El valor electoral de una foto más que el fervor patrio

El valor electoral de una foto más que el fervor patrio

El valor electoral de una foto más que el fervor patrio

Es llamativa la ausencia de un ejército de funcionarios nacionales en una fecha tan especial para la Argentina, que mañana celebrará los 207 años de la Declaración de su Independencia. Parece que el discurso que Juan Manzur ha potenciado a lo largo de sus  dos administraciones no se escuchó suficiente en Buenos Aires: aquello de que la patria nació en Tucumán. El “faltazo” será masivo para una ceremonia que, habitualmente, se realiza, de manera privada y hermética, en la Casa Histórica. El presidente Alberto Fernández ha priorizado la fotografía electoral del momento, junto con la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner, y con el ministro de Economía Sergio Massa, en Salliqueló (Buenos Aires), inaugurando el gasoducto Presidente Néstor Kirchner. 

Para Unión por la Patria esa imagen vale más que las voces y las ideas de los Próceres de 1816. La cuestión electoral, incluso, está por encima de las leyes; de otra manera, Alberto Fernández no hubiera incumplido lo que dicta el decreto presidencial 81 que declara  a la ciudad de San Miguel de Tucumán como "Capital Simbólica de la República Argentina'' todos los días 8 y 9 de Julio de cada año, publicada en el Boletín Oficial de la Nación el 21 de enero de 1991. “Esta gestión no tiene energía ni siquiera para viajar a Tucumán”, deslizó un analista político al tratar de brindar una explicación sobre la ausencia presidencial en los actos patrios. Y esa falta de energía se evidencia en lo discursivo y también en las acciones.

¿Había tiempo para una incursión por tierras tucumanas? Técnicamente, era posible una visita presidencial. El acto en Salliqueló fue programado para las 15. De hecho, varios funcionarios nacionales se mueven a la velocidad del avión cada vez que deben capital un triunfo en alguna provincia, posar con los vencedores y, luego, volver a su lugar de origen. En dos horas estarían en algún aeropuerto cercano a la sede elegida para habilitar, simbólicamente, al gasoducto. Políticamente, no había decisión para hacerlo. ¿La agenda electoral es lo primero? ¿Conservar el poder mostrando la unidad de los líderes de la coalición es gravitante en la campaña?¿Un mensaje político hacia Manzur? Las preguntas son tan múltiples como las respuestas que puedan esgrimirse.

Los lugares emblemáticos o los símbolos son utilizados a conveniencia del Presidente. Y no sólo de Alberto Fernández. Cristina y hasta Néstor Kirchner tomaban otros rumbos para no escuchar, por ejemplo, el Tedeum en la Catedral de Buenos Aires, siempre críticos a las gestiones gubernamentales.

El eje de la política está centrado en la energía y es por esa razón que, en esta oportunidad, el oficialismo trata de aprovechar la inauguración de una obra como uno de los principales logros de la gestión, además de la postal de unidad, plantea el politólogo Sergio Berensztein.

¿Por qué el gasoducto es considerado una de las mayores obras de infraestructura de los últimos tiempos? La explicación oficial indica que esa ducto llevará la creciente producción no convencional del yacimiento Vaca Muerta hacia los centros de mayor consumo  del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y las provincias de Buenos Aires y Santa Fe. Y ese es el mejor marco para que el oficialismo nacional vuelva a captar la atención electoral del principal distrito electoral de la Argentina.

Más allá de esa cuestión, sustentada oficialmente en el eslogan de soberanía energética, Berensztein indica que, lamentablemente, desde hace tiempo las fechas patrias son secundarias para la política. Pruebas al canto: el Gobierno kirchnerista festejó el Bicentenario de la Revolución de Mayo de 1810 y, en cierta medida, también acompañó al Bicentenario de la Declaración de la Independencia de 1816 en Tucumán. Sin embargo, no tomó la misma actitud con el Día de la Bandera, ya que Alberto Fernández no asistió a ninguno de los actos en Rosario. "Es la jerarquía que se le da a este acto, no pasa con Tucumán, no pasa con otras provincias. Este no es el día de la bandera de Rosario, es el Día de la Bandera Nacional", dijo el 20 de junio pasado el intendente de esa ciudad Pablo Javkin. Se equivocó. Alberto no viene a Tucumán.

En suma, el analista político insistió en que la dirigencia oficialista ha perdido el respeto por los símbolos y por las fechas patrias. En todo caso, reinventa la historia (como sucedió con la Vuelta de Obligado) desde 2003, ideologizando ceremonias históricas.

Hoy vale más una foto que intenta representar la unidad de una coalición gobernante, que la identidad y los valores de la historia. Aun así, Tucumán sigue siendo la Capital de la República Argentina, como cada 9 de julio.

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