Natascha contó cómo vivió entre el horror y la compasión

Natascha contó cómo vivió entre el horror y la compasión

No todos entienden esta historia de 8 años.

08 Septiembre 2010
VIENA.-La austríaca Natascha Kampusch (foto) contó que escribió su autobiografía, que saldrá a la venta hoy en Alemania, porque "quería poner punto y final a la historia" y que los lectores "tengan un relato auténtico de lo que sucedió".

"En el libro hay partes de mi infancia. Muchos han criticado a mi madre, pero la veían de modo totalmente erróneo (...) Así, ya no se podrá decir que por ejemplo me pegaba o se comportaba conmigo con brutalidad. Y también quería contar algo sobre el secuestro (...) que sirva por sí mismo", contó durante una entrevista con la agencia de noticias DPA.

La joven de 22 años, quien lleva cuatro años en libertad, contó que en "3.096 días" (así se llama el libro) hay algunas cosas que su familia no sabe.

"Me he dado cuenta de que no querían saberlas del todo. Creo que es más fácil leerlo de un libro y poder cerrarlo en cierta página que escucharlo directamente... El libro es un escenario neutral que no exige nada. No moraliza", dijo.

La austríaca contó que "quería mostrar que el raptor es una persona y que el sufrimiento y los malos tiempos no deben ser disfrazados. Que la cárcel va también por dentro cuando alguien rapta a una niña de 10, 11 o 12 años".

Evaluó "que una no puede defenderse o tramar planes de fuga cuando se está en un sótano. Quizá hubiera bastado con que fuera una puerta totalmente normal"

"Todo se me vino encima otra vez. Antes, cuando la tenía bien guardada ahí arriba -se señala la cabeza- o no sé dónde, podía convencerme de que no había sido tan horrible. Y que lo había superado bien. Pero cuando lo leí, me quedó claro lo terrible que fue todo", dijo.

Según la joven, "muchas de las ideas (sobre lo ocurrido) ya las tenía antes, pero el libro las hizo más claras. Tuve que volver a contarlo todo. Que aquello se llevó mucho de mí, que fueron violaciones ininterrumpidas de los derechos humanos, ya sabía".

Natasha se refiere a su captor, Wolfgang Priklopil, sólo como "autor", porque "¡¿cómo se le podía llamar?!", se preguntó.

"Habría sido raro llamarlo Wolfgang. El libro está escrito para otras personas y no quería que se confrontaran con el autor de "tú a tú". No habría sido adecuado y le habría restado un poco de seriedad, desviándose de lo que me ocurrió y cómo fue para mí. Es mi libro, no el suyo", dijo.

Para Kampusch "gracias a Dios" ya no está tan presente lo ocurrido, "aunque sus consecuencias aún un poco. Me he ido dando cuenta de que soy mucho más polifacética y flexible que él. El autor era muy conservador e intentó crearme una imagen del mundo ingenua, extraña y rara. Cuanto más vuelvo a ser yo -como era de niña- más me alejo de eso".

Según la joven, "de niña tenía tantos planes, quería vivir y lograr algo, y quise hacer de esto algo positivo. Y también quería que de algún modo el autor viera los lados positivos. Que no se viera a sí mismo como un criminal".

"De niña me gustaba mucho la clase de religión y me quedó el recuerdo de la profesora diciendo que Dios quiere de algún modo más a los pecadores. Todos los niños se escandalizaron y preguntaron por qué, pero para mí estaba claro. Porque de alguna forma, ellos tienen un déficit (...) y hay que mostrar comprensión", dijo la joven. Para Natasha, "era importante que el autor supiera que lo perdono y que es posible perdonarse a sí mismo" (Télam)

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios