AC/DC: más de lo mismo, que es de lo mejor

AC/DC: más de lo mismo, que es de lo mejor

23 Octubre 2008

¿Qué se podía esperar de AC/DC? Más de lo mismo. ¿Está mal? Para un grupo que desde hace 35 años está al frente del estilo hard rock cambiar hubiera sido ridículo, y aunque algunos consideren que un hombrecito vestido con uniforme colegial no puede ser tomado en serio, mejor agárrense fuerte antes de poner “Black Ice” en su reproductor.
Los australianos son dinosaurios. Ellos lo saben pero no les importa. ¿Teclados?, ¡por favor¡, ¿discos conceptuales?, dejáselos a Waters, ¿baladas?, para eso está Scorpions. Ellos son el alma mater del rock and roll y no se desvían ni un ápice de su camino. El disco tiene demasiadas canciones (15), pero dura sólo 55 minutos. Poco para tanto. Y como en un disco de AC/DC no se puede buscar otra cosa que batallas épicas de guitarra entre los hermanos Young, ritmo bestial en la bata de Phil Rudd y los aullidos demoníacos de Brian Johnson (se le pide perdón a Williams, pero a no ser en alguna intervención en “She Likes Rock’ N Roll” su trabajo pasa inadvertido) no nos vamos a poner en exigentes.
El primer corte, “Rock N Roll Train”, sintetiza lo que es esta banda. Los punteos de Angus y la voz aguardentosa del camionero. Nada raro. Nada más. Y afortundamento nada menos. Otra vez Young al ataque en “Skies on Fire”, pero esta vez con un solo característico. Los australianos siempre han sido fanáticos del sexo, y en este caso no es la excepción: en varias letras los juguetes eróticos son el punto central. Malcom y Young otra vez se repartieron los créditos en todas las canciones, lo que no deja lugar a sorpresas. No se les puede pedir que sean Dylan, pero ojo, tampoco son Pity. Pasan casi de largo “War Machine”, “Wheels” y “Spoilin For a Figth”.
Lo mejor viene después con “Smash N’ Grab” (rock-blues clásico). Y el vendaval final con “Rock N’ Roll Fream” y “Rocking All The Way”. “Black Ice” no tiene la suficiente fuerza como para ser el último del disco. Como se habrán dado cuenta, en las 15 canciones, los Young titularon cuatro de ellas con la palabra rock. Es que de eso se trata esta banda. En una época liderada por la música electrónica, el hip-hop y la invasión de grupejos emos era necesario que alguien nos recordada como era eso de only rock’ n roll. Difícilmente Johnson pueda hacer olvidar a Bon Scott, pero su sello ya está impuesto.
El problema para este bartítono es que ya no tiene edad como para aullar de esa forma. Para el disco los compañeros debían esperar cada día a que su voz estuviera en el mejor momento para completar la toma. ¿Cómo harán durante un concierto? El último disco de AC/DC había sido “Stiff Upper Lip”, hace ya ocho años. Los muchachos se tomaron un buen descanso para componer (¿dos temas por año?) pero al final salieron al ruedo. Todos sabían que llegaría y en minutos no quedaron discos en las bateas. Es que seguramente, aparte de Los Ramones, nadie se ha resistido tanto al cambio en las últimas cuatro décadas. Ellos la tienen más que clara. Vamos a rockear y que nada más importe. Sería bueno que las nuevas bandas así lo entendieran.

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