Tras el crimen del productor, ruralistas recordaron otros casos sufridos por la inseguridad

Tras el crimen del productor, ruralistas recordaron otros casos sufridos por la inseguridad

Reiteran que bajo la misma modalidad de robo, los ataques continúan en las fincas.

EN LA RAMADA DE ABAJO. El agricultor José Porcel fue asesinado de un disparo el viernes último, cuando estaba en su propiedad. LA GACETA / FOTO DE ANALÍA JARAMILLO EN LA RAMADA DE ABAJO. El agricultor José Porcel fue asesinado de un disparo el viernes último, cuando estaba en su propiedad. LA GACETA / FOTO DE ANALÍA JARAMILLO LA GACETA / FOTO DE ANALÍA JARAMILLO
01 Julio 2020

Ruralistas de La Ramada de Abajo, donde hace cinco días mataron a José Porcel, recordaron otros casos sufridos bajo el mismo modus operandi.  “Llegan con la excusa de pedir algo, luego te reducen, te atan con alambres y te golpean; a veces hasta la muerte”, señaló Gonzalo Gómez

“Sufrimos varios asaltos de este tipo, donde algunas víctimas zafaron de casualidad y a otras les costó la vida”, agregó Agustín Blanco.

Mariano Rodríguez Pérez recordó un caso reciente: “en Tala Pozo mataron a un hombre que tenía un almacén en su finca a comienzo de año. En este país te matan por nada porque saben que entran y salen como si nada”.

“Torturaron a mi nuera”: pidieron agua y luego amenazaron con armas a una mujer y a su bebé

“El 10 de diciembre de 2018 vinieron tres personas a pedirle agua a mi nuera y luego la asaltaron. Desenfundaron armas y la encerraron en una pieza donde la sometieron a torturas: jugaban a la ruleta rusa y le gatillaban en la cabeza, tapaban con una colcha al bebé de 11 meses para no escucharlo llorar, no les importaba que pudiera asfixiarse. Luego uno planteó matar a mi nuera porque le había visto la cara, llegamos al punto en el que hay que ‘agradecer’ que su cómplice se haya negado a matarla”, explicó Daniel Miguel Ayala, residente de La Ramada de Abajo.

Violencia en La virginia: denuncian que golpearon a un joven hasta romperle la cervical durante un robo

"En septiembre del año pasado entraron dos delincuentes a mi finca cuando yo no estaba. Atacaron a mi hijo, lo redujeron y lo ataron con alambre. Le rompieron la cervical a golpes y tuvo que arrastrarse hasta el camino para que lo auxiliara el primero que pasara. Ni la ambulancia ni la Policía llegaron; tuvimos que llevarlo hasta la capital donde lo internamos y se salvó de milagro”, relató Mariano Rodríguez Pérez, vecino de La Virginia, localidad de Burruyacu. 

“Irónicamente, a los asesinos de Porcel los asistieron al toque. Me llama la atención la celeridad de los servicios públicos para salvar a los delincuentes”, dijo.

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