Atlético Tucumán, en la búsqueda de su nueva identidad

Atlético Tucumán, en la búsqueda de su nueva identidad

En el debut de Gómez y Orsi, los técnicos utilizaron tres esquemas durante los 90 minutos; terminaron defendiendo con mucha gente.

CAMBIOS. Orsi (de espalda) y Gómez preparan el ingreso de Ramiro Ruíz Rodríguez e Ignacio Maestro Puch. CAMBIOS. Orsi (de espalda) y Gómez preparan el ingreso de Ramiro Ruíz Rodríguez e Ignacio Maestro Puch.

“Cuando no juegas bien con la pelota, hay que saber sufrir”. Suena como una letra de tango y en verdad quien la pronunció fue Marcelo Estigarribia, compositor principal de la importante victoria 1-0 que Atlético se llevó a Tucumán, a costa de un Huracán cada vez más desinflado.

Un triunfo que el dúo técnico conformado por Sergio Gómez y Favio Orsi espera que sea además fundacional, en el marco de un nuevo ciclo que el jueves entregó buenas señales. Después de todo, con apenas tres prácticas –o tres “estímulos”, según denominan a los entrenamientos que dirigen- bajo su batuta, el equipo logró ganar fuera del “José Fierro”, algo que con Lucas Pusineri como “frontman” solamente había logrado una vez en seis meses.

Estigarribia, en tanto, pasó de villano a héroe en cuestión de segundos, los que le tomó elevarse y cabecear con destino de red ese balón impulsado al área por Marcelo Ortiz. La parábola del ex delantero de Patronato y de San Martín, entre otros, describe el recorrido del “decano” por Parque Patricios, donde pasó de un primer tiempo insulso e impreciso a una segunda etapa signada por su solidez y su pragmatismo.

Así como el gol lo cambió todo para Estigarribia (había jugado muy mal y por eso salió reemplazado pese a convertir), el ingreso de Ortiz y el consiguiente cambio de sistema –con tres zagueros atrás-, más la corrección del posicionamiento de Joaquín Pereyra en el entretiempo –pasó a jugar en el eje- tuvieron impacto positivo en la visita.

A menudo, Orsi y Gómez se decantan por plantear de arranque un 5-3-2 o un 4-1-4-1. Recién aterrizados en 25 de Mayo y Chile, la dupla optó por repetir el sistema 4-4-2 dispuesto por Pusineri en el anterior partido, aunque cambiaron durante el partido. “Hicimos un primer cambio de sistema para darle más protagonismo a los laterales de ellos, porque jugaban mucho por dentro”, argumentó Gómez acerca del ingreso de Ortiz por Adrián Sánchez al amanecer del complemento.

Con el nuevo andamiaje, el “decano” lució más firme y con mayor ambición. “La realidad es que en el primer tiempo no se hizo lo que queríamos. En el segundo hubo una mejora del equipo, con más posesión hacia adelante y más toques”, agregó.

En el último cuarto de hora se produjo un nuevo cambio de sistema, con la entrada de Wilson Ibarrola por Matías Orihuela. En ese lapso final, cuando Huracán se lanzó desesperado al empate, la visita aguantó el resultado defendiendo con hasta siete hombres muy cerca de Tomás Marchiori. “Cambiamos nuevamente el sistema para tratar de que el equipo rival empezara a lanzar y poder ganar esa segunda pelota”.

“Los jugadores se adaptaron bien a los cambios de sistema, porque arrancamos con uno, después continuamos con otro y después volvimos a modificar”, profundizó Gómez.

Está claro que en el ideario de la dupla, los hombres –y las circunstancias de los partidos- están por encima de los eventuales dibujos. “Los sistemas nuestros en todos los clubes donde hemos estado son flexibles”, aclaró Orsi, quien reconoció que queda mucho por mejorar en cuanto al funcionamiento.

“Esperamos seguir arrimándonos a lo que pretendemos”, dijo antes de cerrar la rueda de prensa en Buenos Aires, pensando en la próxima partitura, léase Gimnasia y Esgrima, el martes en el “Monumental”.

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