
PADRES FELICES. Andrés Mariscal y Soledad Puertas con el pequeño Javier en brazos, en el hospital andaluz. ELPAIS.COM

Barcelona.- Javier, un bebé de diseño expresamente liberado de una enfermedad genética, nació para salvarle la vida a su hermano Andrés, gravemente enfermo. El alumbramiento tuvo lugar en domingo, en Andalucía, en el Hospital Virgen del Rocío.
Gracias al Diagnóstico Genético Preimplantatorio (DGP) y al idéntico perfil de histocompatibilidad (HLA) conseguido, una pequeña inyección de su sangre servirá para realizarle a Andrés, de seis años, el trasplante de médula ósea que necesita para superar una anemia congénita severa.
Javier vino al mundo con un peso de 3,400 kg. El pequeño no sólo no tiene la enfermedad congénita que aqueja a su hermanito, sino que, además, se ha conseguido que los dos sean perfectamente compatibles. Esto último transforma al recién nacido en el donante idóneo para posibilitar la curación de Andrés. La sangre de su cordón umbilical fue almacenada en el Banco de Cordón Umbilical de Málaga, donde permanecerá hasta que se programe el trasplante a Andrés.
Historia de esperanza
Los médicos que han llevado el caso, el director de la Unidad de Genética, Reproducción y Medicina Fetal, Guillermo Antiñolo, y el jefe de servicio de Hematología, Alvaro Urbano, contaron ayer el prólogo de esta historia esperanzadora. Andrés nació con beta-talasemia major, una anemia congénita severa que provoca la falta de una proteína (globulina) encargada de fabricar hemoglobina, el componente de los glóbulos rojos que transporta el oxígeno. Esta carencia obliga al pequeño a someterse a continuas transfusiones de sangre. Andrés heredó la mutación genética de ambos progenitores.
“El chiquillo enfermo tiene unas probabilidades de curación muy altas en pocos años, de entre el 70% y el 90%; más bien la segunda cifra que la primera”, precisó Antiñolo.
Los padres de los pequeños, Soledad Puertas y Andrés Mariscal, naturales de Cádiz, señalaron que para ellos es una doble alegría. “Queríamos tener otro hijo, pero no podíamos porque iba a nacer enfermo, como Andrés. Mediante este procedimiento, podremos curar a nuestro hijo mayor y, además, tener un segundo niño sano”, expresó Mariscal. Comentaron que el primogénito desea conocer a Javier. “No sólo porque es su hermano pequeño, sino porque es consciente de que puede salvarle la vida”, agregó el padre.
Javier es el octavo niño que nace en Andalucía libre de enfermedades hereditarias, pero es el primero que tiene un idéntico perfil de histocompatibilidad con su hermano. Además, es el segundo caso en el mundo para esta enfermedad en concreto en el que el bebé es donante para curar a un familiar, explicó Antiñolo. (Télam-Reuter-AFP-NA)







