Ruralistas de La Ramada de Abajo, donde hace cinco días mataron a José Porcel, recordaron otros casos sufridos bajo el mismo modus operandi.  “Llegan con la excusa de pedir algo, luego te reducen, te atan con alambres y te golpean; a veces hasta la muerte”, señaló Gonzalo Gómez

“Sufrimos varios asaltos de este tipo, donde algunas víctimas zafaron de casualidad y a otras les costó la vida”, agregó Agustín Blanco.

Mariano Rodríguez Pérez recordó un caso reciente: “en Tala Pozo mataron a un hombre que tenía un almacén en su finca a comienzo de año. En este país te matan por nada porque saben que entran y salen como si nada”.

“Torturaron a mi nuera”: pidieron agua y luego amenazaron con armas a una mujer y a su bebé

“El 10 de diciembre de 2018 vinieron tres personas a pedirle agua a mi nuera y luego la asaltaron. Desenfundaron armas y la encerraron en una pieza donde la sometieron a torturas: jugaban a la ruleta rusa y le gatillaban en la cabeza, tapaban con una colcha al bebé de 11 meses para no escucharlo llorar, no les importaba que pudiera asfixiarse. Luego uno planteó matar a mi nuera porque le había visto la cara, llegamos al punto en el que hay que ‘agradecer’ que su cómplice se haya negado a matarla”, explicó Daniel Miguel Ayala, residente de La Ramada de Abajo.

Violencia en La virginia: denuncian que golpearon a un joven hasta romperle la cervical durante un robo

"En septiembre del año pasado entraron dos delincuentes a mi finca cuando yo no estaba. Atacaron a mi hijo, lo redujeron y lo ataron con alambre. Le rompieron la cervical a golpes y tuvo que arrastrarse hasta el camino para que lo auxiliara el primero que pasara. Ni la ambulancia ni la Policía llegaron; tuvimos que llevarlo hasta la capital donde lo internamos y se salvó de milagro”, relató Mariano Rodríguez Pérez, vecino de La Virginia, localidad de Burruyacu. 

“Irónicamente, a los asesinos de Porcel los asistieron al toque. Me llama la atención la celeridad de los servicios públicos para salvar a los delincuentes”, dijo.