El Ateneo, Gardel y el fútbol

El Ateneo, Gardel y el fútbol

"Creo que en el próximo mundial habrá televisores en las calles", vaticina el lúcido pensador argentino. Durante la entrevista, no dejó ícono sin embestir. Ni siquiera "el zorzal criollo" se salvó. "No era un cantor nacional y popular", lo desmitificó. La Dirección

CON FONDO TEATRAL. El Ateneo Gran Splendid, considerada una de las librerías más bellas del mundo, fue el escenario del encuentro entre LA GACETA Literaria y Sebreli. CON FONDO TEATRAL. El Ateneo Gran Splendid, considerada una de las librerías más bellas del mundo, fue el escenario del encuentro entre LA GACETA Literaria y Sebreli.
05 Abril 2009

La entrevista tiene lugar en El Ateneo Gran Splendid, una de las dos librerías más bellas del mundo según el ranking elaborado por el diario inglés The Guardian. En el pasado fue un teatro majestuoso de Buenos Aires, un símbolo del esplendor argentino de las primeras décadas del siglo XX. Noventa años después de la inauguración del edificio, las señas de ese pasado siguen allí, en la calle Santa Fe y a metros de la avenida Callao. Una cúpula extraordinaria, pintada por el italiano Nazareno Orlandi cubre 120.000 títulos distribuidos en palcos con su ornamentación original. Solamente faltan las viejas butacas, hoy reemplazadas por anaqueles que son recorridos por unas 3.000 personas por día. En un año, más de medio millón de libros son adquiridos por quienes visitan la librería más grande de Sudamérica.
LA GACETA Literaria se encuentra con Sebreli en un café montado en medio del antiguo escenario, que mantiene su telón y sus luces primitivas. Hace varias décadas, quizás en el mismo lugar en el que hoy está Sebreli, cantaba Gardel, uno de los íconos que radiografió el escritor en su último libro. "El mito de Gardel se apoya en muchas falsedades. Gardel no era un cantor nacional ni popular. El tango es decididamente cosmopolita, se nutre de múltiples influencias extranjeras. Y por eso es básicamente la expresión de dos ciudades puerto; Buenos Aires y Montevideo, no de las provincias. Las dos expresiones artísticas universales que ha dado la Argentina son el tango y Borges", nos dice.
Sebreli está en un ambiente familiar. Periódicamente se sienta a leer en una de las sillas de este café y él mismo se convierte involuntariamente en uno de los atractivos de la librería. "Vengo porque es uno de los pocos cafés que no tiene televisores. Y a mí me gusta leer y escribir en cafés. Cuando me levanto a la mañana, lo primero que tengo que hacer es fijarme en el diario si hay algún partido importante. El fútbol en la Argentina dirige las vidas de todas las personas, incluso las de aquellas a las que no les interesa nada ese deporte. Es un fenómeno que no se repite en otras ciudades del mundo. Creo que en el próximo mundial habrá televisores en las calles", vaticina Sebreli. Le preguntamos si el fútbol no puede funcionar como un factor de contención social, y el ensayista, que ha abordado el tema en La era del fútbol, rechaza esa posibilidad. "El fútbol fomenta la violencia. Siempre fue así. En la Inglaterra de la época de Shakespeare fue prohibido, durante varios años, por los actos de violencia que engendraba. Es difícil, en cambio, que fomente la violencia el tenis o el golf. El hecho de que los contendientes en el fútbol estén entreverados es algo que incita a la violencia".
Sus textos suelen generar resonantes polémicas. Comediantes y mártires, su último libro, no es la excepción. Sebreli embiste, en esta oportunidad, contra los cuatro grandes mitos argentinos: Evita, el Che, Maradona y Gardel. Casualmente los mismos nombres que propuso el gobierno nacional para representar a nuestro país en la Feria del libro de Frankfurt. Es difícil encontrar un lector al que no le duela alguno de los golpes que lanza Sebreli. Pero, aunque no se compartan sus conclusiones, subirse al ring para enfrentar sus razonamientos es un ejercicio intelectualmente intenso y saludable.
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