Para este año se prevé una profundización de los problemas de las cuentas del sector público provincial. En términos consolidados, el déficit financiero se elevaría a $ 8.900 millones. El resultado primario (antes del pago de intereses de la deuda), en tanto, sería deficitario por segunda vez desde 2003, ubicándose en $ 5.800 millones (0,5% del PBI), lo que implica una variación neta negativa de $5.300 millones respecto a lo observado un año atrás, prevé la consultora Economía & Regiones. El deterioro fiscal de las provincias es determinado por el comportamiento divergente en la evolución de las variables de gastos y recursos. "Durante este año se registró una marcada contracción en el crecimiento de las erogaciones, pero el ajuste no fue suficiente para compensar la caída en los recursos públicos provinciales", observa la consultora. Si bien la Región Pampeana presenta un panorama fiscal sensiblemente más comprometido que el resto de las regiones, el deterioro fiscal ha sido prácticamente homogéneo a lo largo y a lo ancho del país, dado que, exceptuando NOA, todas las regiones del país han empeorado su situación fiscal a lo largo del año.
Para 2010, los mayores niveles de actividad y de inflación esperados, impactarán positivamente en los ingresos provinciales, los que crecerían 15,6% en términos interanuales. Sin embargo, el gasto público aumentará por encima de estos (16,7%), dando lugar a una profundización del déficit fiscal.
Sin embargo, el resultado final quedará determinado por la política salarial. En este sentido, se plantean tres escenarios, dando como resultado que por cada cinco puntos de incremento salarial, el gasto (y el déficit) aumentan en cerca de $ 3.000 millones. Así, el déficit financiero del consolidado provincial podría ubicarse entre $ 12.200 millones, con una pauta salarial del 10%, pudiendo elevarse al $ 18.700 millones, con un incremento salarial del 20% como ocurrió en 2008.
Las necesidades financieras en cualquiera de los tres escenarios resultan elevadas. Sin embargo, la posibilidad de cubrirlas en su totalidad dependerá del grado de apertura que presenten los mercados de capitales en el próximo año, teniendo en cuenta que el PAF (presupuestado en más de $ 11.000 millones) cubriría cerca del 50% de estas necesidades. Si bien, la suspensión de los límites para gastar y para endeudarse significó un alivio para los gobernadores, ninguna provincia tiene garantías de conseguir financiamiento por sí misma.