El continuismo en debate

El continuismo en debate

El vínculo entre la política y el Mundial de Fútbol alimenta conjeturas. Los límites que el kirchnerismo le impone al gobernador. El senador Sanz comprometió a la UCR local en la pelea contra la re-relección

La política no sale de la escena por la acción de esa fabulosa máquina de entretenimiento que es el Mundial de Fútbol. Ella, al contrario, busca usufructuar los réditos y los malestares que los resultados de Argentina generen en la sociedad, según la distinta ubicación de los actores.

La Casa Rosada se ilusiona con una hazaña del seleccionado de Diego Maradona, que ayude a reforzar el capital político que cree haber conseguido con los fastos del Bicentenario. Supone, además, que la ola consumista en marcha dará más aire a la operación continuista del matrimonio Kirchner. El oficialismo espera que el florecimiento de las ambiciones de las distintas familias ideológicas que se le oponen, termine diluyendo el control de las acciones del Gobierno en el Congreso.

Los antagonistas del kirchnerismo, a la inversa, procurarán acortar diferencias para imponer su propia agenda en Diputados y en Senadores. El Indec y el Consejo de la Magistratura están en lista de espera. Les es costoso obtenerlo, porque el poder político siempre tiene ases en la manga y los juega sin remordimientos de ninguna especie.

Ustedes se juntan y son 37, pero nosotros podemos comprar algunos; ustedes no. Con tono burlón, un empinado jefe del kirchnerismo senatorial le describía a su par de la UCR, cómo hacían variar las mayorías en la Cámara, trocando reveses por triunfos. La Banelco del siglo XXI llaman esos opositores resignados a los subsidios a gobernadores que tuercen los votos de los senadores.

Aun así, los principales líderes legislativos que son refractarios al Frente de la Victoria intentarán condicionar al Gobierno en el segundo tramo decisivo de 2010, que será clave para la acumulación de recursos políticos y dinero. Durante ese período se tratarán la ley de Presupuesto y la revisión de las facultades delegadas al Ejecutivo, es decir, a Cristina Fernández de Kirchner. Ninguno de ellos ignora que Néstor es el más firme candidato a suceder a su esposa en la propuesta del Frente de la Victoria. La inflación en ascenso y los altibajos de la economía mundial pueden ocasionar incertidumbre.

Precisiones

El cuadro general de la situación provincial muestra que las variables de la política no inquietan al gobernador José Alperovich. La oposición multipartidaria está diseminada y no perturba. Algunas protestas sectoriales encienden luces de alarma en el tablero del Gobierno, pero están lejos de desestabilizarlo. Ninguna de esas organizaciones se propone su desalojo del poder, ni aun los autoconvocados de la salud. Sí erosionan su imagen.

Sólo una acción política puede condicionar la autonomía de vuelo del mandatario, que vertebró con criterio verticalista una maquinaria que desde hace siete años le responde con fidelidad. En la esfera nacional se vuelve más remota la posibilidad de que negocie con Eduardo Duhalde, porque este quiere enfrentar a Néstor Kirchner, el reciente huésped de la senadora Beatriz Rojkés. Tampoco puede hacerlo con Felipe Solá, un ex gobernador que ganó protagonismo enfrentando a la Casa Rosada, desde la crisis del campo. Alperovich ancló, en definitiva, en territorio kirchnerista.

Afincarse en esa parcela política no le exime de tener problemas. La lógica indica que si es excluido del binomio presidencial del Frente de la Victoria, le queda el camino de la re-reelección. Si no es él, es ella, remarcaba un encumbrado funcionario. En este orden de cosas, se dice que si Alperovich da un paso al costado, la fórmula oficialista para 2011 sería Rojkés-Sergio Mansilla.

Quienes admiten la viabilidad de esta acción, señalan que si el gobernador fuera re-reelecto en 2011, enfrentaría un teatro de conflictos continuos por la sucesión en 2015. Nadie le sería fiel a un jefe de Estado que no garantice más tiempo de permanencia en el poder. ¿Y por qué no Juan Luis Manzur? El escándalo de la Funsal desgastó al ministro de Salud Pública de la Nación y lo dejó vulnerable ante las embestidas de la oposición, pese a que las pedradas impactaron antes en Pablo Yedlin, cuya defensa ejerció firmemente Alperovich.

Al Tribunal de Cuentas no le tembló el pulso para multar con cinco meses de sueldo al actual ministro de Salud Pública, quien autorizó el pago de $ 800.000 a la Funsal, sin haber cumplido el debido proceso de contratación. En lo más recóndito de la Legislatura no dejan de advertir que el movimiento del Tribunal de Cuentas le cayó muy bien a Mansilla, porque al hundir el bisturí en los expedientes de la Funsal, permitió que se detectaran los desaguisados. Otros vieron que el ex vicegobernador pasó inadvertido durante el acto de inauguración de la sede del PJ. Según esas fuentes, Manzur perdió también el afecto de los legisladores oficialistas.

Romper la inercia

La incorporación de José Cano al Senado privó a la UCR de una voz crítica en los debates legislativos provinciales y de un denunciante tenaz de los puntos débiles del oficialismo. En el Senado se las ingenió para desacomodar al habitualmente impertérrito Aníbal Fernández, cuando le preguntó si era cierto que la oposición se comportaba como una banda, lo que negó. La conducción partidaria presidida por Federico Romano Norri no ha sobresalido por su perfil confrontativo con la Casa de Gobierno.

Así las cosas, el peso del combate recayó en algunos, entre ellos el vicepresidentet del partido, Raúl Moreno, - denunció penalmente a Yedlin por la causa Funsal-, y Ariel García, que cuestionó judicialmente la re-reelección de Alperovich.

El presidente del comité nacional de la UCR, Ernesto Sanz, escuchó los argumentos de García y delante de Romano Norri, anunció que el partido avalará lo que se hizo en contra del continuismo de Alperovich. Con actitudes tibias no podemos ser alternativa, suele decir García. Sanz anticipó a sus interlocutores que la máxima dirigencia vendrá a Tucumán para el 9 de julio, en abierta competencia con el desplazamiento de Cristina hacia esta ciudad, que será capital de la República.

Sanz es uno de los potenciales postulantes de la UCR a la primera magistratura del país, cuyo discurso está claramente orientado en contra de las reelecciones indefinidas. Junto con Alperovich, se halla en la mira de la cúspide radical, el rionegrino Miguel Saiz, quien impulsa un plebiscito que habilite la reforma constitucional en su provincia. Este radical K pretende que su actual mandato sea considerado el primero, en sintonía intelectual con el alperovichismo. Cano, García y otros dirigentes entienden que deben diferenciarse del alperovichismo y del kirchnerismo con una sola operación.

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