El debate por la coparticipación volverá a escena

En este 2009 que se acaba se encendieron luces amarillas para las finanzas provinciales. En varios casos, el "rojo" ya se observa en las cuentas públicas de algunas gestiones. Sin embargo, los gobernadores procuran que el Gobierno nacional de luz verde a las ayudas prometidas en el Presupuesto 2010, con el fin de recomponer la situación. El semáforo fiscal está a full. Con la coparticipación federal en niveles inferiores a lo esperado, las gestiones provinciales están apelando a la asistencia financiera federal, con el fin de no ahogarse políticamente. Los casos más emblemáticos son los de Córdoba, Corrientes y Buenos Aires. El gobernador Juan Schiaretti debió presionar con la emisión de cuasimonedas para que la presidenta Cristina Kirchner le gire fondos de una deuda previsional y de las cuotas del Plan de Asistencia Financiera. En los últimos días, su par correntino, Ricardo Colombi, recorrió los pasillos de la Casa Rosada en busca de fondos para atender las obligaciones salariales de sus distritos. El caso de Daniel Scioli es más profundo. El mandatario bonaerense emitió bonos para poder pagarle a los proveedores y apela a los préstamos nacionales para atender las necesidades de caja. En Tucumán, las urgencias son otras. La administración del gobernador José Alperovich ha logrado cerrar el año con los salarios al día, pero proyectó un pedido de fondos, cercanos a los $ 160 millones, para abonar los vencimientos de la deuda de 2010.
Pocos son los gobernadores que están dispuestos a enfrentar al Gobierno nacional. Sin embargo, desde el Senado ya hay movidas de la oposición para rediscutir el sistema de reparto de los fondos coparticipables, a partir del año que viene. Esta situación puso nervioso al gabinete kirchnerista. El ministro del Interior, Florencio Randazzo, calificó de "vergüenza" y una "presión sin sentido al Poder Judicial", a la petición que senadores de la oposición realizaron ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación para reclamar por un aumento de la coparticipación federal.
Las necesidades de las provincias chocan con las proyecciones del Gobierno nacional. Mientras los gobernadores esperan la prometida asistencia de la Casa Rosada, es posible que durante 2010 se profundicen los planteos por redefinir la relación fiscal entre la Nación y las provincias.