios. Los expertos señalan que, tradicionalmente, el voto judío ha sido en su mayoría demócrata, pero ello no constituye una garantía para Obama de cara a sus esfuerzos por tener un segundo mandato. "Si los republicanos logran retratar a Obama como el enemigo de Israel, eso constituirá el beso de la muerte para su reelección", sostuvo Jeffrey Helmreich, del Centro de Asuntos Públicos de Jerusalén.
Pero si hay un caso en el que claramente la política exterior ha estado supeditada al voto doméstico es el de Cuba, afirmó Michael Shifter, presidente del centro de pensamiento Diálogo Interamericano. "Muchas políticas en materia exterior están fuertemente influenciadas y condicionadas por políticas domésticas, pero pocas lo están tan descaradamente como este caso. Resultaría difícil explicar un embargo que ha sido tan poco efectivo y tan ampliamente criticado, si no se considera la presión e influencia de los cubano-estadounidenses", señaló. Estos votantes (otra minoría) se concentran en Florida, uno de los Estados que definirá el resultado de los comicios.
El experto agregó que esa política tensó las relaciones con muchos países. "La mejor manera de superar esta desafortunada situación es con valor político y liderazgo, algo que ha faltado en Washington respecto a Cuba", concluyó.

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