La erradicación del trabajo infantil

La erradicación del trabajo infantil

12 Junio 2009
En 1958, se publicó en Mendoza el libro "Antología de Juan". Poco después, uno de sus poemas iba a recorrer el país y parte del mundo en la voz de Mercedes Sosa. "Es honra de los hombres proteger lo que crece, cuidar que no haya infancia dispersa por las calles, evitar que naufrague su corazón de barco, su increíble aventura de pan y chocolate, transitar sus países de bandidos y tesoros, poniéndole una estrella en el sitio del hombre, de otro modo es inútil ensayar en la tierra la alegría y el canto, de otro modo es absurdo porque de nada vale si hay un niño en la calle...", escribió el poeta mendocino Armando Tejada Gómez.
Se conmemora hoy el Día Mundial contra el Trabajo Infantil. Esta actividad, prohibida por la ley, está relacionada con la pobreza y la marginación social, así como con una forma de explotación humana y de maltrato infantil. Diariamente, vemos chicos limpiando parabrisas en la avenidas, pidiendo limosna, en la venta ambulante, en la zona rural. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), entre las formas más graves de trabajo infantil, figuran prácticas tales como la venta o trata de niños; el reclutamiento forzoso de niños soldado; la oferta o el abuso de menores en la prostitución o la producción de pornografía; y la oferta, la obtención y el uso de niños y niñas con fines ilícitos o para cualquier otra actividad que pueda perjudicarlos. La OIT señaló en un informe que el número de niños que trabajan disminuyó de 246 a 215 millones en la última década -contemplando incluso el aumento de la población- y el descenso fue especialmente marcado en Latinoamérica.
En la Argentina, la Ley 26.390, promulgada en junio de 2008, prohíbe todo tipo de actividad laboral, sea remunerativa o no, de los chicos menores de 16 años. La norma elevó de 14 a 16 años la edad mínima de admisión al empleo adolescente, pero aclara que no podrán desarrollar tareas peligrosas o insalubres ni tampoco realizar horas extras, en el marco de una jornada laboral reducida de seis horas diarias. Contempla una etapa transitoria, por lo que hasta mayo de 2010 la edad mínima será de 15 años. Después de esa fecha, quedará establecida finalmente en 16.
De acuerdo con la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores, alrededor de 14.000 chicos trabajan en Tucumán; 5.000 cumplen labores de adultos en las cosechas hortícola, de tabaco, de frutilla, de arándano, de caña, de papa, de citrus y en la actividad ladrillera. Unos 1.500 niños trabajan en las calles en San Miguel de Tucumán. Uno de los principales problemas es que una buena parte de estos niños debe abandonar la escuela para trabajar y ayudar a sostener la economía familiar.
Existe un programa de becas de la Comisión Nacional de Radicación de Trabajo Infantil que intenta contrarrestar la deserción escolar. Estas ascienden a $ 90 mensuales, una cifra que no resiste comentarios. Según el ministro de Trabajo de la Nación, son 900.000 los chicos que trabajan en el país.
La erradicación del trabajo infantil no cuenta con una partida en el Presupuesto nacional; tampoco hay comisiones que se ocupen específicamente sobre este tema en el Congreso. El director provincial de Trabajo admitió que la función de la repartición es sancionar a los infractores y dar charlas. Señaló que a través de la Nación se brindan planes sociales a los padres y una beca para que el niño termine la educación obligatoria.
Si para el flagelo de la "inocencia perdida" no se concibe en una política de Estado que la destierre, no habrá una sociedad digna mientras haya un niño en la calle.

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