21 Septiembre 2008

La economia argentina está combatiendo los efectos nocivos de una crisis interna que requiere la acción concreta de una política económica consistente. Ante este cambio de escenario, caracterizado por precios de commodities en baja, más volatildad financiera y más factores productivos ociosos en el mundo, se requieren medidas creativas, señala la consultora Finsoport, dirigida por Jorge Todesca.

El mercado no le esta dando crédito al Gobierno nacional: el "spread" de riesgo soberano pasó la barrera de los 900 puntos básicos. Los inversores están descontando un escenario de default (cesación de pagos) porque no creen que, además, pueda cumplir con los vencimientos de capital e intereses durante el año que viene.   

Será más lenta la entrada de divisas tanto la de índole comercial como financiera. Los precios externos en baja afectarán los términos de intercambio (relación entre precios de exportación e importación), mientras que la tendencia a confrontar con el mercado internacional de capitales en términos absolutos constituirá un antecedente difícil de sortear para acceder al financiamiento voluntario cuando esté disponible.

Dada la crisis de solvencia, el sistema financiero global será más cauto en el proceso de otorgamiento de crédito y analizará más minuciosamente el riesgo, puntualiza la consultora especializada en Economía y Finanzas.  

El banco central de la República Argentina (BCRA) tendrá que optimizar el manejo de su stock de reservas internacionales. Habrá más demanda que  oferta en el mercado de cambios, presiones sobre las reservas internacionales, subas de las tasas de interés (para soslayar  este efecto y cuidar los fondos de los bancos) y corroción en los superávits gemelos (fiscal y externo), es decir, en la piedra  fundacional del actual esquema económico.

En contrapartida, la inflación real está cediendo por el efecto mismo del menor nivel de actividad. Además, el Frente fiscal de la Argentina se está deteriorando, la reciente ampliación del presupuesto 2008 modifica el sendero hacia fin de año.

En el mundo, las turbulencias financieras continuarán por largo tiempo. Aumentará la aversión al riesgo global como consecuencia de una crisis que comenzó siendo de liquidez y pasó a ser de solvencia: las compañías quiebran y aumenta el desempleo en la economía norteamericana.

Como los precios en dólares tenderán a retroceder, por la apreciación de la moneda, continuarán cediendo las cotizaciones internacionales de los commodities petroleros y no petroleros. Serán buenas noticias para la inflación mundial y  de algunos emergentes, como Brasil y México, entre otros y aquellos países que deben importar este tipo de bienes.

Chile compensará  en parte la caída del precio del cobre con menores precios de los alimentos que importa. Sin embargo, constituirá el escenario "tan temido" para los exportadores de commodities, advierte Finsoport.

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