Personal Fest: R.E.M. coronó la fiesta para distintas tribus

Personal Fest: R.E.M. coronó la fiesta para distintas tribus

Más de 35.000 personas asistieron a la última fecha de la nueva edición del encuentro internacional. Durante dos días desfilaron por los escenarios 28 bandas y solistas con diferentes estilos y tendencias.

03 Noviembre 2008

BUENOS AIRES (Facundo Pereyra, enviado especial).- Romanticismo, corrección política y entrega rockera, aún en sus melosas baladas, marcaron el rumbo del cierre del Personal Fest, con R.E.M. sobre el escenario durante casi dos horas.
Fue un cierre acorde a la quinta edición de un festival que ya impuso su sello de eclecticismo a modo de lo que pasa en el rock mundial, con pocas bandas verdaderamente masivas y muchas más de los márgenes de la música comercial, aunque del lado de adentro. Esa explica la armónica convivencia durante dos días de bandas como The Offspring, Massacre, Jesús & Mary Chain y Los Pericos, por ejemplo.
Era previsible que R.E.M. brindara un show impecable, lleno de viejos hits y varios de esos lentos que ayudaron a formar parejas en todo el mundo, aún en Tucumán, antes de que el tope horario limitara esa posibilidad de relacionarse.
El carisma, la escena y la voz intacta de Michael Stipe envejeció, pero sólo por fuera. Su voz está como siempre, como se la escucha en los discos, y su desempeño en el escenario conmueve e incita a bailar; Peter Back se descoloca con la guitarra, endemoniadamente rockero, y Mike Mills sigue tan preciso como siempre.
La legendaria banda se tomó un par de minutos para recordar que el martes se elige presidente en Estados Unidos, y para confirmar su preferencia por Barack Obama, algo que el público aplaudió como si esa compulsa fuera a definir el futuro del resto del mundo, y como si en nuestro país hubiera que elegir. La arenga estuvo acompañada por dos temas que originalmente fueron dedicados a los George Bush (padre e hijo, respectivamente): "Man Sized Wreath" e "Ignoreland".
En el momento de mayor intimidad de la banda, antes de que Stipe saltara hacia el público, hicieron "The One I Love", a piano y voz, y terminaron en piquito, como casi todas las parejas que estaban entre el público. El cierre formal de R.E.M., antes del bis, fue con "The End Of The World", y después de un juego a través de las pantallas gigantes, y del futboleramente argentino grito para que la banda regrese. En la despedida del festival hubo de todo y para todos. The Mars Volta descerrajó certeros disparos de psicodelia zeppeliana a lo mexicano, con un set de sólo seis temas en 50 minutos de cuelgue, con una puesta en escena electrizante. Los ingleses de Bloc Party dieron una grata y potente sorpresa, con su paseo dark punk.
Kaiser Chiefs, a puro hit, dejó a casi 35.000 personas con todas las ganas de seguir saltando y bailando; el clima ideal para el arranque de R.E.M. Antes, cuando el sol todavía partía el suelo del club Ciudad de Buenos Aires, pasaron por los dos escenarios principales Mole, la enérgica y anodina banda de Charly Alberti; Leo García con su milagroso pop, que enfiestó con su rockerísima banda, Emmanuel Horvilleur con su catarata de temas radiales, y No lo Soporto, el trío de chicas del que tanto se viene hablando y que justifica las loas con entrega y pasión rockera para enarbolar sus canciones volátiles.
Fueron en total 28 las bandas y solistas que desfilaron por los cuatro espacios dispuestos para los recitales. Imposible ver todo, difícil elegir algo. En ellos estuvieron, por ejemplo, Débora de Corral y su pop de pasarela; Banda de Turistas (en vivo no justificó tantos elogios mediáticos); La Isla de los Estados (un dúo electrónico femenino con mucha fiesta); Javier Mena con Lucas Marti como invitado. Y también algunos referentes del pop conocidos en Tucumán por sus visitas, como Coiffeur y Rosal.
Después de que R.E.M. propuso volver a la Tierra tras su despedida con "Man on the Moon", la caminata final de la jornada, hacia las puertas de salida, fue al ritmo de Zeta Bosio en su rol de Dj, en un set que estuvo matizado por el golpeteo de los hierros de los escenarios alternativos, que empezaban a ser desarmados.
Pasó la quinta edición del Personal Fest, y entre vinchas/corbatas y rarezas de todo tipo, la idea que de estilos, generaciones y tribus pueden convivir y disfrutar de la misma fiesta quedó confirmada. Será hasta el año próximo, con alguna nueva y sorprendente propuesta estética y musical.

Comentarios