La sociedad no armó un opositor

La sociedad no armó un opositor

Por Jorge Giacobbe - Titular de Giacobbe y Asociados.

07 Agosto 2011
Hasta el momento, no estamos viendo que los resultados en la Capital Federal o en Santa Fe hayan provocado un deterioro en el voto de Cristina Fernández de Kirchner. Esto no quiere decir que ella no haya perdido uno o dos puntos, pero de ninguna manera se puede hablar de "derrumbe". Mi expresión al respecto es, en dos palabras, "todavía no". Es decir, ni "sí" ni "no", sino que todavía no se ve.

Ahora bien, tampoco habrá que esperar mucho. La cosa va a quedar absolutamente aclarada el próximo domingo 14, cuando se celebren las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Estamos muy cerca de una fecha y de un acto tremendamente importante, que va a esclarecer todo lo que se dice y que, fundamentalmente, va a terminar con las especulaciones y con las opiniones pagadas. En las PASO va a quedar anunciado qué es lo que va a pasar.

Si el oficialismo consigue en las primarias el 40% de los votos para la Presidenta, el kirchnerismo va a crecer y la oposición se va a achicar. Si no alcanza ese piso de votos, la que se agrandará será la oposición y el Gobierno va a sentir el rigor de una campaña que se va a poner muy reñida.

Ahora bien, lo que también hay que decir es que si la Presidenta consigue menos del 40% de los sufragios en las PASO, eso no necesariamente significa que ella va a peder. En todo caso, no entrará a la recta final hacia octubre como una máquina imparable, como al kirchnerismo le gusta mostrarse, sino en una situación clara de disputa.

Sin el bolso armado
Es claro que mucho de lo que está ocurriendo no es bueno para ella: lo de los hermanos Schoklender y las Madres de Plaza de Mayo; el caso reciente de las propiedades alquiladas por el juez de la Corte Suprema de la Nación, Raúl Zaffaroni; los resultados de los últimos comicios... Pero aún así, lo que vemos del lado de la sociedad es una reacción que comparamos con la de una esposa muy enojada con su marido, porque él vive de juerga y llega tarde todas las noche, pero que a la vez es una esposa que todavía no ha armado el bolso para irse de la casa.

En otros términos, la sociedad no está ejecutando un comportamiento electoral como para sacar a la Presidenta de la Casa Rosada. De lo contrario, ya habría un opositor posicionado con 30 puntos para enfrentarla. Y no lo hay. En este punto, parece necesario puntualizar de que no se trata de que los opositores sean estúpidos: es la sociedad la que no los construye como alternativas. Cuando la sociedad quiere cambiar un gobierno, pone de pie lo que quiere. Y si eso no ocurre en este momento, es porque la sociedad todavía no quiere detener este ciclo en la Argentina.

Veo al periodismo poniendo énfasis en la calidad de los opositores para tratar de explicar por qué hoy no hay un claro contendiente de Cristina Fernández de Kirchner. Y observo que también se dice que la sociedad no tiene adónde ir, adónde llevar su voto. Pero encontrar una alternativa, en este caso al kirchnerismo, por la cual votar es una instancia posterior a la decisión tomada de "irse", de cambiar el modelo del oficialismo.

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