La economía transita por un año electoral más complicado o igual que en 2015

La economía transita por un año electoral más complicado o igual que en 2015

Un informe privado plantea la incertidumbre económica en la transición hacia el recambio de gobierno.

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Los años con elecciones de presidente y gobernadores nunca fueron fáciles para la economía, y esta situación se agrava si los problemas de la economía son muchos e importantes. Lo que agrega el año electoral es la incertidumbre sobre qué podría hacer el gobierno que sea electo, una vez en funciones, pero también qué puede hacer la administración saliente en sus últimos meses, en que crece el incentivo para las decisiones oportunistas e insustentables. 

Especialmente si el oficialismo de turno percibe bajas chances de continuar a cargo, o si esa situación resulta un hecho, en las semanas que median entre la elección de octubre (o noviembre, si hay segunda vuelta) y el recambio de gobierno en diciembre, señala un reporte elaborado por el Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral).

Así, por ejemplo, ocurre que quienes transitan sus últimos meses en la administración intentan postergar todas aquellas decisiones necesarias (a veces inevitables a mediano plazo) pero que causan altos costos políticos, mientras quienes pretenden ingresar al poder esperan que esos costos políticos los pague la administración saliente, plantean los economistas Marcelo Capello y Nicolás Cámpoli. Suele no haber dudas, de uno u otro lado, sobre que algunas decisiones serán inevitables, la disputa se concentra sólo en quien paga los costos políticos de sincerar ciertas situaciones. Por supuesto, a mayor demora en buscar las soluciones, más se suelen agravar los problemas y más duras resultan las correcciones.

En las actuales circunstancias hay dos situaciones que el Gobierno debería sortear si es que quiere apuntalar la economía: la acuciante necesidad de no seguir perdiendo reservas en el Banco Central y que la inflación no siga escalando.

La economía transita por un año electoral más complicado o igual que en 2015

La pregunta de fondo es que, en tiempos electorales, ¿a qué año se parece este 2023?

Desde el punto de vista económico, el actual 2023 se parece en mayor medida a 2015, indican los expertos de la Fundación Mediterránea. Puede afirmarse que la nueva administración que asuma en diciembre en 2023 se enfrentará con problemas similares a los que existían en 2015, algunos agravados, otros morigerados:

• Iguales o menores reservas netas en el BCRA en 2023, con importaciones “rezagadas” y exportaciones “adelantadas”, y en los dos casos con férreo cepo cambiario e importador. Hace ocho años fueron de - U$S 1.446 millones y hoy están en torno de los -U$S 488 millones.

• Un tipo de cambio retrasado, aunque en 2023 en menor medida que en 2015. Con mayor brecha cambiaria en 2023.

• En 2023 la inflación será al menos cuatro veces mayor que en 2015 (7,6% hace ocho años versus 32% actual tomando el acumulado hasta abril de cada año).

• En 2023 el déficit primario será alto, pero probablemente menor que en 2015.

• Tarifas rezagadas en 2023, pero menos rezagadas que en 2015.

• El riesgo país es ahora cuatro veces mayor (hoy está en 2.656 puntos básicos, mientras que en 2015 era de 603), y el peso de la deuda es también mayor, con lo que el reingreso a los mercados de deuda resultará más lento que en aquella oportunidad.

• Las variables sociales están en peor situación en 2023 que en 2015, tras poco más de una década de estanflación. La tasa de pobreza de 2015 era de 29,3%, mientras que este año arrancó en 37,9%. A su vez, la indigencia pasó del 5,8% al 8,5% de la población.

Según el Ieral, desde el punto de vista político y en un año electoral, también existen algunas similitudes entre 2015 y 2023, a diferencia de 2019:

• En 2015, la posibilidad post PASO de que una alternativa con una visión más favorable para la economía privada triunfase, generó cierta expectativa favorable en los mercados, y alivió el manejo económico de aquel oficialismo hasta el traspaso del mando.

• En cambio, en 2019 la amplia victoria opositora en las PASO, y las afirmaciones económicas posteriores de su candidato, alentaron las complicaciones para el manejo económico del oficialismo de turno.

• En 2023, y según varias encuestas, se ha agregado un tercer espacio político con posibilidades, con una visión favorable hacia la economía privada, como el otro partido de oposición, aunque sin generar aún demasiada certidumbre sobre las políticas económicas a desarrollar y sobre la posibilidad que se puedan aplicar.

• Dado que la intención de voto se estaría distribuyendo entre tres opciones, muy probablemente no se tenga un “presidente cuasi electo” en las PASO de agosto, la incertidumbre se prolongará hasta octubre o más probablemente noviembre.

• No hay que despreciar las complicaciones que podrían generar las decisiones de la actual administración, si se percibe que el actual oficialismo tiene pocas chances de seguir en funciones en diciembre.

• En la transición resultará importante que existan algunos acuerdos de convivencia, para que la administración saliente al menos no empeore la situación de las variables clave de la economía.

• Aquí resulta clave el acuerdo con el FMI, de modo que evite o morigere las posibles decisiones oportunistas a medida que avance el calendario electoral y la transición entre octubre y diciembre, puntualizan los economistas que elaboraron el reporte privado.

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