Se trata de escenarios separados

Se trata de escenarios separados

Por Julio Burdman - Co Director del Observatorio Electoral Lationoamericano.

07 Agosto 2011
Las victorias contundentes de Macri en las dos elecciones porteñas permitieron a su partido, el PRO, consolidar su desempeño electoral ascendente en la Ciudad: desde 2003, año en el que Macri se postula por primera vez, viene obteniendio cada vez mejores resultados. Hoy, es el partido político más organizado de la Ciudad, un distrito caracterizado por la baja incidencia del PJ y la UCR en los últimos años.

Aún así, superó las expectativas. La derrota del kirchnerismo en la Ciudad se inscribe en un segundo tramo del año electoral, entre el 10 de julio y el 7 de agosto, caracterizado por resultados adversos en tres distritos importantes: CABA, Santa Fe y Córdoba. El primero, recordemos, fueron las siete elecciones provinciales entre los meses de marzo y junio (Catamarca, Chubut, Salta, La Rioja, Neuquén, Misiones, Tierra del Fuego), que en general habían dejado un saldo favorable a la Casa Rosada.

El balance del segundo tramo impactará en el clima electoral nacional, de cara al tercer tramo, que comienza con las primarias nacionales del 14 de agosto. Tras meses de triunfalismo cristinista, la opinión pública experimentará casos concretos que muestran que el kirchnerismo pierde elecciones como cualquier partido político en competencia. Aquello de que "Cristina ya ganó" no se siente igual, sobre todo en los tres distritos mencionados.

Pero si bien el impacto sobre el clima de opinión pública parece un efecto lógico y probable de esta seguidilla de resultados, no está del todo claro aún en qué medida podremos extrapolar estos resultados a otras provincias, o al plano nacional, a través de la clásica aritmética deductiva del análisis político. En la Ciudad, los candidatos presidenciales más importantes de la oposición, como Ricardo Alfonsín y Eduardo Duhalde, apoyaron a candidatos a Jefe de Gobierno que obtuvieron menos del 2% de los votos (Silvana Giudici y Jorge Todesca, respectivamente). El fenómeno Macri tiene fuertes componentes locales y está más asociado a su propia figura que a la instalación social de su partido; prueba de ello es que cuando el PRO compite sin Macri en las boletas, obtiene muchos menos votos.

En Santa Fe ganó el socialismo, principal partido que sostiene la candidatura de Binner, y la sorpresa la dio el humorista Miguel Del Sel, un mix entre macrismo y duhaldismo. Pero Binner -castigado por la poca cobertura que obtiene de los medios porteños, hay que decirlo- aún no despega en las encuestas, y la potencial alianza Macri - Duhalde aún es una incógnita. Y algo similar puede decirse de Córdoba, provincia en la que uno de los principales competidores, el peronista De la Sota, va y viene pero nunca termina de romper con el kirchnerismo nacional. Otros ejemplos de elecciones locales, de Chubut a Catamarca, también arrojan una conclusión parecida: cuesta proyectarlos al plano presidencial.

En suma, este conjunto de ejemplos nos sugiere que se mantiene un fenómeno general de "desenganche" entre los planos nacional y local, que es consistente con el alto grado de desnacionalización del sistema partidario nacional. Cada elección debe ser analizada, en primer término, a partir de su contexto particular. Cada elección provincial, y la propia elección presidencial, son escenarios separados.

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