26 Enero 2012
SIMILAR. Pero distinto, el buque alemán quedó en las profundidades del mar. FOTO TOMADA DE LANACION.COM
BUENOS AIRES.- Mientras el caso del "Costa Concordia", sigue provocando indignación alrededor del mundo, hoy se dio a conocer un caso muy similar ocurrido en Argentina en 1930.
El barco alemán "Monte Cervantes" chocó contra unas formaciones rocosas sumergidas en las costas de Ushuaia el 22 de enero de 1930, provocando un terrible accidente. Finalmente, el buque terminó hundido cerca del faro Les Eclaireurs, en el Canal de Beagle.
Claro está que estos dos no fueron ni remotamente los únicos accidentes marítimos. Lo que llama la atención son sus similitudes. Empezando por el mes del accidente (el mismo en ambos casos), pasando por el lujo y suntuosidad de los dos barcos y finalizando por la responsabilidad de los capitanes, que decidieron realizar un cambio de ruta. Siguiendo con los paralelismos, en ambos casos fueron formaciones rocosas cercanas a la costa las que provocaron los naufragios y los dos botes permanecieron con sus proas hundidas e inclinados a babor.
Las diferencias, en cambio, están a favor del caso ocurrido en las costas argentinas. Primero porque en el accidente ocurrido en 1930 no murió ninguno de los 1.200 pasajeros. Y segundo porque su capitán, Teodoro Dreyer, luego de salvar a todas las personas a bordo, decidió volver al barco para hundirse con él. Lo que, claro está, no hizo Francesco Schettino. Por otro lado, en esa época los naúfragos erán más que los mismos pobladores de Ushuaia, aún así, estos se solidarizaron y alojaron a los mismos en viviendas particulares, en la iglesia y en la escuela. Además, hasta los presos de la antigua Cárcel de Reincidentes colaboraron en el rescate de los náufragos. (Lanación.com ? Infobae.com).
El barco alemán "Monte Cervantes" chocó contra unas formaciones rocosas sumergidas en las costas de Ushuaia el 22 de enero de 1930, provocando un terrible accidente. Finalmente, el buque terminó hundido cerca del faro Les Eclaireurs, en el Canal de Beagle.
Claro está que estos dos no fueron ni remotamente los únicos accidentes marítimos. Lo que llama la atención son sus similitudes. Empezando por el mes del accidente (el mismo en ambos casos), pasando por el lujo y suntuosidad de los dos barcos y finalizando por la responsabilidad de los capitanes, que decidieron realizar un cambio de ruta. Siguiendo con los paralelismos, en ambos casos fueron formaciones rocosas cercanas a la costa las que provocaron los naufragios y los dos botes permanecieron con sus proas hundidas e inclinados a babor.
Las diferencias, en cambio, están a favor del caso ocurrido en las costas argentinas. Primero porque en el accidente ocurrido en 1930 no murió ninguno de los 1.200 pasajeros. Y segundo porque su capitán, Teodoro Dreyer, luego de salvar a todas las personas a bordo, decidió volver al barco para hundirse con él. Lo que, claro está, no hizo Francesco Schettino. Por otro lado, en esa época los naúfragos erán más que los mismos pobladores de Ushuaia, aún así, estos se solidarizaron y alojaron a los mismos en viviendas particulares, en la iglesia y en la escuela. Además, hasta los presos de la antigua Cárcel de Reincidentes colaboraron en el rescate de los náufragos. (Lanación.com ? Infobae.com).
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