Fernández de Ulivarri escribió gran parte de la historia del campo

Fernández de Ulivarri escribió gran parte de la historia del campo

El primer director del Centro Regional del Noroeste impulsó la creación de la institución y luego de la primera cooperativa de trabajo que funcionó en la Argentina.

28 Marzo 2008
Ro­ber­to Fer­nán­dez de Uli­va­rri es par­te de la his­to­ria del IN­TA Fa­mai­llá y del cam­po tu­cu­ma­no, con ma­yor in­ge­ren­cia en el sec­tor azu­ca­re­ro. Su in­can­sa­ble y pro­lí­fi­ca ta­rea de in­ves­ti­ga­ción co­men­zó en  la EEA Vi­lla Al­ber­di (1943), que de­pen­día de la Na­ción, y se pro­di­gó en dis­tin­tos es­ce­na­rios ins­ti­tu­cio­na­les, siem­pre con el mis­mo ob­je­ti­vo: me­jo­rar la ge­né­ti­ca de la ca­ña de azú­car.
Ce­lo­so de­fen­sor de la agru­pa­ción de los mi­ni­fun­dios en uni­da­des ma­yo­res pa­ra lo­grar una eco­no­mía de es­ca­la (en su épo­ca no se usa­ba ese tér­mi­no hoy im­pues­to por la glo­ba­li­za­ción), el téc­ni­co fue un ejem­plo ca­bal de pro­fe­sio­na­li­dad al ser­vi­cio del país, pa­ten­ti­za­do en su sa­cri­fi­cio per­ma­nen­te y en su ho­nes­ti­dad.
Na­ció en Sal­ta el 22 de fe­bre­ro de 1918 (mu­rió el 13 de di­ciem­bre de 1989), cur­só sus es­tu­dios en la Fa­cul­tad de Agro­no­mía de la UN de La Pla­ta, don­de se gra­duó en 1942. Tra­ba­jó en la Di­rec­ción de EE de la Na­ción, y en­fo­có su es­pe­cia­li­za­ción al me­jo­ra­mien­to ge­né­ti­co de la ca­ña de azúcar.
Due­ño de un tem­ple y ca­rác­ter vi­go­ro­so, su obra a fa­vor del sec­tor agro­pe­cua­rio tu­cu­ma­no tu­vo tres ba­ses de sus­ten­to: su rol en la fun­da­ción de la EEA Fa­mai­llá; su en­co­mia­ble pe­lea so­cial tra­du­ci­da en la crea­ción y pues­ta en mar­cha de la “Coo­pe­ra­ti­va de Tra­ba­ja­do­res Uni­dos“, de Cam­po de He­rre­ra, y el he­cho de que más del 80% de las área sem­bra­das con ca­ña de azú­car en Tu­cu­mán per­te­ne­cen a las va­rie­da­des crea­das o in­tro­du­ci­das, se­lec­cio­na­das y dis­po­ni­bles gra­cias a su in­ves­ti­ga­ción.
La va­rie­dad NA 56-79, fue adop­ta­da por Bra­sil y le sir­vió a esa nación pa­ra po­ner en mar­cha su plan su­cro al­co­ho­le­ro. Es­te hecho va­lió al técnico un re­co­no­ci­mien­to del país ve­ci­no. Fue ho­me­na­jeado y dis­tin­guido du­ran­te la Con­ven­ción de Téc­ni­cos Azu­ca­re­ros de La­ti­noa­mé­ri­ca y del Ca­ri­be, en 1984.

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